Una violencia "coordinada y generalizada" marca el segundo día de protestas en Cataluña
Al menos 25 detenidos y 200 heridos, ninguno de gravedad. El Gobierno promete "firmeza".
Cataluña, en vela y en las calles por segunda jornada tras la sentencia del Tribunal Supremo al ‘juicio del procés’. Las principales ciudades y vías de comunicación han vuelto a sentir el bloqueo, el caos y el ruido de las cargas policiales vividos 24 horas antes, en una noche crítica de barricadas, incendios y duros ataques entre manifestantes y policía, que se ha saldado con un total de 25 detenidos -tres en Barcelona, 13 en Tarragona, uno en Sabadell y ocho en Lérida.
La noche ha cambiado el guión de una jornada que se estaba desarrollando en tono reivindicativo pero más calmado que el lunes, cuando las protestas bloquearon las principales vías catalanas y dejaron 131 heridos, la mayoría en el aeropuerto de El Prat, epicentro del caos. El balance final de este martes ha sido de 74 atendidos, entre ellos varios agentes, ninguno de gravedad y la gran mayoría han sido en los enfrentamientos celebrados en la tarde-noche.
A lo largo de la tarde se había conocido que de los heridos del lunes, uno ha perdido un ojo por el impacto de un proyectil y otro ha sido intervenido de un testículo. Estos sucesos han llevado a los principales partidos catalanes a pedir explicaciones inmediatas al ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, por el operativo policial.
Los focos de conflicto se han trasladado en la segunda jornada de protestas a otros puntos. Normalizada la situación en El Prat después de la cancelación de 110 vuelos el lunes y 45 esta mañana, han sido la AP-7, a su paso por Girona, y, sobre todo, las sedes de la Delegación del Gobierno en Barcelona, donde se han juntado alrededor de 40.000 manifestantes, y de las Subdelegaciones en Girona, Lleida y Tarragona, ‘puntos calientes’ de una noche larguísima.
A última hora de la tarde, miles de manifestantes se han reunido frente a los diversos edificios gubernamentales. Pronto, el ambiente de protesta se ha convertido en violencia y el paisaje se ha poblado de barricadas, fogatas y una lluvia de objetos contundentes entre duras cargas policiales. La escena se ha repetido en varias ciudades durante varias horas, pero ha sido especialmente grave en Barcelona.
Allí las protestas violentas se han extendido a otros puntos aparte de la Delegación. Los Mossos han llegado a cortar el Paseo de Gracia y han pedido evitar la zona y sus alrededores por seguridad.
El factor ‘Tsunami Democràtic’
Con el independentismo levantado contra una sentencia “antidemocrática” y “revanchista”, un nuevo actor ha surgido entre sus filas. La plataforma Tsunami Democràtic, una entidad que está detrás de las principales convocatorias y de cuya estructura poco o nada se sabe. Lo poco que se conoce de ellos es que operan a través de sus perfiles sociales en Telegram y Twitter -suman 400.000 seguidores entre ambas- y que se ha convertido en un verdadero quebradero de cabeza para el Gobierno español. El ministro de Interior ya ha anunciado estar investigando quiénes son sus responsables: “Terminaremos sabiéndolo”, ha advertido.
Precisamente el Gobierno, a través de un comunicado a última hora del martes, ha señalado que “Es evidente que no estamos ante un movimiento ciudadano pacifico, sino coordinado por grupos que utilizan la violencia en la calle para romper la convivencia en Cataluña”. En su nota, el Ejecutivo ha añadido que su “objetivo es y será en todo momento garantizar la seguridad y la convivencia en Cataluña, y lo hará si es preciso siguiendo su compromiso de firmeza, proporcionalidad y unidad”.
Además, ha querido “reconocer la labor de las fuerzas y cuerpos de seguridad de Estado, algunos de cuyos agentes han resultado heridos en los disturbios, y valora de manera muy positiva la coordinación y trabajo conjunto entre Mossos, Policía Nacional y Guardia Civil”.
La batalla, en su vía dialéctica, también ha tocado el terreno electoral, con un nuevo choque de posturas a cuenta de Cataluña entre el propio Gobierno y Unidas Podemos. La vicepresidenta, Carmen Calvo, y el ministro de Fomento, José Luis Ábalos, han cargado contra la formación morada por la propuesta de indultos que Pablo Iglesias ha llegado a formular para los líderes independentistas. Ambos miembros del Ejecutivo, así como el presidente, han negado tal posiblidad. “En Unidas Podemos siguen hablando de autodeterminación, de referéndum, de presos políticos… eso nos separa”, ha señalado la propia vicepresidenta esta tarde.
¿Qué hubiera pasado si PSOE y UP hubieran compartido Gobierno?, se han preguntado desde Ferraz. La respuesta la ha dado Iglesias, aún utilizando la retórica del cogobierno que nunca fue: “Hubiéramos discutido en el Consejo de Ministros y consensuado una posición única. Habríamos sido leales”, ha señalado. A su derecha, PP y Cs han criticado la actitud de Sánchez, al que han acusado tibio en su respuesta al independentismo. Casado ha insistido en la necesidad de aplicar la Ley de Seguridad Nacional, mientras Rivera ha acusado al presidente de permanecer “impasible”.
Quim Torra, por su parte, ha aprovechado la segunda jornada de protestas para visitar a los presos del procés tanto en el penal de Mas d’Enric del Catllar en Tarragona, donde se encuentra Carme Forcadell, como en Lledoners, prisión de la mayoría de condenados. En ambos centros ha compartido la “indignación” de los políticos presos y su “orgullo” por las manifestaciones vividas desde que la sentencia se hizo pública.
Lo ha hecho a media tarde, cuando aún los actos no habían dado paso a la violencia de la noche, deriva que ha sido fuertemente criticada por amplios sectores del independentismo, que han pedido volver “a la lucha no violenta” como actitud de protesta.
Pese a sus mensajes de llamada a la calma, los sectores más radicales han hecho caso omiso. De nuevo, la violencia ha vuelto a las calles de Cataluña.