Una farmacia cerca de cada víctima: siempre de guardia contra la violencia de género
Los farmacéuticos españoles también estamos en primera línea contra la violencia de género.
Mónica Linde, de 28 años, es el nombre de la primera víctima mortal de la violencia de género en 2020. Fue asesinada junto a su hija de tres años por su expareja. Desgraciadamente, desconocemos el nombre que cerrará la lista. Pero sí sabemos que en lo que va de año –hasta el 19 de noviembre– ya son 40 las mujeres que han muerto. Esa es la dura realidad con la que convivimos en España, un país de los más avanzados en cuanto a derechos civiles e igualdad, y ante la que de ningún modo podemos tener una mirada indiferente, ni resignarnos.
Precisamente, en la profesión farmacéutica hace tiempo que nos rebelamos contra esta situación y, como no podía ser de otra manera, nos situamos junto a las víctimas. Una decisión que en los últimos años se ha traducido en acciones concretas. Lo primero que hicimos fue reflexionar sobre qué podíamos aportar a esta lucha contra la violencia de género. Y nos dimos cuenta de nuestro potencial: 75.000 profesionales sanitarios colegiados, de los cuales 7 de cada 10 son mujeres; y una red de 22.102 farmacias comunitarias, que es la más numerosa de Europa, hasta el punto de que el 99% de las mujeres tiene una farmacia a menos de 10 minutos de su domicilio. La conclusión es clara: siempre habrá un farmacéutico y una farmacia cerca de cada víctima de la violencia de género.
Había que actuar y, como siempre que se quieren obtener los mejores resultados, buscamos aliados para ser más eficaces. Esa es la razón por la que hace más de seis años nos sumamos a la campaña Hay salida, puesta en marcha por el Gobierno de España. Las farmacias, por las que diariamente pasan más de 2,3 millones de personas, queríamos ser un canal de comunicación a través del cual difundir mensajes de apoyo a las víctimas, hacerles llegar la certeza de que es posible dejar atrás esa situación e iniciar una nueva vida, y ofrecer información sobre qué recursos tienen a su disposición. Hicimos de la farmacia una ventana al futuro de las víctimas.
Pero queríamos y podíamos hacer más. Por eso, cuando en diciembre de 2017, los distintos grupos parlamentarios, las comunidades autónomas y las entidades locales representadas en la Federación Española de Municipios y Provincias, ratificaron el Pacto de Estado contra la Violencia de Género, desde la Organización Farmacéutica Colegial manifestamos nuestra intención de ser parte del mismo. No tardamos. En abril de 2018 firmamos un convenio marco de colaboración con el entonces Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad. Un acuerdo que incluye el desarrollo de actuaciones de información, prevención y sensibilización en materia de violencia contra la mujer, entre las que se encuentra la “elaboración y difusión de un protocolo de actuación para el personal farmacéutico, con el fin de que puedan detectar las primeras señales de la violencia de género y cómo actuar ante un posible caso”. Una herramienta de trabajo cuya elaboración está muy avanzada y que esperamos que pronto vea la luz, y de esta forma hacer más efectiva nuestra labor en esta causa.
Mientras, hemos seguido avanzando en esa irreversible decisión de estar cerca y ser útiles a las víctimas. Y este mismo 2020 hemos puesto en marcha dos acciones decisivas. Por un lado, hemos firmado un convenio con el Ministerio del Interior para colaborar con la Guardia Civil y la Policía Nacional en la protección de colectivos vulnerables entre los que, por su puesto, se encuentran las mujeres víctimas de la violencia de género. Y es que las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado reconocen el arraigo social de las farmacias en el entorno al que dan servicio, por lo que, entre otras acciones, asesorarán a los profesionales farmacéuticos para una mejor detección de esas señales de alarma y se generarán cauces ágiles para que esa información llegue cuanto antes a las unidades policiales adecuadas, de manera que sea posible habilitar cuanto antes medios de prevención o de auxilio.
La otra actuación ha sido Mascarilla19, una iniciativa surgida al comienzo del estado de alarma y en el seno de la propia profesión –concretamente en Canarias, pero que rápidamente se extendió por toda España– como respuesta a la situación en que se encontraban –y se encuentran– las víctimas de violencia de género, confinadas en muchas ocasiones junto al propio maltratador.
Aunque el protocolo de actuación varía según las comunidades autónomas, la mecánica es muy similar, pues se trata de que toda mujer que se encuentre en una situación de riesgo o de peligro para su integridad física, psicológica y/o sexual, tanto en su entorno familiar más cercano como en la calle, pueda acercarse a la farmacia y solicitar una Mascarilla19. A partir de ese momento, el farmacéutico dará los pasos necesarios para activar a los servicios de ayuda. De esta forma, durante la pandemia, los farmacéuticos españoles también estamos en primera línea contra la violencia de género. Y, aunque es difícil saber con seguridad el número de mujeres que han hecho uso de este código, sí sabemos que, solo durante los primeros 100 días desde el comienzo de la emergencia sanitaria, como mínimo 25 víctimas de la violencia de género solicitaron ayuda a través de la farmacia comunitaria.
Esta acción, en la que participan más de 16.000 farmacias de toda España, ha sido muy bien acogida tanto por la delegada del Gobierno contra la Violencia de Género, Victoria Rosell, “reconociendo la confianza de la ciudadanía de este país en la farmacia, que en estos momentos tan duros está dando ejemplo con una labor encomiable”, como por la presidenta del Observatorio de Violencia de Género y Doméstica del Consejo General del Poder Judicial, Ángeles Carmona, quien recomienda que “si una mujer necesita pedir ayuda porque se encuentra confinada con su maltratador puede acudir a una farmacia y decir el código Mascarilla19”. Una iniciativa que se ha extendido por todo el mundo y que ya se está presente en cuatro continentes, pues se ha implantado en países como Italia, Francia, Alemania, Noruega, Reino Unido, Argentina, Colombia, México, Uganda, Cabo Verde y Australia.
Pero el compromiso de la profesión farmacéutica con las víctimas no se agota aquí. Continuamos trabajando. Dentro de los proyectos que pondremos en marcha durante 2021 alguno estará destinado a mejorar la contribución de la farmacia en esa lucha que es de todos, la lucha contra la violencia de género. Porque queremos que las víctimas sepan que allí donde vean la cruz de la farmacia hay un farmacéutico siempre de guardia contra la violencia de género.