Rusia y Ucrania acuerdan iniciar negociaciones en Gomel, Bielorrusia
Aunque Kiev inicialmente dijo que no iba a acudir a un país no neutral, algo se ha movido en las últimas horas y las delegaciones ya viajan a la frontera.
Noticias esperanzadoras desde Moscú: Dmitry Peskov, el portavoz del Gobierno de Vladimir Putin, ha confirmado que una delegación de Ucrania está viajando a la ciudad de Gomel, en Bielorrusia, para mantener negociaciones bilaterales con el fin de acabar la guerra, iniciada hace cuatro días con la invasión rusa de suelo soberano ucraniano.
Según informan medios rusos como la agencia estatal Sputnik, se espera que el encuentro se produzca a las afueras de esta ciudad, cerca de la frontera entre Bielorrusia y Ucrania.
“Ya nos íbamos a ir, pero recibimos información por parte de Ucrania sobre la confirmación de la celebración de las negociaciones”, informa Medinski, quien previamente había puesto de plazo hasta las tres de la tarde hora local (la una en la España peninsular) para recibir una respuesta. El portavoz sostiene que los equipos rusos se dirigen de Minsk -donde se habían desplazado hoy- a Gómel, y lo mismo está haciendo una misión ucraniana desde Kiev, cita la agencia TASS. “En estos momentos se está elaborando la ruta para elegir el lugar de la región de Gómel donde se garantizará la máxima seguridad para la parte ucraniana”, señaló Medinski.
De acuerdo con la agencia oficial bielorrusa Belta, está previsto que las negociaciones se celebren “en la región de Gómel, en la frontera bielorrusa-ucraniana”.
Tras esta confirmación doble, la agencia AFP ha indicado, citando fuentes del Ejecutivo de Kiev, que efectivamente Ucrania acepta mantener conversaciones con Rusia junto al río Pripiat. “Acordamos que la delegación ucraniana se reuniría con la rusa sin condiciones previas en la frontera entre Ucrania y Bielorrusia, cerca del río Pripiat”, según el canal oficial de Telegram de Zelenski, consultado por EFE.
En contrapartida, Lukashenko se ha comprometido a que “todos los aviones, helicópteros y misiles estacionados en territorio bielorruso permanezcan en tierra durante el viaje, las conversaciones y el regreso de la delegación ucraniana”, ha confirmado el equipo de Zelenski.
Por su parte, el portavoz del Kremlim, Dmitri Peskov, afirmó que los presidentes de Bielorrusia y Ucrania, Alexánder Lukashenko y Volodímir Zelenski, hablaron por teléfono y que tras ello, Lukashenko pidió a su colega ruso, Vladímir Putin, que no retirase a la delegación rusa que esperaba en Minsk.
“Lukashenko llamó a Putin y le pidió que no retirase a la delegación rusa debido a que recibió señales de la parte ucraniana, que expresó su disposición de viajar a la región de Gómel para las conversaciones”, dijo Peskov.
Mientras, Putin, por si acaso, ha ordenado a las fuerzas de disuasión nuclear estar alerta conforme aumentan las tensiones con Occidente sobre Ucrania, relatan sus medios oficiales como RT. Sostiene que es un paso en respuesta a “las declaraciones agresivas de la OTAN”. Mano dura mientras el mundo se esperanzaba con su gesto.
Toda la prudencia del mundo
Esta mañana se conoció esta oferta de Moscú se verse en Bielorrusia -después del incremento de las sanciones internacionales de la pasada noche-, pero el presidente ucraniano Zelenski se negó no a hablar, sino a hacerlo allí, por ser un país satélite de Rusia, en manos del dictador más viejo de Europa, Alexandr Lukashenko.
“Si desde vuestros territorios no tuviesen lugar acciones agresivas, podríamos hablar en Minsk, en vuestra ciudad. Pero ahora decimos: no Minsk. El espacio para el encuentro puede ser en otras ciudades”, afirmó en un mensaje televisado. “Varsovia, Budapest, Estambul, Baku, propusimos todo esto a la parte rusa, y de hecho nos vale cualquier otra ciudad de cualquier país desde donde no nos lancen misiles”, dijo el ucraniano, al conocer la propuesta. Zelenski aseguró que los ucranianos “quieren conversar, quieren que la guerra termine”. Según el mandatario ucraniano, “solo así las conversaciones serán honestas y podrán poner fin a la guerra”.
No obstante, nadie quiere una guerra larga y ante esta ventana abierta, diversos países y líderes comenzaron de seguido a ofrecerse para acoger las negociaciones. Ha sido el caso de Hungría, Turquía o Israel, países que tienen unas relaciones los suficientemente buenas con los dos países como para atraerlos a su terreno. Hasta hay quien ha sacado a la palestra la posibilidad de que sea la alemana Angela Merkel la que medie, dado que conoce bien a los dos dirigentes y, en particular, a Putin.