Tiro al pie americano
No sabremos si Donald sigue apuntando con su revólver bajo la mesa hasta que se levante y abandone definitivamente la partida.
A contraluz, en el país de los wésterns, el sol recorta su gorda figura. En sus pies, a la misma altura de su ética y sus valores, calza unas botas texanas. La redondez de su línea solo es rota por la silueta de su esperpéntico tupé. Sus palabras apuntan como pistolas hacia nuevos escenarios donde desarrollar la violencia. Donald Trump siempre amenaza. Piensa que nadie lo podrá atrapar. Nadie es más listo que él. Y ahora sabe que su palabra puede matar. Duelo al estado americano.
Tras el cómputo de muertos y heridos, se suceden los primeros desmarques desde el Partido Republicano. Mucho dinero en el salón. A pesar de la imagen de caos del Capitolio y del toque de queda prolongado en Washington, no se genera incertidumbre en la bolsa.
La partida ha terminado. Ya no hay más ases en la manga para Donald. Suenan palabras como insurrección o levantamiento armado y muchos invocan a la 25ª enmienda.
Tarde y por primera vez, el presidente condena la violencia con la boquita chica. Con más prisa da la espalda a sus instigados seguidores del Capitolio. Incluso los amenaza con el peso de la ley en un intento de desmarque para librarse de posibles responsabilidades. Así es él. En horas pasó de “we love you” a “fuck you”. Primero Trump, después America First. Percibe que su sombra ya no es tan larga. Pero, no sabremos si Donald sigue apuntando con su revólver bajo la mesa hasta que se levante y abandone definitivamente la partida.
Poco talento en los estados de la Unión. Tiro al pie americano, tu propio pie amigo.
Plumas y alquitrán para Trump. Pobre tahúr… que no le queda bien el ataúd.