Se puede ser 'fit' más allá de una talla 40
Y digo una 40 por poner un ejemplo, porque no sabría decir una talla que represente ahora mismo en la sociedad a todas las mujeres que entrenan con regularidad. No son solo las que vemos en las revistas y las que inundan las cuentas de Instagram.
Ya está bien de vender una imagen irreal de lo que sucede en los gimnasios, salas de CrossFit, piscinas y estudios de yoga o pilates. Este mes, de nuevo, como ya hicimos el pasado verano, desde Women´s Health queremos lanzar un mensaje para que cada mujer se guste y se encuentre bien en su cuerpo, en su forma. Para eso contamos con la colaboración de una gran actriz, que en más de una ocasión ha alzado su voz a favor de la diversidad de cuerpos y del no al retoque Inma Cuesta. Ella es nuestra bandera en una guerra pacífica a la que se suman cada vez más mujeres que se cuidan por salud y por gustarse a ellas mismas sin compararse con las demás.
Y es que ¿acaso ser fit es sinónimo de estar muy delgada? Pues si tenemos en cuenta el significado de la palabra nos encontramos con una respuesta clara: "apto, sano, en forma". El peso y el tamaño no aparece por ningún lado en torno a este término.
Aún recuerdo la que se formó hace un par de años cuando la modelo Ashely Graham (utiliza una talla equivalente a una 46 en Europa) publicó una foto tras sus famosas sesiones intensas de entrenamiento: "Solo porque soy una modelo de talla grande, con curvas y ferozmente real no significa que no haga ejercicio para mantener el cuerpo apretado". Parece obvio, pero es bueno recordar que no todas las personas que entrenan tienen un cuerpo delgado.
Un importante estudio publicado en Journal of Obesity analizó el vínculo entre el Índice de Masa Corporal (IMC) y la salud metabólica, que prueba la presión arterial, los niveles de glucosa y colesterol. El resultado puso de manifiesto que casi la mitad de los participantes con sobrepeso debido a su IMC estaban realmente saludables, mientras que el 30% de aquellos con IMC "normal" eran considerados, de hecho, poco saludables. Es decir, no cumplían con el resto de los valores de una persona considerada sana desde un punto de vista médico.
Esto no es nuevo, porque ya sabemos que la gente (de todos los tamaños) que no hace ejercicio es menos saludable que aquella que lo hace. Una investigación de la Universidad de Cambridge descubrió que la inactividad mata al doble de personas que la obesidad por sí sola. El problema es que nos encontramos ante una situación similar a la de la sempiterna pregunta "¿Qué fue antes, el huevo o la gallina?"
A menudo, las personas obesas han llegado a ese estado a través de una falta general de actividad. Sedentarismo y exceso de peso son amigos que van de la mano en muchas ocasiones. "Mantenerse activo tiene profundos efectos en tu metabolismo y salud ", dice Samuel Klein, profesor de medicina en Washington University School of Medicine in St Louis. "Si no puedes moverte, tus músculos se encogerán y le resultará cada vez más difícil llevar ese exceso de peso alrededor de tu cuerpo".
Así que no dejemos que la talla nos marque la salud ni la belleza de un cuerpo. Practicar ejercicio físico con regularidad nos llevará a un mejor estado de salud y si lo acompañamos de una dieta equilibrada y ajustada a nuestro gasto calórico, con seguridad mantendremos un cuerpo fit o simplemente un cuerpo que nos guste y en el que nos sintamos bien. Esa es la apuesta de #EnFormaMiForma, a la que Inma Cuesta se une con una contundente declaración: "Lo importante es cuidarse, alimentarse de manera sana, hacer deporte y mantener la cabeza ordenada. Yo soy feliz con lo que soy". ¿Te unes al movimiento?