Sánchez descoloca a las autonomías y las responsabiliza de la evolución de la epidemia
El presidente, presionado por el PP que le pide que tome el control, ofrece a las comunidades 2.000 militares para el rastreo.
El Gobierno de coalición ha dado un nuevo giro este martes en su estrategia para gestionar la pandemia de coronavirus en España. Pedro Sánchez ha conseguido que sean las autonomías las que asuman la responsabilidad de la gestión de la crisis sanitaria.
El líder socialista ha ofrecido a los gabinetes autonómicos que sean ellos quienes pidan al Gobierno la declaración del estado de alarma y lo defiendan ante el Congreso si lo consideran necesario. De esta manera, serían los Ejecutivos regionales quienes sufrirían el coste político de una mala evolución del coronavirus en sus territorios y no su Gobierno.
Una jugada política que no habrá sentado muy bien en algunas comunidades, especialmente en Cataluña, donde hay unas elecciones por delante. Y en Madrid, donde la presidenta Isabel Díaz Ayuso, que se erigió en el azote popular al Ejecutivo en lo peor de la epidemia, está teniendo serios problemas para contener la propagación virus.
El presidente del Gobierno, presionado por los populares para que asuma de nuevo el mando de Sanidad y por los datos diarios de contagios, hospitalizaciones y fallecimientos que se están disparando desde hace al menos tres semanas, lanza la pelota al tejado de Gobiernos autonómicos. el de la Comunidad de Madrid, que es la región que con más vehemencia instó al Ejecutivo a ceder las competencias de Sanidad mientras estuvo vigente el estado de alarma.
Sánchez mete con esta maniobra presión a Díaz Ayuso al ofrecerle la posibilidad de pedir el estado de alarma si cree que con la legislación actual no puede controlar la pandemia. Pero también al presidente catalán Quim Torra. Ambas autonomías comparten un problema: la falta de rastreadores. Por eso, el presidente también ha ofrecido ayuda del Ejército. El Gobierno ha puesto a 2.000 militares a disposición de las autonomías que están pudiendo hacer un eficaz rastreo de contactos de un positivo por coronavirus.
La declaración del estado de alarma, según ha avanzado Sánchez, puede ser en todo el territorio de una comunidad o en una parte específica. El PP, no obstante, ve inviable ese encaje legislativo. Sánchez ha garantizado que él se encargará de asegurar que el presidente o presidenta autonómico que pida el estado de alarma cuente con el apoyo de los votos de la mayoría en la Cámara Baja.
Con estas dos medidas, el presidente del Gobierno marca el arranque del curso político que, indudablemente, estará marcado por la evolución de la epidemia. Sánchez no quiere perder la iniciativa. Sabe que el otoño se presenta cargado con la moción de censura que Vox lanzará en septiembre contra su Gobierno y con las causas judiciales que comprometen a uno de los socios de la coalición, Unidas Podemos, y que tendrá a los morados ocupados en los tribunales.
Las autonomías responden al movimiento de Sánchez
“No saldrá de mí ningún reproche hacia las comunidades autónomas”, ha insistido Sánchez, quien ha hecho llamamientos a la unidad. Aunque el presidente ha señalado indirectamente a algunas cuando ha repetido varias veces que el comportamiento epidemiológico del virus es desigual en toda España y que unas autonomías “han tenido una eficacia mayor” en el control de la pandemia.
“Las comunidades autónomas lo están haciendo bien. Y cuentan con la ayuda del Gobierno de España. Hemos dado 16.000 millones de euros a fondo perdido para que hagan frente a los gastos sanitarios y para inversión educativa. Respetamos el estado autonómico”, ha remachado el presidente del Gobierno.
Madrid es una de las comunidades que peor situación epidemiológica tiene en estos momentos. Este martes se ha puesto a la cabeza del país en el número de contagios diarios, que ha sumado en las últimas 24 horas a 2.415 nuevos positivos (768 en Madrid). En total 412.553 personas se han contagiado y 28.924 han muerto desde el comienzo de la pandemia.
