Las claves de la semana: El PP entra en modo pánico

Que no hay manera, oiga. Sale del plasma, pasea por las calles de España, se toma cañas en los bares, responde dos preguntas en rueda prensa... Pero nada. El hombre no levanta cabeza. El PP catalán se descalabra, Albert Rivera le roba la bandera de la unidad de España, salen a la luz nuevas tropelías de Rato y, por si fuera poco, va Aznar y le propina un zasca: "Que no te enteras Mariano, que van cinco avisos y no haces caso, que en diciembre nos la pegamos".

Pues eso, que éramos pocos y salió a Aznar. De nuevo, poniendo palos en las ruedas, como si el presidente del Gobierno no tuviera ya bastante ruido interno. Ni le quieren los suyos ni comparten su estrategia. Y si antes del 27-S se las prometían felices, hoy ya no tanto. El resultado de Ciudadanos en Cataluña les ha metido en "modo pánico". Algunos han leído en los datos otro paso hacia el fin del bipartidismo, pero Rajoy sigue sordo y ciego. Y les dice a los suyos que el auge de Rivera es pasajero, que su rival sigue siendo Pedro Sánchez y que el voto de Ciudadanos es "volátil". A Aznar, le contesta que "él a la gente le habla a la cara y no a través de comunicados". ¡Menudo torpedo el emitido desde FAES para dar a conocer el cabreo del ex presidente!

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Una bomba atómica sobre Génova, 13

Pero si lo de Aznar ha sido un torpedo, las nuevas informaciones sobre Rato han caído como una bomba atómica en la sede del PP. Ahora se le acusa además de corrupción entre particulares por las presuntas mordidas que recibió por contratas publicitarias adjudicadas por Bankia cuando el ex vicepresidente estaba al frente de la entidad. Y todo la misma noche en que Rato declaraba como imputado ante la comandancia de la Guardia Civil de Tres Cantos, y Rajoy confirmaba en Antena 3 que las elecciones serían el 20 de diciembre. El caso Rato puede amargar el turrón y las elecciones al PP. Y dicen que Aznar no parará de atizar.

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Rubalcaba rema y Aznar atiza con el remo

Claro que siempre hay ex, y ex. Unos reman, y otros atizan con el remo. Los hay como Aznar, y los hay como Alfredo Pérez Rubalcaba. El ex secretario general del PSOE también ha reaparecido esta semana en Onda Cero. Pero no para vapulear a quien le sucedió en el cargo, sino para reivindicar la reforma federal de la Constitución acordada por los socialistas en la Declaración de Granada y para decir que Pedro Sánchez está consolidado. Sobre esto último, la verdad, es que hay debate. En realidad, en el PSOE siempre hay disputa. La de estos últimos días como consecuencia de las listas electorales.

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La plancha de la España plural

La candidatura de Madrid ha dado quebraderos de cabeza, y no sólo a la dirección federal. A los socialistas madrileños porque no les ha agradado ver convertida su plancha en una representación de la "España plural". De dos, una catalana (Meritxel Batet). De cuatro, una castellanoleonesa (Luz Rodríguez). De seis, un fichaje ¿estrella? (Zaida Cantera). De siete, un vasco (Eduardo Madina). Con la incorporación de Madina a la candidatura que encabeza Sánchez se cierran las heridas del último congreso y se emite una señal de unidad a toda la militancia. ¿Hasta cuando? ¿Quién sabe? Las Navidades en la familia socialista, como en todas, prometen jarana. La elección de Batet se ha interpretado como un acertado guiño a Cataluña en un momento delicado. La coordinadora del programa electoral del PSOE es, además, una de las cabezas más sólidas del equipo de Sánchez.

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Zaida Cantera revuelve el patio socialista

Pero la elección de la ex comandante Zaida Cantera ha revuelto al patio socialista. Unos creen que es una decisión de alto riesgo. Otros, que puede dar disgustos más pronto que tarde. Y Sánchez confiesa haber quedado prendado por la fuerza y las convicciones de la militar que abandonó el Ejército tras un caso de acoso sexual. Pero las primeras manifestaciones públicas de Cantera en las que ha hablado de unas Fuerzas Armadas predemocráticas y de su deseo de llegar en el futuro a ministra de Defensa han corrido como la pólvora. También la versión -interesada o no- de que Sánchez quiso a Cantera de número dos, y que José Enrique Serrano, el que fuera jefe de gabinete de González y de Zapatero, se lo quitó de la cabeza.

El caso es que fue inevitable recordar con el "fichaje" de la ex comandante el que hizo Esperanza Aguirre con el profesor Jesús Neira, un héroe muy polémico, que saltó a los diarios por recibir una brutal paliza tras socorrer a una joven maltratada y después fue detenido por triplicar la tasa del alcoholemia. Entre un hecho y otro, la ex presidenta de la Comunidad de Madrid le nombró director del Observatorio contra la Violencia Machista.

Así anduvo y anda la política, buscando héroes que acaban siendo luego juguetes rotos.