Un Primero de Mayo para la esperanza
Contamos con la mejor herramienta de política sanitaria y económica que podemos desplegar, que son las vacunas.
Conmemoramos un año más el Día Internacional del Trabajador, en un escenario marcado todavía por la incertidumbre, pero en una situación mucho mejor que la que teníamos en 2020, cuando apenas nos disponíamos a enfrentarnos a la fase cero de la desescalada, tras un mes y medio de confinamiento absoluto en nuestras casas y después de haber vivido un cierre casi total de nuestra economía.
Hemos vivido ya 14 meses que nunca hubiéramos esperado, en los que se han quedado por el camino la vida de muchos compatriotas, con un gran coste social y económico añadido.
Pero este año tenemos ante nosotros un Primero de Mayo para la ilusión. Contamos con la mejor herramienta de política sanitaria y económica que podemos desplegar, que son las vacunas. Una inyección de esperanza y optimismo que abre la puerta a que muy pronto podamos estar retomando progresivamente nuestras vidas, con nuestros empleos y nuestras empresas en el horizonte.
Aunque a todos nos hubiera gustado que la campaña de inmunización hubiera sido mucho más rápida en España y Europa, hemos de confiar en las autoridades sanitarias y desear que cuanto antes se alcance ese 70% de la ciudadanía vacunada, para que podamos salvar todo lo posible la campaña de verano y para que volvamos a reactivar nuestra economía, nuestros viajes y los encuentros con nuestros seres queridos.
La cantidad de vacunas se va a ver incrementada notablemente, por lo que ahora es tarea de todos acelerar su administración a los ciudadanos. Y para ello, es una buena noticia que se vaya a contar con todos los recursos disponibles, incluidas las mutuas y las empresas de este país.
Junto a las vacunas, la otra gran dosis de esperanza son los fondos europeos Next Generation EU, que permitirán no solo agilizar al máximo la reconstrucción económica, sino robustecer nuestro sistema productivo y hacerlo todavía más resiliente ante futuras crisis. Con este fin, es clave que los fondos lleguen cuanto antes y que, cuando esto suceda, los aprovechemos al máximo, apostando por ejes transformadores como son la transición ecológica, la digitalización, la industrialización y el impulso de la igualdad de género y la cohesión territorial. Solo así lograremos superar esta coyuntura siendo más fuertes.
Eso sí, hemos de ser conscientes de que el reparto a España de más de 150.000 millones de euros (70.000 en ayudas directas) tienen condicionalidades que hemos de cumplir, avanzando en cuestiones como reforzar la formación de los trabajadores, asegurar la sostenibilidad a futuro de nuestro sistema de pensiones y reducir la dualidad del mercado laboral, entre otros muchos retos.
Por parte de la empresa, estamos haciendo ya los deberes para sacar el máximo partido como país a la gran oportunidad que suponen los fondos europeos. Así, desde CEOE hemos puesto en marcha la Oficina Técnica de Proyectos Europeos, con el objetivo de acercar a las empresas y autónomos la información necesaria en cada momento.
En suma, sabemos que todos los desafíos que tenemos por delante no serán fáciles, pero contamos con las mejores herramientas para hacerle frente. Unas herramientas que estarán al servicio del mejor activo que tenemos los españoles para salir adelante: los empresarios y los trabajadores.
A ellos, precisamente, quiero felicitar en este Primero de Mayo por su gran esfuerzo durante los últimos meses, haciendo de los espacios de trabajo lugares seguros en momentos de pandemia; construyendo las bases de la recuperación, y demostrando, con gran responsabilidad, que incluso en las situaciones más difíciles, somos capaces de alcanzar grandes acuerdos en la mesa del diálogo social, con generosidad y valentía.