Rusia probaba un nuevo misil de propulsión nuclear cuando se produjo la mortal explosión en su base
La radiación aumentó entre 4 y 16 veces tras la deflagración, en la que murieron al menos cinco científicos.
La misteriosa explosión ocurrida el jueves en un centro de pruebas de misiles nucleares en el norte de Rusia, que dejó un saldo de al menos cinco muertos y una subida temporal en los niveles de radiación, ha generado una ola de especulaciones sobre la posibilidad de una avanzada tecnología atómica en desarrollo por Moscú. Y de nervios, porque el siniestro se enmarca en una larga lista de accidentes en bases militares del país causados por falta de mantenimiento y deterioro.
Las autoridades han tardado en reconocer el hecho, ocurrido la semana pasada, y en aportar detalles, pero ahora el ministerio de Defensa ruso ha condirmado que el suceso había ocurrido mientras un grupo de científicos trabajaba en el sistema propulsor de un misil nuclear, en la región de Arkhangelsk.
Rosatom, la agencia nuclear rusa, informó que sus empleados aportaban ingeniería y apoyo técnico para la “fuente de energía isotópica” del motor del proyectil.
Un comunicado de la agencia citado por los medios rusos más tarde brindó detalles de la explosión, registrada en una “plataforma marítima” y a raíz de la cual varios empleados fueron arrojados al agua.
“Las tareas de búsqueda continuaron mientras había esperanzas de hallarlos vivos. Solo luego de eso, informamos de la muerte de cinco colaboradores de Rosatom”, señaló este comunicado. Aunque el New York Times ha indicado este lunes que podría haber al menos siete.
Un funcionario de alto rango dentro del complejo nuclear ruso ahondó este lunes en el incidente, señalando que fue causado por un pequeño reactor nuclear que Rosatom está desarrollando para uso militar y civil. Vyacheslav Soloviev, director científico del Centro Nuclear Federal de Rusia, señaló en un video mostrado por la televisión rusa y citado por Bloomberg que este artefacto utiliza “materiales radioactivos, incluyendo elementos físiles y radioisótopos”.
En una cadena de informes contradictorios, en un principio se informó que la explosión había ocurrido en un buque de guerra en el puerto de Severodvinsk, y luego se dijo que tuvo lugar en los alrededores y en tierra.
Rosatom y Moscú indicaron el sábado que en realidad ocurrió en una plataforma marítima frente a Severodvinsk, que desde 1954 se utiliza para pruebas militares.
Con respecto al tipo de arma que estaba siendo probada, el periódico ruso Novaya Gazeta especuló que se trataría del 9M730 Burevestnik, un misil de crucero de última generación que fue presentado por el presidente Vladimir Putin en 2018.
Funcionarios de inteligencia de Estados Unidos, citados por el New York Times, también consideran que se trató de un Burevestnik (conocido como SSC-X-9 Skyfall en occidente). Se trata de un proyectil de propulsión nuclear, promocionado por Putin como un arma provista de un de alcance virtualmente infinito, lo que se condice con el presunto accidente causado por un pequeño reactor que estaría siendo desarrollado para este proyectil.
Hasta el momento el desarrollo del nuevo misil ha estado plagado de problemas, y se trata de una tecnología compleja que Estados Unidos intentó, sin éxito, desarrollar durante la Guerra Fría.
Pero con o sin éxito, se trata de uno de los últimos episodios de la reciente carrera armamentística nuclear entre Washington y Moscú, las dos principales potencias atómicas que han desmantelado este año el tratado INF de prohibición de misiles de alcance corto e intermedio y podrían hacer lo mismo con el START, que limita las fuerzas nucleares.
El Ejército ruso y un portavoz del gobernador regional declararon el jueves que “no hubo contaminación radiactiva”, pero la alcaldía de Severodvinsk, ciudad de 190.000 habitantes a unos 30 kilómetros de la base, aseguró en su portal internet que sus detectores “registraron una breve alza de la radiactividad”. La publicación fue retirada poco después del portal de la alcaldía, que tampoco precisó hasta qué nivel subió la radiactividad.
Un responsable local de defensa civil, Valentin Magomedov, declaró a la agencia de prensa TASS que el nivel de radiación subió hasta a 2,0 microsieverts por hora durante treinta minutos, por encima del límite reglamentario de exposición de 0,6 microsieverts por hora.
El sábado, Greenpeace Rusia publicó una carta de responsables de un centro de investigación nuclear que daba la misma cifra, pero afirmando que las radiaciones duraron al menos una hora, sin que ello represente riesgos para la salud, según esos expertos.
Los habitantes de Severodvinsk corrieron el viernes a las farmacias para comprar yodo o productos con ese elemento químico, que limita los efectos de la radiación. “Los acontecimientos conmovieron a la ciudad. La gente entró en pánico. En una hora vendimos todos los stocks”, declaró a la agencia AFP una farmacéutica de la ciudad, Elena Varinskaya, que distribuyó “fichas con las reglas a seguir en caso de contaminación radiactiva”.
Medios rusas publicaron un video sin fuente identificada que mostraba hileras de ambulancias atravesando Moscú hacia un centro especializado en el tratamiento de víctimas de radiaciones. Según Rosatom, los heridos fueron atendidos en un “centro médico especializado”.
El ocurrido en Arkhangelsk es el tercer incidente en instalaciones militares rusas en una semana, luego de que el lunes estallara un arsenal de artillería en Krasnoyarsk, Siberia, dejando un saldo de un muerto, 13 heridos y 15.000 evacuados.
Estos hechos, sumados al incendio ocurrido en julio a bordo del submarino nuclear Losharik, durante el cual murieron 14 tripulantes, están evidenciando la crónica falta de mantenimiento que sufre el equipamiento de las Fuerzas Armadas en Rusia y el peligro que representa este deterioro.
Mientras que en junio al menos 79 personas resultaron heridas tras una serie de estallidos que se produjeron en la planta Kristall de fabricaciones militares de Rusia, localizada en Dzerzhinsk, cerca de Nizhni Nóvgorod.
EEUU, aprendiendo
El presidente de EEUU, Donald Trump, aseguró este lunes que su país está “aprendiendo mucho” del fallido ensayo de un nuevo misil en Rusia, en el que murieron cinco especialistas, e indicó que la explosión “tiene a la gente preocupada”.
“Estados Unidos está aprendiendo mucho de la fallida explosión del misil en Rusia. Tenemos tecnología similar, aunque más avanzada”, escribió Trump en su cuenta de Twitter.