Rusia ha usado en Ucrania más de 200 tipos de armas prohibidos, según el 'New York Times'
El Kremlin condiciona además el suministro de gas a la UE a la devolución de bombas a Gazprom, que ahora mismo están en reparación.
Rusia ha utilizado en Ucrania más de 210 tipos de armas prohibidas por los tratados internacionales, la mayoría municiones de racimo, que pueden representar un grave riesgo para la vida de los civiles incluso décadas después de que acabe la guerra, asegura este lunes The New York Times.
Para llegar a esta conclusión, el diario estadounidense ha examinado más de 1.000 fotografías tomadas por sus propios fotoperiodistas y fotógrafos de servicios de cable que trabajan sobre el terreno en Ucrania, así como pruebas visuales presentadas por agencias gubernamentales y militares ucranianas.
El diario califica de “guerra sorprendentemente bárbara y anticuada” la desarrollada por Moscú, que ha golpeado ciudades y pueblos ucranianos con una andanada de cohetes y otras municiones, la mayoría de las cuales pueden considerarse reliquias de la Guerra Fría, y muchas de las cuales han sido ampliamente prohibidas por los tratados internacionales.
Los ataques han hecho un uso repetido y generalizado de armas que matan, mutilan y destruyen indiscriminadamente, lo que supone una posible violación del derecho internacional humanitario, cita el rotativo.
Estos ataques han dejado civiles, incluidos niños, muertos y heridos, y han destrozado infraestructuras críticas, como escuelas y hogares.
Los periodistas del diario identificaron y categorizaron más de 450 casos en los que se encontraron armas o grupos de armas en Ucrania. En total, había más de 2.000 municiones identificables.
Además, el medio estadounidense asegura que el uso de este tipo de armas por parte de Rusia no ha sido limitado, ni anómalo. De hecho, ha formado la columna vertebral de la estrategia de guerra del país desde el comienzo de la invasión, el pasado 24 de febrero.
No obstante, debido a las dificultades para obtener información completa en tiempos de guerra, estos recuentos están subestimados.
Algunas de las armas identificadas pueden haber sido disparadas por las fuerzas ucranianas en un esfuerzo por defenderse de la invasión, pero la evidencia apunta a un uso mucho mayor por parte de las fuerzas rusas.
La gran mayoría de las armas identificadas por el diario eran municiones no guiadas, que carecen de precisión y, como resultado, pueden usarse en mayor número para destruir un solo objetivo.
Ambos factores aumentan la probabilidad de que caigan proyectiles y cohetes en áreas pobladas por civiles, recalca el diario.
Nueva amenaza para la UE
Por otro lado, Rusia ha afirmado hoy que cuenta con suficiente gas y está dispuesta a suministrarlo a la Unión Europea, pero esto dependerá de la devolución de las bombas del gasoducto Nord Stream que están en reparación fuera del país, declaró hoy el portavoz del Kremin, Dmitri Peskov.
“Rusia continúa siendo el suministrador más fiable. Desde el punto de vista tecnológico, la infraestructura mecánica de este gasoducto sufre debido a las sanciones impuestas por la UE”, afirmó en su rueda de prensa diaria, al comentar la reducción del tránsito de gas por el Nord Stream.
El representante de la Presidencia rusa reiteró que “las capacidades de bombeo, y en particular las turbinas, precisan de una reparación capital”.
“Determinadas turbinas no pueden ser devueltas. Los europeos no las devuelven a su lugar. Ese es el motivo de que ahora no tengamos con qué bombear. Es una crisis que han fabricado con sus propias manos. Creada con las manos de la UE”, explicó.
Peskov subrayó que “tenemos gas, está listo para ser suministrado”. “Pero los europeos deben devolvernos esos equipos y repararlos en correspondencia con sus compromisos”, señaló.
Rusia anunció la semana pasada dos reducciones consecutivas de los suministros de gas a través del Nord Stream, primero una de un 40 % y luego otra adicional del 33 %, que el gigante gasístico ruso Gazprom justificó con problemas con las revisiones técnicas de motores de turbinas de la empresa alemana Siemens.
Nord Stream transporta gas ruso a Alemania a través del mar Báltico y debía ser completado por Nord Stream 2, congelado por el Gobierno alemán por la campaña militar de Rusia en Ucrania.
Las turbinas se encuentran actualmente en Canadá, de donde no pueden ser devueltas debido a las sanciones impuestas a Rusia por su campaña militar en Ucrania.