¡Que llega el Black Friday! Que llega ¿qué?
Una de esas paradojas del primer mundo en la que los americanos se pasan un día dando gracias por lo que tienen y al día siguiente se echan a los centros comerciales a comprar como si no hubiera mañana. Y como en España nos gusta unirnos a todo lo que sea salir a la calles, pues nos hemos dedicado a celebrarlo.
¿Qué es eso del Black Friday o viernes negro?
El Black Friday es el día que sucede al día de Acción de Gracias en EEUU. Una de esas paradojas del primer mundo en la que los americanos se pasan un día dando gracias por lo que tienen y al día siguiente se echan a los centros comerciales a comprar como si no hubiera mañana (posiblemente previendo para el próximo Acción de Gracias tener más cosas que agradecer, y así en un bucle infinito).
Tratando de resumirlo en pocas palabras: son las olimpiadas concentradas del consumismo, los juegos del hambre en la lucha por la ganga llevados al paroxismo. Y como en España nos gusta unirnos a todo lo que sea echarnos a las calles, ni nos hace falta el trámite de dar las gracias el día antes por lo que tenemos, vamos sin haber hecho examen de conciencia, que ya si eso haremos el "dolor de los pecados" el día después y salimos en busca del superoferton que nos haga tener un colapso de adrenalina.
Me compro la yogurtera que realmente no necesito porque costaba 200 € y ahora cuesta 80 €. Realmente no he ahorrado 120 €, sino que he gastado 80 € que no tenía previsto. Pero en nuestra mente de consumidor alienado hemos ahorrado esos 120 € y nos da el subidón de haber encontrado una ganga y sentirnos poderosos en la lucha titánica contra el sistema. (Cuando el sistema nos tiene muy bien estudiados y sabe como influir en nuestro cerebro reptiliano.)
Todos sabemos el destino final de la yogurtera: pasarán años en Wallapop hasta que un artista conceptual decida comprarla para crear una escultura que se llame "lactancia electrónica" y se forre en ARCO.
Y ¿por qué se llama Black Friday? A juzgar por las imágenes apocalípticas que llegan de EEUU de gente peleándose en las tiendas, avalanchas en los centros comerciales y mareas humanas, podría ser por que se convierte en un viernes negro en los hospitales. Pero esta denominación viene de la policía de Filadelfia. El día de Acción de Gracias mueve tanta gente de un lado para otro del país que el día siguiente se convertía en un caos circulatorio. Así que la policía comenzó a llamarlo el "viernes negro".
Y en toda manifestación de masas hay un listo analizando la situación: ¿y si aprovecho que la gente está llena de buenrollismo después de un día de vacaciones, agradecida de lo que tiene y con la sangre en el estómago después de haberse tomado un pavo de 20 kilos hormonado (con los consiguientes efectos antihistamínicos del animal) y mil kilos de azúcar recorriendo las arterias hasta el cerebro por los pasteles de calabaza y frutos rojos y los dirijo hacia la catarsis consumista haciendo mi agosto?
Y así nace el Black Friday en las tiendas, que viene más a decir que las tiendas pasan de números rojos a números negros por las ventas de ese día. ¡Descuentos, rebajas, gangas! Música para los oídos (sobre todo para los comercios al pasar la tarjeta).
El Black Friday es como el veneno: se venden concentradas en un día todas las rebajas de enero. El ahora o nunca. La lucha contra el reloj. Y cuanta más presión, más locos nos volvemos.
Este día quiero pensar que las tiendas tendrán barra libre de Orfidales y cerveza para sus empleados.
Y para el resto de humanos, cuando bajen los niveles de adrenalina y serotonina, llegará la resaca del día después con un ataque agudo de disonancia cognitiva.
¡Ahora disculpadme, que voy a planificar estratégicamente mis compras de Black Friday!
Este post fue publicado originalmente en el blog de la autora