Unos Presupuestos para atender la urgencia del presente y la esperanza del futuro
La derecha y sus paisanos políticos de la ultraderecha han intentado sin éxito doblegar las cuentas públicas presentadas por el Gobierno.
La derecha y sus paisanos políticos de la ultraderecha han intentado sin éxito doblegar las cuentas públicas presentadas por el Gobierno mediante la enmienda a la totalidad de los Presupuestos Generales del Estado, es decir, su devolución.
Estas enmiendas, junto a otras presentadas por otros partidos minoritarios, fueron derrotadas por 198 votos, a saber: los dos partidos que apoyan al Gobierno, PSOE y UP; además de ERC, Ciudadanos, Más País, Compromís, PDeCat, PNV, Bildu, PRC, Nueva Canaria y Teruel Existe, lo que supone 31 votos más que los 167 que apoyaron la moción de censura, y además suponen 22 votos por encima de la mayoría absoluta.
La lógica proposicional es aplastante. La mayoría parlamentaria rechaza la enmienda a la totalidad a los PGE. La representación mayoritaria del pueblo español, por tanto, desestima la devolución de los Presupuestos; es decir, la ciudadanía apoya unas nuevas cuentas públicas, y lo manifiesta mediante la representación democrática de sus representantes políticos en el Congreso de los Diputados.
Quizá es así porque una gran mayoría de la España real, la que está sufriendo las consecuencias sanitarias, económicas y sociales de esta pandemia provocada por la COVID-19, sabe que la solución, lejos de la sobreactuación política y de la demagogia de brocha gorda, se encuentra en el diálogo y en el consenso para que los próximos Presupuestos del Estado, sean unas cuentas públicas que atiendan la urgencia del presente y nos den esperanza en el futuro.
No se entiende la polarización del mensaje simplista de la derecha, y por supuesto la ultraderecha, esa que quiere salvar a España, pero no a los españoles, alejada del sentimiento solidario que precisa toda nuestra sociedad en estos momentos difíciles.
Por mucho menos el PSOE, con sentido de Estado, se abstuvo en 2016 para facilitar el Gobierno de Rajoy. Por mucho más, la crisis sanitaria más severa en un siglo, el PP difunde un mensaje sesgado, partidista, electoralista y antipatriota, utilizando para ello el relato del exceso, el titular sensacionalista, o el tuit populista que le interesa a corto plazo, sin ningún tipo de rigor político, carente de sentido de la responsabilidad, y totalmente ajeno a los intereses y problemas reales de los españoles.
Este discurso tendrá un corto recorrido, el justo hasta que se aprueben los Presupuestos Generales del Estado para el 2021.
Para luchar, para revertir esta realidad distópica que nos ha tocado vivir, se necesita de la política con mayúsculas, del debate sincero ideológico, huyendo del mensaje fácil, demagógico e interesado, carente de empatía y sensibilidad social.
Lo que demanda la ciudadanía a los representantes políticos es la actitud de los que están dispuestos a sentarse a una mesa y no levantarse de la silla hasta alcanzar los acuerdos, y no la de aquellos que apenas se han sentado ya están deseando retirarse para ser los primeros en lanzar una nueva soflama.
El Parlamento representa a todo el pueblo español, y el pueblo español se manifiesta en el Congreso, esa es la grandeza de la democracia. El empeño del presidente, y todo su Gobierno, es tener las mejores cuentas públicas para hacer frente con solidaridad y eficiencia a todos los retos a los que tenemos que hacer frente.
La crítica fácil la puedo entender, porque la derecha ha sido históricamente oportunista, pero no entiendo la crítica de personas y partidos políticos de izquierdas o centro izquierda, e incluso algún que otro socialista que se emplea con ligereza en el vocabulario gracioso.
La capacidad intelectual se mide por las palabras, es el sentir del pensamiento, como diría el filósofo Wittgenstein: “Los límites de mi lenguaje son los límites de mi mente”, y cuando nada se sabe aportar ni nada inteligente decir, el silencio, es sin duda, la más valiosa contribución.
La digestión intelectual no ha de producirse en el estómago, hemos de procesarla en el intelecto, en la mente, es la capacidad de razonamiento y la capacidad política que se presupone a todos los representantes políticos, máxime en este momento tan crítico.
El presidente, Pedro Sánchez, ha trazado la ruta necesaria en estos momentos, y el aplomo demostrado ante las adversidades es la garantía para acometer las medidas y reformas políticas precisas, asumiendo el liderazgo político en España y en la socialdemocracia europea. Tiempo al tiempo.