Vecinos ante la erupción en La Palma: “Alucina el fenómeno en sí, pero a la vez da muchísimo miedo”
Se calcula que más de un centenar de viviendas han desaparecido bajo una lava que ahora se dirige hacia el litoral.
Pasaban las 15 horas de este domingo cuando a la mayoría de vecinos de El Paso (Canarias) les sobresaltaba la erupción del nuevo volcán de La Palma, ubicado en Montaña Rajada, en la zona forestal de Cabeza de Vaca.
“Me llevó el tiempo al 71”, comenta Annais Márquez, residente de la zona, a quien los temblores, las columnas de humo y el ruido le sorprendían terminando de comer. “Entonces tenía 8 años. Vivirlo de nuevo me teletransportó”, recuerda.
“En un primer momento no sabíamos qué hacer, nos entró el nerviosismo hasta que llegó la Policía para decirnos que abandonáramos la zona urgentemente. Nos dio el tiempo justo para hacer un kit de emergencia e irnos a casa de familiares”, señala.
“Estamos todavía a la espera, aunque nos han confirmado que nuestra casa no se ha visto afectada. Pero no se nos va de la cabeza la imagen de la lava tiñendo la falda de la montaña de rojo y arrasando a su paso”, describe.
Desde entonces, los servicios de emergencia no han cesado su actividad. Durante toda la noche, en el marco de un dispositivo de seguridad que trabaja para poner a salvo a los residentes, han sido desalojadas más de 5.000 personas.
“A esta hora continúa en activo con ocho bocas”, añade Moisés Rodríguez, también presente en el lugar de los hechos. “El volcán ha seguido emanando lava, aunque parece que la velocidad se va ralentizando. Ha alcanzado los 115 metros de altura, el equivalente a una casa de tres plantas”, apunta.
“Se calcula ya que más de un centenar de viviendas han desaparecido bajo la misma, que ahora se dirige hacia el litoral. Si se mantiene la velocidad, a última hora de esta tarde podría desembocar en el mar”, asegura.
Rodríguez relata a El HuffPost que 197 vecinos han permanecido en el acuartelamiento de El Fuerte, mientras otros muchos han pasado las últimas horas en sus vehículos, a la espera de saber si tenían que evacuar o podían regresar a sus viviendas.
“Hay gente con experiencia, porque hace 51 años se vivió otra erupción en caliente. Pero entonces fue más próxima a la costa, lo que hace pensar que esta vez los daños serán mayores”, describe.
El sentimiento de la mayoría de quienes se encuentran en las proximidades es común y, al mismo tiempo, contradictorio. “Alucina el fenómeno en sí, pero a la vez da muchísimo miedo”, reconoce Esmeralda, residente de El Paso y a quien su hijo tuvo que pasar a buscar para desalojarla de urgencia en la tarde del domingo. Por recomendación del Ayuntamiento, abandonó su casa con lo puesto y con la esperanza de poder regresar pronto. Por el momento no sabe cuando logrará hacerlo y las previsiones tampoco son optimistas.
La volcánica de La Palma podría prolongarse “varias semanas, si no unos pocos de meses”, según ha explicado el propio director del Instuto Vulcanológico de Canarias, Nemedio Pérez.
La duración de la erupción dependerá de la cantidad de magma que se ha acumulado en “reservorio” del volcán. “La bolsa que puede estar a tres o cinco kilómetros de profundidad está conectada con otra bolsa a 20 o 30 kilómetros, por lo que la retroalimentación de la la que está a más profundidad sobre la más somera podría hacer que la erupción se alargue”, ha añadido el director.
Asimismo, ha explicado que para predecir el final de este episodio es importante estudiar las emisiones de dióxido de azufre que se vayan registrando. “El primer día hemos calculado entre 6.000 y 9.000 toneladas, una cantidad razonable, las hemos visto mayores, y una tendencia descendente va a ser indicativo de que la erupción va menguando; cuando pasen 48 sin ninguna emisión de dióxido de azufre, podemos darla por finalizada”, ha indicado Pérez.
Este lunes, un total de 60 efectivos del Segundo Batallón de la Unidad Militar de Emergencia (UME), con base en Morón de la Frontera (Sevilla), parte hacia La Palma para participar en las labores de extinción de los incendios provocados por la erupción.