Sobre mariconez, Mecano, TVE y las nuevas generaciones
Hace unas semanas la polémica en Operación Triunfo sobre el término "mariconez" hizo que se levantara un gran debate que tocó puntos muy diferentes. Pasada la polémica, me parece interesante analizar algunos de esos puntos, como la importancia del lenguaje en la configuración del pensamiento o la reinterpretación de las obras artísticas pasadas.
Para los que no siguieron el debate, Miki, concursante de OT, cantó la canción de Mecano Quédate en Madrid. En esa canción se usa la palabra "mariconez" como sinónimo de "sensiblero" y con una connotación negativa, donde si un hombre muestra sus sentimientos es maricón. Una visión que se asentaría en la idea de que solo una mujer puede ser sentimental.
Miki y María, la otra concursante que cantaba la canción, expresaron su descontento con tener que usar ese término. Entonces, los que podrían ser los padres de la generación a la que Miki pertenece, y que les han educado en unos valores diferentes a los que ellos tuvieron, de repente, les obligaron a mantener la canción tal cual se escribió. Es decir, Miki tendría que seguir usando el lenguaje con un sesgo machista como si estuviéramos en los 80.
La respuesta más habitual al debate por parte de los que vivieron la época de Mecano se podría resumir con una frase de Kike Sarasola:
Pero el argumento de saber con qué intención se hizo o si quien lo escribió hizo otras canciones a favor de sexualidades no normativas lo único que hace es cortar el posible debate. Sería más enriquecedor analizar cómo el lenguaje sostiene una visión del mundo y cómo configura las mentes de quienes lo usan. ¿Queremos perpetuar con el lenguaje una construcción social del hombre como ser impasible que no muestra los sentimientos? La generación de Miki parecía tenerlo mucho más claro y se les acabó imponiendo una forma de ver el mundo que ellos parecían haber superado.
Si llegados a este punto os preguntáis: ¿por qué cambiar una simple palabra si yo ya veo el mundo de una forma diferente? Me alegro de que no lo veáis necesario, pero sigue habiendo gente que usaría "mariconez" de esa misma manera. Con un pequeño gesto, como el cambio del término, se daría un paso más para acabar con los cimientos de una visión machista del mundo. Veo muy difícil destruir el machismo desde arriba, son estas "nimiedades" las que van cambiando las percepciones.
¿Lo que propongo entonces es una censura? Por supuesto que no. Estoy radicalmente en contra de cualquier tipo de censura. La canción se grabó y tiene que seguir existiendo como fue porque se hizo en un contexto social. Pero si se reinterpreta, no está de más expresar una posible disconformidad con parte de la obra, ya sea cambiando un término o dejándolo claro en la puesta en escena.
Nadie en su sano juicio haría en estos momentos el famoso sketch de Martes y Trece de Mi marido me pega pero sí que se hace la obra de Shakespeare La fierecilla domada, una terrible historia de violencia machista vista desde la perspectiva actual. ¿Deberíamos dejar de hacerla? Perderíamos entonces una forma magnífica de ver de dónde venimos y cómo hemos evolucionado. Como artista, si quieres hacerla, es importante tener en cuenta que estás dando un mensaje, que ese mensaje va a ser interpretado por tu audiencia y que tu audiencia no siempre va a ver las cosas del mismo modo. ¿Quieres reafirmar la visión machista en la obra de Shakespeare? ¿Quieres reinterpretarla para dar un mensaje diferente? En esta época, mantener el mensaje original sería un fracaso y es algo de lo que nos podemos sentir orgullosos.
Todo este discurso podría derivar en que siempre se imponga lo políticamente correcto en todas las obras nuevas y reinterpretaciones, pero me siguen surgiendo muchas dudas.
¿Está bien esa imposición como forma de ir extendiendo visiones más ecuánimes del mundo?
¿Es un fracaso la imposición verbal sin entender perfectamente el por qué de esa corrección política?
¿Habría alguna forma de conseguir cambios sin hacer sentir mal a los que siguen viendo el mundo de una forma que ahora no es políticamente correcta?
Como sociedad podemos obligar moralmente a no decir ciertas cosas, pero ¿lo hacemos esperando que esa imposición del lenguaje acabe provocando un cambio en el pensamiento?
Creo que TVE perdió la gran oportunidad de abrir este debate. El caldo de cultivo estaba en la calle y en las redes sociales, habría sido genial que hubieran ido un poco más allá para ahondar profundamente en el problema.