Una reivindicación generacional
Los Millenial empiezan a hacerse un hueco en puestos directivos de las empresas, los medios de comunicación y también en las instituciones.
¿Qué tienen en común Isabel Rodríguez (portavoz del Gobierno y ministra de Política Territorial), Diego Gago (diputado del Partido Popular en el Congreso), Adrian Vázquez (eurodiputado de Ciudadanos) o Aina Vidal (diputada de Unidas Podemos)? Son personas implicadas en política, han nacido en democracia y son miembros de una misma generación: los Millenial. La generación que protagonizará la vida política de nuestro país en los próximos años. Para hablar del papel de los Millenials en las instituciones hemos reunido esta semana a un grupo de veinte líderes emergentes, como Rodríguez, Gago, Vázquez o Vidal, a raíz de la presentación del primer estudio que se ha hecho en España sobre los políticos nacidos en democracia y que hemos impulsado desde el Observatorio de Nuevos Liderazgos de la consultora beBartlet.
Cada generación tiene sus mitos y sus hitos: la de mis padres tuvo la Transición o la entrada de España en la Unión Europea y la mía, probablemente, tenga la crisis económica del 2008 o el impulso regenerador que vivieron las instituciones a partir del año 2015. Mi generación, que nació tras el Golpe de Estado del 23F y tras la llegada de la democracia en España e, incluso, tras la caída del muro de Berlín, es la generación de aquellas personas que no hemos conocido la ausencia de libertades, que hemos crecido entre crisis económicas y que tenemos el reto de mantener un sistema de bienestar, derechos y libertades que ha sido consecuencia, entre otras cosas, de la capacidad de las generaciones anteriores de construirlos o mantenerlos, y tras décadas en las que la democracia había sido la excepción.
Es la generación que empieza a hacerse un hueco en puestos directivos de las empresas, los medios de comunicación y también en las instituciones. Es una generación que ya forma parte del paisaje. Uno de cada tres españoles tiene entre 18 y 40 años. Sin embargo, nuestro peso en las principales instituciones no se corresponde el que tenemos en la sociedad: uno de cada cinco diputados del Congreso se mueve en ese rango de edad. Mientras los Zeta todavía no tienen apenas presencia institucional, los Millenial en política tienen un protagonismo creciente. A esa edad Pedro Sánchez o Pablo Casado ya eran parlamentarios en las Cortes generales. La presencia de los jóvenes en las instituciones ha sido una constante en nuestra historia reciente y, justamente por ello, prestarles atención a ellos y sus perfiles es una forma de anticipar el futuro. Felipe González fue presidente del Gobierno con 40 años, mientras José María Aznar lo fue de Castilla y León con 34.
La brecha de género, instalada aún en muchas áreas de la sociedad, apenas existe entre los líderes institucionales emergentes: el 47% de los nuevos liderazgos políticos son mujeres, frente al 53% de hombres. Con un peso de ellas incluso superior al de ellos en el ámbito autonómico o en las principales ciudades de España. El dato refleja la foto de un país nuevo que tomará el protagonismo absoluto de las instituciones en los próximos años. Un país que cuenta con unos líderes institucionales emergentes que en un 80% tienen formación superior, donde, al menos, el 50% antes de entrar en política desarrollaban una profesión previa, y donde, al menos, el 20% antes de entrar en política participaban del activismo social o los movimientos sindicales.
En la presentación del informe, donde también participaron consejeros como Rachid Bussian (Melilla) o Álex Dorado (La Rioja), alcaldes como Ignacio Gragera (Badajoz) o Marta Farrès (Sabadell), se dieron cita personas de la familia de los liberales, como Nacho Català (diputado del PP en la Asamblea de Madrid), los socialdemócratas, como Omar Anguita (secretario general de las Juventudes Socialistas) o los verdes, como Eduardo Rubiño (presidente del Grupo Parlamentario de Más Madrid en la Asamblea regional) se visualizaron los retos compartidos de una generación llamada a seguir consolidando la democracia en España.
El líder emergente institucional medio del futuro de nuestro país viene de Catalunya, Andalucía, Castilla y León, la Comunidad de Madrid o la Comunidad valenciana, si fuese de izquierdas habría muchas posibilidades de que hubiera estudiado Derecho o Ciencias Políticas, si fuese de derechas habría muchas posibilidades de que hubiera estudiado Derecho o ADE, habría trabajado antes en el ámbito de la Educación, el Derecho o la Economía y entre sus actuales responsabilidades institucionales estaría ya trabajando en el ámbito de las Instituciones o la Función pública, los servicios sociales o la cultura.
El primer informe que se ha hecho en España sobre los liderazgos emergentes de la política española que hemos elaborado desde beBartlet es no solo un instrumento para tener una radiografía de lo que está pasando ya en nuestras instituciones, sino también una oportunidad de identificación del futuro que nos espera y, sobre todo, una reivindicación generacional del peso que nos corresponde en las instituciones no solo en el presente, sino, sobre todo, en el futuro más próximo. Los Gobiernos y parlamentos de nuestro país están llenos de unos jóvenes que, necesariamente, debemos conocer y deben conocerse. Cada generación tiene sus mitos y sus hitos y la nuestra todavía puede construir los suyos propios.