La presidenta madrileña, Isabel Díaz Ayuso, ha comparecido a la vez que el propio Sánchez para contraprogramarle. “No se puede pasar del estado de alarma a la nada y a la ausencia, como ha ocurrido este verano, y de la nada y de la ausencia otra vez al estado de alarma. Tiene que haber una estrategia de país y confianza en las comunidades autónomas”, ha recalcado Díaz Ayuso, quien no descarta pedir el estado de alarma si es necesario.
Fuentes gubernamentales próximas al presidente de la Xunta de Galicia en funciones, el popular Alberto Núñez Feijóo, descartan por el momento pedir el estado de alarma, según cuentan a El HuffPost: “Necesitamos una reforma de las leyes sanitarias que permita a las CCAA tomar decisiones sin necesidad de respaldo judicial. Así se pidió en numerosas conferencias de presidentes e incluso el Gobierno se comprometió a hacerlo, sin cumplirlo a día de hoy. Una cosa es que no sea necesario ni recomendable el estado de alarma y otra es que no haya ninguna coordinación por parte del Estado y tenga que haber 17 respuestas distintas”.
La Comunidad Valenciana se guarda, por el momento, la valoración del ofrecimiento de Sánchez. “Nosotros consideramos que estamos bien como estamos. Tenemos las competencias en Sanidad y Educación… Hemos hecho nuestros deberes como comunidad autónoma”, cuentan fuentes próximas al presidente valenciano, el socialista Ximo Puig. Sin embargo, el sentir generalizado de algunas comunidades es que no tienen instrumentos suficientes. “Lo mejor hubiera sido que el Gobierno hubiera sacado un real decreto para poder realizar confinamientos”, concede una fuente del Gobierno de Madrid.
El Gobierno hace públicas estas acciones tras el primer Consejo de Ministros del curso político. Y llegan después de que algunas comunidades se hayan visto en el brete de tener que contar con el aval de jueces para poder realizar confinamientos de ciertos territorios con altos niveles de transmisión. Ha sido el caso de municipios como Aranda de Duero (Burgos) o Villamalea (Albacete). En otros casos, como en la Comunidad de Madrid, las medidas que se han tomado han sido paralizadas por los juzgados.
El estado de alarma decayó en junio, en parte, por el rechazo del PP a mantenerlo vigente. La presión arreció entonces desde las autonomías en manos de los populares, como Galicia, y desde otras en manos de nacionalistas e independentistas que también pedían recuperar las competencias. En ese momento, el Gobierno decidió que ya no sería él mismo, a través del mando único de Sanidad, el que estuviera más expuesto a las críticas.
El movimiento de Sánchez de este martes ha recordado, además, que Educación también es competencia autonómica y que, por tanto, son los Gobiernos regionales quienes deben establecer la manera en la que los alumnos arrancarán en menos de dos semanas el curso escolar.
El presidente del Gobierno se ha mostrado más optimista que algunos padres y profesores que están cada vez más inquietos por la incertidumbre de la vuelta al cole. Sánchez ha intentado calmarles y ha asegurado que el Gobierno y la comunidad educativa llevan meses trabajando en el diseño del nuevo curso. “Los padres deben estar tranquilos y tener la garantía de que habrá una vuelta al cole en centros seguros”, ha apostillado. Sánchez no ha entrado al trapo de la pulla del vicepresidente segundo, Pablo Iglesias, a la ministra de educación, Isabel Celáa, a la que ha recriminado “falta de liderazgo”.
El Gobierno basa su plan de acción en otro pilar: la digitalización. El presidente ha exhortado a las comunidades a incorporarse cuanto antes “al sistema de rastreo digital” y ha pedido a los ciudadanos que se descarguen la aplicación Radar Covid, ya que el uso de estos sistemas podría reducir el impacto de la pandemia hasta en un 30%, según ha contado él mismo. La segunda curva de la epidemia sigue subiendo y la tensión entre autonomías y Gobierno también. ¿Quién tiene la culpa?