Trump está volviendo a usar la narrativa que desencadenó el asalto al Capitolio
"La gente de este país no va a tolerar otro fraude".
Mientras aún se debate la responsabilidad de Donald Trump en la incitación de los disturbios en el Capitolio de Estados Unidos el 6 de enero de 2021, el expresidente está resucitando el mismo tipo de narrativas incendiarias contra el FBI después de que los agentes ejecutaran una orden de registro en su residencia privada de Mar-a-Lago (Florida).
Trump está intensificando las acusaciones contra el FBI, como ya hizo contra las elecciones presidenciales que perdió. Ha afirmado repetidamente que el FBI está corrupto y no cumple la ley y que la creciente ira contra la agencia está justificada.
Trump también está vinculando el registro de Mar-a-Lago y la incautación de cajas de documentos a una red de “corrupción” que abarca sus dos impeachments y la investigación sobre el intento del Kremlin de manipular las elecciones presidenciales de 2016 a favor de Trump. Está utilizando el mismo tipo de lenguaje incendiario que utilizó antes del asalto al Capitolio del 6 de enero de 2021. Entonces, como ahora, la retórica ha llegado a extremos tales que sus fanáticos están pidiendo un golpe de estado.
Trump ha arremetido contra el FBI calificándolo de sedicioso, abusivo y criminal después de que los agentes sacaran de Mar-a-Lago una veintena de cajas de material de la Casa Blanca, entre ellas 11 conjuntos de información clasificada que deberían haber sido entregados a los Archivos Nacionales al acabar su mandato presidencial.
Ahora, “se está cociendo a fuego lento un gran descontento” con motivo del registro, afirmó Trump en una publicación el domingo en su red social Truth Social, donde también calificó el registro como un “ataque furtivo” y un “allanamiento”.
“El país está en una situación muy peligrosa”, declaró Trump a Fox News el lunes. “Hay un tremendo enfado como nunca antes he visto debido a todos estos fraudes”.
Trump dijo a Fox News: “La gente está muy enfadada por lo que está ocurriendo. La gente de este país no va a tolerar otro fraude”, advirtió, en lo que sonó como un eco de los comentarios que hizo justo antes de los disturbios en el Capitolio.
No hay ningún indicio de que el registro de Mar-a-Lago fuera un “fraude”, al igual que no hay pruebas de que las elecciones presidenciales estuvieran amañadas.
La orden de registro del FBI fue aprobada por un juez federal y en ella se encontraron documentos que no deberían haber salido de la Casa Blanca. Además, Trump no ha negado que tuviera en su poder cajas con material de la Casa Blanca.
Trump insistió en que quería “bajar la temperatura” de la ira de sus fanáticos por el registro del FBI. Sin embargo, más tarde dijo en Twitter que era un “pirómano”, no un pacificador, y siguió avivando las llamas.
Antes del 6 de enero, Trump dijo en repetidas ocasiones que las elecciones presidenciales de 2020 estaban amañadas y que la gente estaba enfadada por ello.
“El Departamento de ‘Justicia’ y el FBI no han hecho nada sobre el fraude electoral de las elecciones presidenciales de 2020, la mayor estafa de la historia de nuestra nación”, tuiteó Trump el 26 de diciembre de 2020. “Deberían estar avergonzados. La historia lo recordará. No os rindáis nunca”.
“Nuestro país ya ha tenido suficiente”, les dijo Trump a sus seguidores en el mitin del 6 de enero de 2021 que precedió al asalto al Capitolio. “No vamos a permitirlo más”.
El día de la insurrección, Trump pareció dar su luz verde a los rebeldes al decirles que su violencia era comprensible.
“Esto es lo que pasa cuando una victoria electoral sagrada y aplastante es arrebatada de forma tan poco ceremoniosa y viciosa de los grandes patriotas que tan mal e injustamente tratados han sido durante tanto tiempo”, escribió Trump en Twitter ese día.
El actual ataque verbal de Trump contra sus supuestos enemigos se produce en medio de fuertes amenazas de violencia contra las fuerzas del orden.
Heidi Beirich, cofundadora del Proyecto Global contra el Odio y el Extremismo, ha declarado para The Associated Press que es esperable que se produzcan ataques duros y amenazantes por parte de supremacistas blancos y otros extremistas. De nuevo, el origen es Trump y sus partidarios del Partido Republicano, que están “normalizando la retórica violenta”.
“No hace falta ser ingeniero aeroespacial para darse cuenta de lo que está haciendo. Está intentando que sus seguidores hagan lo que ya hicieron el 6 de enero”, sostiene David Gómez, exagente especial adjunto del FBI, en declaraciones a la revista Time. “Está tratando de arengar a la gente para que se ponga de su lado sin dar órdenes abiertamente”.
El FBI ya está sufriendo un fuerte aumento de la violencia vinculada a las falsas afirmaciones de Trump.
Un hombre armado con un rifle de asalto AR-15 fue abatido por la policía la semana pasada después de que intentara entrar en una oficina del FBI en Cincinnati (Ohio), en medio de una ola de ataques en las redes sociales contra el FBI por parte de los legisladores republicanos y sus partidarios.
Este hombre publicaba con frecuencia mensajes violentos en la plataforma Truth Social de Trump y parecía estar especialmente enardecido por los ataques verbales, liderados por el expresidente, contra el FBI.
Este artículo fue publicado originalmente en el ‘HuffPost’ Estados Unidos y ha sido traducido del inglés por Daniel Templeman Sauco.