"Tenemos que rearmarnos en lo económico"
Barones del PP consultados por El HuffPost creen que la economía debe ser la prioridad de Génova. En Moncloa se revuelven contra los “agoreros”.
Una semana después de que las negociaciones entre Sánchez y Feijóo saltaran por los aires, en las filas populares se respira cierto alivio. La mayoría de cargos consultados por El HuffPost cree que el Gobierno iba a rebajar el delito de sedición semanas después de alcanzar el pacto del Poder Judicial, lo que les habría dejado en una situación política muy delicada. “Nuestra gente no quería el pacto con Sánchez, la ruptura de las negociaciones ha sido un alivio”, en palabras de un barón autonómico con manda en plaza. “Las bases estaban cada vez más revueltas, lo de la sedición era una línea roja”, corrobora otro líder regional.
Esto no significa que en el PP vean lo ocurrido como una victoria. Lo que interpretan es que “todo habría sido peor” para sus intereses si alcanzan un acuerdo y luego Sánchez “premia” a las formaciones independentistas. “Habremos perdido credibilidad, pues dijimos que esta vez sí habría acuerdo y desligamos públicamente CGPJ y sedición, pero hemos esquivado un lío interno importante”, según las fuentes consultadas. Como ya publicó este diario, hasta que el jueves 27 el PP hizo público su comunicado suspendiendo los contactos, se sucedieron los movimientos de puertas para adentro para dinamitar el acuerdo.
En este sentido, en Moncloa venden la idea que el liderazgo de Feijóo se ha visto dañado por la ruptura de las negociaciones del Poder Judicial y que está calando en la opinión pública que Isabel Díaz Ayuso no solo le tutela, sino que su objetivo final es arrebatarle la presidencia del partido. “Es un debate que hoy por hoy no tiene sentido. Feijóo tiene el apoyo de las principales estructuras del partido, empezando por Andalucía, la más importante”, en palabras de un histórico diputado del PP. “Me tendré que sentar con alguna presidenta autonómica, con algún locutor radiofónico o algún director de periódico, que son las personas que mandan en la posición de Feijóo sobre el CGPJ”, llegó a ironizar esta semana Bolaños.
Ahora, el PP debate qué hacer para recuperar la iniciativa política en un momento en el que las encuestas confirman el agotamiento del efecto Feijóo, aunque continúa a la cabeza de todos los estudios demoscópicos salvo el CIS. El miércoles, en la primera sesión de control tras la ruptura de las negociaciones, en el Grupo Parlamentario popular lo apostaron todo a la sedición, lo cual removió a algunos líderes territoriales. Así lo traslada un barón con interlocución directa con Feijóo: “Hay que denunciar los beneficios a los independentistas, pero lo más importantes es rearmarnos en lo económico”.
La percepción entre los populares es que su discurso económico ha perdido fuerza después de la dimisión de la británica Liz Truss por su masiva bajada de impuestos. Entonces, el PP se quiso asemejar a Alemania o Portugal, naciones gobernadas por socialdemócratas, y aseguró que en realidad es Sánchez quien se parece a Truss. “El PP nunca ha pedido bajadas masivas de impuestos, sino bajadas selectivas y dirigidas a reactivar a la economía y paliar la crisis en las rentas medias y bajas”, se trasladó formalmente.
Los barones quieren que la economía vuelva a ser la piedra angular de su labor de oposición. Más aún, cuando el Ejecutivo ha lanzado toda una campaña para reivindicar sus políticas frente a “los agoreros” de la derecha. “A pesar de los agoreros, España aguanta porque lo hacen los españoles, sus empresas y el Gobierno”, afirmó Isabel Rodríguez, tras sacar pecho por los datos de empleo de octubre. “Seguimos a la cabeza del desempleo en Europa y somos los segundos con más paro juvenil y femenino, solo por detrás de Grecia”, replicaron en Génova, para después asegurar que son Andalucía y la Comunidad de Madrid (gobernadas por el PP) las que asumen el 40,36% de la bajada del paro.
Un sector del partido teme que si el PP se centra en exceso en las cuestiones ideológicas y no muestra solidez en lo económico se alejen del centro. Una tesis que los barones repetían con insistencia con Pablo Casado como presidente. “Sánchez nos quiere alejar de él pero necesitamos ir al centro”, según otro presidente regional, también con mando en plaza. ¿Y cómo se consigue esto? “Estando en las preocupaciones de la gente. En la cesta de la compra, la gasolina, la electricidad”.
El jueves, Feijóo avanzó un paquete de medidas en materia de vivienda, que será entregado al Gobierno, que incluye recuperar la deducción fiscal por la compra de una casa o la creación de un fondo con los bancos para aliviar la subida de las hipotecas. “La economía sigue siendo la prioridad”, enfatizaron en Génova, conscientes también de que otro de los objetivos del Gobierno es acabar con el perfil de buen gestor de Feijóo, cosechado tras largos años gobernando en Galicia por mayoría absoluta.
“No sé si es insolvencia o mala fe, pero Feijóo miente cuando dice que el PSOE y Sánchez eliminaron la deducción por IRPF por adquisición de vivienda. Fue el gobierno de Rajoy quien, incumpliendo su programa electoral, suprimió a partir de 2013 esta deducción”, escribió María Jesús Montero en Twitter, tratando de dinamitar su credibilidad. “El primero en retirar la bonificación fue Zapatero, con el voto favorable del diputado de Sánchez, que tiende a olvidarse muchas veces de aquella épica, en la que también apoyó una congelación de las pensiones”, le contestaron rápidamente desde el PP.
La batalla pues continúa sin visos de ningún acercamiento. En el PP son conscientes de que el Sánchez de hoy no es el de antes del debate sobre el estado de la nación, por poner un punto de inflexión. Que ahora está más fuerte, que ha logrado algunas victorias principalmente en la Unión Europea y que ha frenado la sangría de votos. Pero también que “sigue sin poder pisar la calle”. “Sánchez cae mal, no puede salir del coche oficial sin que le abucheen y las elecciones autonómicas y locales nos van a ir bien, podemos recuperar plazas importantes”, y citan la Comunidad Valenciana, aunque Vox entraría en la ecuación.