'Roma': como cuando un gran amigo te cuenta una historia fascinante
Sí, todo lo que han oído y leído es verdad, Roma sí es una obra maestra, y quizá la mejor película de Alfonso Cuarón, lo que no es poco decir en una carrera llena de grandes películas. Confieso que, cuando la película estaba por comenzar, después de tantas críticas gloriosas, sentí que la película me iba a decepcionar. Pero por el contrario, desde las primeras escenas me cautivó y solo me fue sorprendiendo y cautivando más y más conforme avanzaba.
Dicho eso, recomiendo que vayan a ver la película con la misma actitud neutral y escéptica, y dejar que la película los "conquiste". La ciudad de Roma encontró a su poeta en Fellini, Nueva York en Woody Allen, Madrid en Almodóvar y sin duda podemos decir que la Ciudad de México ha encontrado a su poeta en Alfonso Cuarón. Desde Solo con tu pareja, Y tu mamá también, Y ahora contundentemente con Roma, pocos han retratado el delirio, la belleza, la locura y el caos de nuestro país.
¿Pero de qué se trata Roma? Roma es la historia de una familia de clase media media-alta y de las trabajadoras domésticas que trabajan en la casa en el México del 1971. Viven en la colonia Roma, de allí el nombre de la película, y las trabajadoras domésticas son parte de esa familia, como lo han sido de muchas familias en México por décadas. Este un punto crucial de la película.
Aquí es importante mencionar que Roma es más que una anécdota, o la historia de tal o cual personaje, Roma es como un gran mural sobre la historia de México en aquellos tiempos, del mundo privilegiado de la clase alta que vemos en una Navidad en una hacienda, a los arrabales suburbanos en que presenciamos una campaña política, del mundo de los romances domingueros de Cleo (la trabajadora del hogar) al resquebrajamiento de los matrimonios clase medieros en el mundo más liberal de los 70.
En las películas de Alfonso Cuarón, especialmente en las que ocurren en México, "la historia" es tan importante como todo lo que pasa alrededor: los detalles visuales, las imágenes, lo que la cámara decide ver y también lo que decide no ver. La entrada diaria del carro al angosto garaje de la familia se convierte en un momento de suspenso, y quizá simbólico de que el espacio familiar está por romperse. Los rituales diarios de la familia de levantarse para ir a la escuela, las peleas de los niños en la mesa. Con Cuarón hay que estar atento a los detalles, tanto en la imagen como en el diálogo.
Para mí, uno de los momentos más emotivos de Y tu mamá también ocurre cuando en el road trip por México, el personaje de Diego Luna, al pasar por un pueblo, en voice over le dice a la audiencia que es el pueblo donde nació su nana, pero reveladoramente no se lo dice a sus compañeros de viaje. En ese detalle que pudiera parecer insignificante se encerraba un mundo.
¿No lo comentó por pena de hablar de la nana? ¿Por qué le parecía que su nana no lo ameritaba? ¿Por qué la vida de un personaje como la nana es menos relevante que la de sus amigos? Pero claramente al personaje le conflictuaba de alguna forma no haber dado testimonio de la existencia de esa mujer importante para él. Tanto así que ahora tenemos Roma que gira de forma importante en torno a esa nana indígena, Cleo, que cuida a los cuatro hijos de la familia como si fuera los suyos propios. Cuarón ha dicho que esta película es un homenaje a esa nana que si existió, y que aún vive en la casa de su familia.
Cleo, la nana, se convierte en un personaje central en la narrativa de Roma, en ese mundo en donde las nanas son una figura tan indispensable como la madre o la abuela, y por momentos más que la madre y la abuela. Vemos clasismo y racismo, pero vemos solidaridad y generosidad, el mundo que retrata Cuarón es un mundo de cotidianidad, no de panfleto. Cleo cuida a la familia, pero la familia también cuida a Cleo, aunque sin convertirla nunca en una igual. Los límites están bien delineados. El racismo no es solo entre patrones y trabajadores, sino que permea hacia las clases sociales más abajo. La competencia por discriminar, como lo vemos en una impactante escena entre Cleo y su galán militar.
Es un mundo de mujeres, en el que los hombres se ausentan, desaparecen, no cumplen sus responsabilidades. En ese sentido la situación de Cleo y de Sofía, la madre de familia, a pesar de las diferencias sociales, se asemejan. "Las mujeres siempre estamos solas", dice Sofía en algún momento. Y esa hermandad es la que saca a estas mujeres adelante, con otras presencias importantes, como la de una doctora amiga de la familia y la de la abuela, que tiene un par de escenas formidables en momentos de crisis.
De acuerdo con lo que ha dicho Cuarón en entrevistas, la película es lo más autobiográfico que ha hecho y el 90% de las escenas vienen de su memoria. Los personajes de Cleo y Sofía están basados en su nana y su madre respectivamente, y es ese poder de observación el que evoca tan poderosamente el pasado, y esa sensación de intimidad que tiene la familia y que te da la película de estar viendo una escena de la vida diaria de cualquier familia mexicana. Con la que millones se podrán identificar, pero al mismo tiempo totalmente singular y única.
Pero como un mural de la sociedad mexicana,Cuarón encuentra la forma de retratar a la Ciudad de México a través de las vivencias de esta familia, en toda su vitalidad, energía, humor y claro, también horror. El momento político y social irrumpe en la película de forma natural porque impacta la vida de los personajes, ya sea en la violencia política del Halconazo, el tráfico que puede volverse mortal o en los dramas diarios que se viven en el Seguro Social.
Y la película no teme por momentos uno que otro toque surrealista que evocan al Fellini de La dolce vita, como una aparición del mismísimo Profesor Zovek, que sí existió. Cabe destacar que la ambientación es extraordinaria y que se tomaron todos los cuidados para hacer una recreación perfecta de la época. Las actuaciones son excelentes, especialmente de la debutante Yalitza Aparicio como Cleo, y también de Marina de Tavira, como Sofía, la madre estoica y de pronto rebasada por los acontecimientos, pero al final también poderosa.
De pronto al ver Roma uno pudiera pensar que quizá el impacto fuera más grande en México. Pero como lo dijo Maru Garzón, la directora artística del Festival Internacional de Cine de Los Cabos, —en la presentación de la película en dicho festival—, el reconocimiento a Roma ha sido universal desde su triunfal debut en el Festival de Venecia, donde Cuarón ganó el León de Oro a Mejor Película.
La película no es solo la selección de México para el Oscar como Mejor Película, sino que se habla de que puede ser nominada en la categoría de Mejor Película, una rareza para una película extranjera. Las nominaciones para Cuarón, Yalitza Aparicio y Marina de Tavira parecen aseguradas.
La película se exhibirá en algunas salas de cine, incluyendo la Cineteca, porque los derechos de distribución mundial los tiene Netflix, que estrenará la película en diciembre. Trata por todos los medios de ver la película en el cine para disfrutar de la impactante fotografía a blanco y negro, que refuerza el impacto de Roma, como una memoria trasplantada de la mente del director a la pantalla.
Y eso es Roma, sentarse con un gran amigo que durante dos horas te contará una historia fascinante y emocionante de un mundo que ya desapareció, pero que sigue vivo en los recuerdos y que define quienes somos el día de hoy.
Este post se publicó originalmente en el HuffPost México.