Un 'best seller' llamado Villarejo
Debo de ser la única que cada día espera con regocijo una nueva cinta del comisario-policía-espía-chivato. Este espécimen, todavía sin clasificar por la revista médica Lancet, es una perpetua fuente de información acerca de nuestra clase política. En plena sociedad del espectáculo este alguacil es un auténtico posmoderno cuyas creencias resultan de una ingenuidad arcangélica... o una imbecilidad tan extrema que, por eso, sus parlanchines escuchadores adoran esa locuacidad incontinente.
Según diserta la filósofa Amelia Valcárcel acerca de las "estructuras del poder" implícitas en todo lenguaje, estas transmiten siempre las palabras y mensajes que privilegian a los diversos grupos sociales hegemónicos de todo el arco político. A este sabueso lo único que le falta ya es pillar audio con alguien que debata sobre la sexualidad y sus nuevos modelos y usos sociales. Sería la repera. Y no desisto. Mi nuevo mago de cabecera en supercherías es un ilusionista de l@s profesionales mediáticos. Sus continuas noticias falsifican la realidad de tal modo que solo es admirada, deglutida y comprendida por una masa domesticada que cree como dogma de fe todo lo que sale en las noticias televisivas. Sucesos vertiginosos que aniquilan el tiempo y deterioran la realidad matando toda la perspectiva crítica sobre lo que ocurre. De Corinna a una ministra pseudofeminista, a un marido de "gurusa" comunicadora, de ahí a l@s pandis travestidas en todo tipo de corrupciones, de las tramas pustulentas a los personajes más vips, el juego de la oca sigue en la noria de las hermosas ficciones que se incrustan en el juego especulativo de semejante gato montés.
No conozco de nada al pijísimo marido de la señora encargada en el PRE-PP Casadiano de argumentar y mentir las grandiosas majaderías y pillerías que consumaban sus corrompid@s congéneres. Ella sí lo hacía "de lujo", parangonando el libro de estilo que tanto gusta a la extrema derecha. Los escándalos de semejante tipo en el argumentario político/informativo no es que atenten contra los valores morales, que ya sería grave; van contra la verdad real, algo que ya no cotiza en la bolsa de los valores en estos dos bandos.
Nuestro madero de moda se permite dar la hora a l@s charlatan@s más degenerado@s y pautar desde el trullo las escaletas de los programas políticos como si de un colectivo de funambulistas se tratara. Va otorgando óbolos aterradores según el partido contra el que prefiere jugar al ring en su propio y genuino tablero de convicciones para el chantaje y el divertimento. Lo suyo es vocación irreprimible para derribar los vistosos pero frágiles castillos de naipes que las fuerzas vivas han construido sobre las arenas movedizas de sus miserias.
Y si hay una cosa de este cocodrilo de alcantarilla neoyorkina que me tiene pasmada es su finura comunicativa con quienes tiene como amig@s en esa agenda tan valiosa donde conviven en amorfa mezcolanza l@s especímenes más variad@s. Villarejo utiliza la jerga tabernaria que tod@s sus partenaires sin excepción acogen con regocijo. Valioso indicativo de la patética clase dominante que tenemos. Lo último, que ya es penúltimo, consiste en analizar su terminología y verborrea. Términos como 'farlopa' o 'parienta' junto a otros tan poco académicos y vulgares conforman la oratoria de esa manada de Res pública que aparece como el gran timonel de nuestras vidas y haciendas.
Hay que seguir el guion de este obsceno personaje como una perpetua lección de cultura asentada en la falla del debate público y mediático esperando su próxima ferocidad irracional. Nuestros talegos estatales, tan repletos de ilustres rateros se parecen cada día más al mito de Prometeo, el osado Titán.