Las claves de la semana: La ruta de la vendetta
Estuvo en Valencia y hoy estará en Asturias. Den por hecho que la gira incluirá Extremadura, Castilla-La Mancha, Aragón... Cualquier federación que dirija uno de los barones a los que considera responsables de su caída como secretario general puede ser la próxima a visitar. Porque dicen que el exsecretario general del PSOE ha decidido hacer de su periplo por España una especie de "ruta de la vendetta".
Estuvo en Valencia y hoy estará en Asturias. Den por hecho que la gira incluirá Extremadura, Castilla-La Mancha, Aragón... Cualquier federación que dirija uno de los barones a los que considera responsables de su caída como secretario general puede ser la próxima a visitar. Porque dicen que el exsecretario general del PSOE ha decidido hacer de su periplo por España una especie de "ruta de la vendetta". Lo que está por ver, aunque se empieza a intuir, es quiénes y cuántos le seguirán en su particular cruzada anti barones.
De momento, los críticos con la gestora del PSOE se han organizado en torno a 28 plataformas creadas en distintas agrupaciones para canalizar el desencanto de la militancia, pero su portavoz, la exconcejal de Sevilla Nieves Hernández, ha desvinculado el movimiento de protesta de Pedro Sánchez. Y lo mismo aquellos que en el Congreso de los Diputados se mantuvieron en el "no es no" y rompieron la disciplina de voto en la investidura de Rajoy. Ya son varias las deserciones.
Cualquier tiempo pasado no siempre fue mejor
Ser crítico con los actuales inquilinos de la calle Ferraz no significa en este momento militar en el "sanchismo", del mismo modo que apoyar el trabajo emprendido por el equipo que dirige Javier Fernández no es sinónimo de "susanismo". En el universo PSOE, tan dado a las etiquetas y los estigmas, a veces conviene solemnizar lo obvio.
Pero en un lado hay tanto convencido de que cualquier tiempo pasado no siempre fue mejor como en otro, de que quien formó parte del problema durante años, tampoco puede ser la solución. De ahí que no haya rincón del socialismo donde no se fabule con posibles terceras vías que, pese a la doctrina García Page, no siempre fueron vías muertas. Recuérdese la de Zapatero en 2000, cómo ésta surgió de un café con bollería en casa de la exministra Trinidad Jiménez, y cómo se hizo al primer intento con el Gobierno de España.
Si a punto estuvo entonces de ser el elegido Jesús Caldera, hoy todavía es posible que irrumpa cualquiera en escena. De aquí a junio, que es la fecha que se baraja para el congreso federal, además del de Patxi López, Ignacio Urquizu o el eurodiputado Jonás Fernández -último en autopostularse-, escucharán más nombres.
Ares sondea posibilidades que entierren a Sánchez
De momento, no hay demasiadas señales más que las emitidas no por Patxi López, sino por Rodolfo Ares, que es para el exlehendakari lo que para Zapatero fue antaño Pepe Blanco. Cuentan que el que fuera consejero de Interior del Gobierno vasco se ha puesto en contacto con varios dirigentes territoriales, a quienes ha trasladado su convencimiento de que entre los críticos con la gestora que preside Javier Fernández hay que buscar un candidato alternativo a Sánchez. "Ni Pedro, ni Susana", sería el lema de quienes buscan alguien capaz de conciliar ambas sensibilidades y poner fin a años de división interna y personalísimos en el PSOE.
Una tercera vía llamada Fernández
Hasta que lo encuentren, entre los "gestoristas" también hay quien recela de la opción Susana Díaz, y apunta a Javier Fernández como solución a todos los males. El asturiano, referente intelectual y político de muchos en el PSOE desde hace años, ha sido todo un descubrimiento en la escena nacional en el ámbito mediático, político y empresarial. Tanto es así que en un reciente almuerzo, en el que estaba Felipe VI, se llegó a especular con la posibilidad de que el presidente del Principado fuera la solución de consenso que necesitan los socialistas.
No pocos sueñan con que la tercera vía se llame Fernández. Claro que semejante operación pasaría por dos circunstancias hoy imposibles. Una, que el propio Fernández se prestara a acabar su ciclo político como secretario general del PSOE y pilotara el futuro inmediato hasta encontrar en un par de años al "candidato perfecto" para la Presidencia del Gobierno. Y dos, que Díaz, tras el camino ya recorrido para su desembarco, aceptara poner la fuerza orgánica de Andalucía al servicio de alguien que no fuera ella misma.
En lo que todo el mundo coincide es en que el PSOE no puede volver a equivocarse y que si Díaz es elegida secretaria general en el próximo congreso y no es capaz de arrebatar el gobierno a la derecha, pasarán lustros hasta que la socialdemocracia española vuelva a ser referente de la izquierda social.
Rajoy frena el ímpetu de Santamaría
De todo esto, además de la reforma constitucional y de la obra política de Rajoy que los socialistas pretenden modificar con su acción parlamentaria, se ha hablado esta semana, que ha dado también para el lucimiento de la vicepresidenta del Gobierno, y no precisamente por las pieles con las que llegó envuelta la noche del lunes al concierto de Alejandro Sanz en Madrid.
Santamaría se ha propuesto triunfar y hacerlo además con la agenda catalana que Rajoy ha delegado en ella al asignarle la competencia en Administraciones territoriales. En su afán por la gloria, alimentó tanto que había bases para un acuerdo sobre la reforma constitucional que el propio presidente tuvo que frenar su ímpetu y dejar claro que ni es el momento ni hay coyuntura para un acuerdo sobre la reforma de la Carta Magna.
Pese a todo, Santamaría quiere pasar a la historia como la vicepresidenta que supo arreglar el encaje de Cataluña en España y se ha puesto a ello con el propósito de subir su cotización para cuando llegue el momento de la sucesión. Pues eso: que en el PP, como en el PSOE, también hay decisiones institucionales que se toman con la mirada puesta en la clave interna.