Rusia pide a EEUU "volver a un diálogo no politizado" sobre seguridad nuclear
Ha negado que la ofensiva militar rusa contra Ucrania suponga una amenaza para el régimen internacional en este campo.
El embajador de Rusia en Estados Unidos, Anatoli Antonov, ha reclamado a Estados Unidos “volver a un diálogo no politizado” sobre seguridad nuclear y ha negado que la ofensiva militar rusa contra Ucrania suponga una amenaza para el régimen internacional en este campo.
“Pedimos a Washington que vuelva a un diálogo no politizado y profesional en el campo de la seguridad nuclear”, ha manifestado, antes de incidir en que las acusaciones contra Moscú en este sentido “son un intento de trasladar la retórica rusófoba a plataformas multilaterales”.
Así, ha resaltado que “el 18 de febrero en la Conferencia de Múnich, el presidente de Ucrania, Volodimir Zelenski, dijo abiertamente que Ucrania busca recuperar el acceso a armas nucleares”, después de que el mandatario ucraniano pidiera consultas sobre las garantías de seguridad bajo el Memorando de Budapest.
En su discurso, Zelenski recordó que Kiev “recibió garantías de seguridad por abandonar el tercer arsenal nuclear del mundo (tras su independencia)”. “No tenemos esas armas. Tampoco tenemos seguridad. Tampoco tenemos una parte del territorio de nuestro Estado que es mayor que Suiza, Países Bajos o Bélgica”, criticó, en referencia al conflicto en la región del Donbás.
Por otra parte, Antonov ha resaltado que “durante la operación especial, las Fuerzas Armadas rusas se han hecho con el control de las centrales nucleares de Chernóbil y Zaporiyia, en territorio ucraniano, para evitar provocaciones nucleares por parte de grupos nacionalistas o terroristas”.
“Nuestras Fuerzas Armadas no interfieren en el trabajo de los operadores ucranianos y sólo actúan como guardias”, ha dicho, al tiempo que ha asegurado que las centrales “funcionan con normalidad, sin que nada suponga una amenaza para seguridad”.
“Los sistemas de supervisión de la radiación funcionan totalmente y no hay amenaza de liberación de material radiactivo. Esto ha sido confirmado por la cúpula del Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA)”, ha zanjado Antonov, según un mensaje publicado por la Embajada rusa en Washington a través de su cuenta en la red social Facebook.
En 2019, Estados Unidos anunció que abandonaba las obligaciones que le fijaba el Tratado de control de Fuerzas Nucleares de Alcance Intermedio (INF, por sus siglas en inglés) firmado con Rusia en 1987. Afirmaba entonces Donald Trump que su contraparte, Moscú, lo ha violado y ya es papel mojado. Sólo detendrá el proceso de retirada si los rusos vuelven a cumplir con los términos del pacto.
El tratado INF (Intermediate-Range Nuclear Forces) selló el fin de la Guerra Fría, la original, fue el primer compromiso acordado entre Moscú y Washington. Fue firmado por el entonces presidente estadounidense Ronald Reagan y el líder soviético Mijail Gorbachov, y sirvió para prohibir el uso de misiles con un alcance de entre 500 y 5.500 kilómetros, poniendo fin al peligroso desarrollo de cabezas nucleares que impulsaban las dos macropotencias del momento. Impedía concretamente el desarrollo y uso de misiles tierra-tierra de alcance medio y también la capacidad de cargar cabezas nucleares. Para Europa, que estaba en medio de la pelea, fue especialmente tranquilizador, ya que resolvió la crisis de los misiles rusos que apuntaban contra las capitales europeas occidentales.