Trapero defiende la actuación de los Mossos y se desliga de las decisiones del Govern
El ex jefe de la policía catalana asegura que se ofreció al TSJC para detener a Puigdemont y los consellers tras la declaración de independencia.
Un minuto antes de que Josep Lluís Trapero apareciera por la Sala de Plenos del Tribunal Supremo, el exconseller de Interior Joaquim Forn se ha levantado de su silla para sentarse detrás de su abogado. Las respuestas del que fue Major de los Mossos durante el otoño de 2017 se preveían cruciales para los intereses de Forn, que en su declaración trató con mimo a Trapero y lo desvinculó de cualquier decisión del Govern a favor del referéndum.
Pulcramente afeitado, traje y corbata, la grave voz de Trapero confirmaba sobre las 11.15 h que declararía en el juicio a pesar de no estar obligado por su procesamiento en la Audiencia Nacional, donde se enfrenta a 11 años de cárcel por rebelión. Empezarían seis horas de detalles y revelaciones trascendentales para el juicio del procés.
El ex Major de los Mossos llevaba su declaración testifical planificada al dedillo tras días de preparación con su letrada, Olga Tubau. La estrategia era clara: Trapero no tuvo nada que ver con los políticos catalanes, a los que advirtió en múltiples ocasiones, y la actuación de los Mossos respondió a criterios operativos.
Es más, ha confesado que la policía catalana tenía preparado un dispositivo para detener a Carles Puigdemont y al resto de consellers tras la declaración de independencia y así se lo trasladó al Fiscal Superior de Cataluña y al presidente del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC) el 27 de octubre de 2017.
Trapero ha aguantado sin fisuras el errático interrogatorio de la acusación particular, que se ha olvidado de preguntar sobre las reuniones del 26 y 28 de septiembre y ha cortado el paso al resto de acusaciones (al no haber pedido su testigo, sólo podían preguntar por los mismos hechos que Vox). Ni rastro de la rebelión, ni tampoco de nada que salpicara directamente al exconseller de Interior, que seguía la declaración con sumo interés.
Sus respuestas, seguras y contundentes, argumentaban por qué el 20-S la secretaria judicial acabó saliendo por un teatro colindante y defendían el operativo de los Mossos el 1-O, insistiendo en todo momento en que la actuación de la policía catalana formaba parte de un operativo conjunto con Policía Nacional y Guardia Civil.
La contundencia con Forn
La cara de Forn ha cambiado cuando ha llegado el turno del fiscal Javier Zaragoza. Especialmente, cuando el Ministerio Público ha preguntado por el relevo en la Consellería de Interior y en la dirección de los Mossos en julio de 2017, meses antes del referéndum. Trapero ha sido contundente y a la vez cuidadoso con Forn. Ha mostrado las discrepancias del cuerpo con él pero también ha afirmado que nunca trató de influir en la actuación de la policía catalana.
El exjefe de los Mossos ha confesado que las palabras de Forn, en las que aseguraba que la policía permitiría votar a los catalanes el 1-O "encajaron muy mal" en el cuerpo, "especialmente mal" a medida que había instrucciones de la Fiscalía de impedir la votación.
"Tenían un punto de irresponsabilidad, pero el cuerpo tiene la fuerza que tiene", ha seguido Trapero, que ha confesado que tanto el exdirector de los Mossos, Albert Batlle, como el antecesor de Forn, Jordi Jané, dimitieron en verano de 2017 porque "no querían correr riesgos" y estaban "incómodos", una incomodidad que ha hecho extensiva a él mismo.
El 20-S, el 1-O, su relación con De los Cobos...
El testigo de Trapero no se ha dejado prácticamente ni un asunto en el tintero y ha tocado una gran cantidad de temas recurrentes durante las cinco semanas que lleva el juicio del procés. Sobre la salida de la comitiva judicial el 20-S y de su secretaria por el teatro colindante, ha negado que saliera camuflada y ha asegurado que tomó esa opción para ahorrar tiempo, porque en ese momento el cordón policial no estaba montado todavía. Trapero ha defendido la gestión policial de esa manifestación y ha culpado a la Guardia Civil de no haberles avisado con antelación del registro.
También ha respondido a preguntas sobre su mala relación con el coordinador del dispositivo policial, el Coronel Diego Pérez de los Cobos, que en su declaración testifical acusó a Trapero de "poner palos en las ruedas" y de actuar en connivencia con los políticos para permitir la votación. Trapero ha descrito momentos de "tensión dialéctica" entre ambos al discutir sobre el uso de la fuerza para hacer cumplir el mandato judicial. Según el mando de los Mossos, De los Cobos le dijo a Trapero que el uso de la fuerza era su excusa para no actuar. "Me pareció una postura muy ofensiva", ha señalado.
"Nadie me ha dicho que estabas tú. Que me estés dando explicaciones... No entiendo nada. Te pido que lo que estás diciendo lo hagas delante de los fiscales que me han convocado", ha contado Trapero que le dijo a De los Cobos en su primer encuentro, presagiando una relación que sólo podía ir a peor. El ex Major ha reconocido que "no hacía un buen papel" con el coronel y, ante las discrepancias personales, dejó los encuentros con De los Cobos en manos de su número dos.
Trapero ha cuidado en todo momento el lenguaje y, cada vez, que hablaba del 1-O, se refería a él como "el referéndum ilegal". El mando policial ha defendido sin ambages el operativo diseñado para ese día y para el fin de semana antes. Ha respondido que Guardia Civil y Policía Nacional tampoco cerraron ningún colegio y ha insistido, además, en que la actuación del 1-O respondía al mandato judicial y se enmarcaba en un operativo conjunto del cual los Mossos representaban sólo una parte.
Las advertencias a Puigdemont y al Govern
Trapero ha guardado su traca exculpatoria para el final. El presidente de la Sala, Manuel Marchena, le ha preguntado por las reuniones con los políticos catalanes de los días 26 y 28 de septiembre de 2017, por las que no ha dejado preguntar a la Fiscalía y a la Abogacía del Estado por una cuestión procesal. Le ha pedido que expusiera por qué pidió esos encuentros y Trapero ha aprovechado para explayarse.
Ha contado que pidió un encuentro con Carles Puigdemont, Oriol Junqueras, Joaquim Forn y también Carme Forcadell. En la reunión, a la que finalmente no acudió la presidenta del Parlament, Trapero acudió con todos los mandos de los Mossos para transmitir una imagen de unidad. "Les emplazamos al cumplimiento de la legalidad", ha asegurado Trapero. "Les dijimos que íbamos a cumplir las órdenes judiciales, que no se equivocaran con nosotros".
Yendo mucho más allá de lo que le pedía Marchena, Trapero ha seguido con el alegato exculpatorio: "Les dijimos que el cuerpo de Mossos nunca quebraría la legalidad y la Constitución y que no les acompañábamos en el proyecto independentista". También ha añadido que les advirtieron de los "riesgos personales" que corrían los mandos policiales advertidos por el Tribunal Constitucional y que en unos 40 colegios podía haber grupos que podrían generar problemas.
- "¿Cuál fue la respuesta de los responsables políticos?", le ha preguntado entonces el abogado de Forn.
- "Hagan lo que tengan que hacer", fue la respuesta de Puigdemont.