Un microbiólogo pide una "medida impopular pero al alcance de la mano": empezaría el 19 de marzo
"Y no tan agresiva como el confinamiento total".
Tras un año de pandemia en el que hemos aprendido de un virus “más que nunca en la historia de la humanidad”, en septiembre “podríamos volver a ver la luz” si es alto tanto el porcentaje de personas inmunizadas por contraer la covid-19 como el de vacunadas contra esa enfermedad.
Así lo considera el profesor titular del departamento de Microbiología de la Universitat de València (UV), Sergi Maicas, quien en declaraciones a la Agencia EFE explica que pueden producirse nuevas pequeñas oleadas del virus pero “esta tercera ola, si hacemos caso a otras pandemias, debería ser la más fuerte”.
“No deberíamos tener un brote tan fuerte” como el actual, señala el también director del Máster en biología molecular, celular y genética, quien explica que en otras pandemias ha habido hasta seis oleadas “pero del orden más parecido a la primera -de marzo- que a la actual, que es la fuerte”.
Sergi Maicas afirma que las pandemias no conocen fronteras y, por ello, las medidas a adoptar deberían ser una “cuestión mundial, lo más globales posibles”.
“No sirve de nada hacer una cosa en Europa si no se hace también en Marruecos cuando hay muy poca distancia” entre Ceuta y el país africano, afirma para añadir: “Cuanto más extenso sea el tratamiento, mejor para todos”.
Opina que en Navidad debería haberse hecho un confinamiento similar al de marzo del pasado año, de diez o quince días -entre el 21 o 22 de diciembre y el 7 de enero-. “No habría pasado lo que pasa ahora”, asegura.
Además, señala que una “medida impopular pero al alcance de nuestra mano y no tan agresiva como el confinamiento total es suspender días festivos como el 19 de marzo”, que aunque no se celebran Fallas sí que suele conllevar reuniones familiares o sociales por ser el día del padre y San José.
También cree que no deben celebrarse ni Jueves ni Viernes Santo, días que deberían ser laborables y dejar al trabajador la posibilidad de que puedan hacer esa festividad cualquier otro día para evitar las reuniones. En caso contrario, explica, “volveremos a tener picos de casos”.
Durante el último año, afirma Maicas, “hemos aprendido más que nunca en la historia de la humanidad. Hemos pasado de saber que pasó algo en un mercado de animales de una región china que nadie sabe dónde estaba a disponer de varias vacunas, pruebas PCR o test de antígenos”.
Pero todavía nos quedan por aprender “muchas cosas” porque “estamos viendo que este virus está mutando más de lo que nos gustaría, vemos que están apareciendo cepas nuevas”, resalta.
También hay que ser conscientes, afirma, de que desde Justiniano en Roma, hace más de dos mil años, “las pandemias existen porque la gente vive en sociedad. Si uno vive solo, no se contamina”.
El microbiólogo afirma que el virus SARS-CoV-2 “nos está engañando a todos en todos los sentidos, nos está haciendo cosas que no esperábamos”.
Respecto a medidas como el uso de mascarilla, gel hidroalcohólico o distancia interpersonal, supone que aún las seguiremos utilizando durante un tiempo.
“Cuando haya una inmunidad de rebaño y un porcentaje alto de población que esté vacunada o haya pasado la enfermedad, será más difícil contagiarse y, entonces, podremos empezar a relajarnos”, pronostica el microbiólogo, quien señala que, aunque “nada se puede afirmar al cien por cien”, podríamos estar un año más con mascarillas.
Sergi Maicas señala que es necesario vacunar “a mucha gente” porque “si vacunas a toda la población del Estado español pero no lo haces con Marruecos ni Argelia, se producirán nuevos brotes del coronavirus”.
“Acabará habiendo una veintena de vacunas contra la covid-19 y con eso conseguiremos tener un porcentaje importante de gente vacunada -apunta-, aunque a la marcha que vamos, será más importante la cantidad de personas que se va a inmunizar porque ha adquirido la enfermedad”.
“Entre la inmunidad conseguida por haberse contagiado y la vacuna, en el mes de septiembre podemos empezar a ver la luz”, señala Maicas, quien confía en que en dos o tres años “esto sea una pandemia del pasado”.