Que vienen los Fondos, ¡no miren arriba!
El PP sigue negando todo lo que acompaña a los fondos. Niega para confundir, ahora le falta el paso siguiente, del que ya ha puesto en marcha la maquinaria, boicotearlos.
Si no fuese porque estamos ante uno de los momentos más importantes en la historia de la construcción europea, incluso podríamos calificarlo de momento refundacional, la instrumentalización que se está haciendo de los Fondos de Recuperación daría más para una película berlanguiana que para explicar el rumbo que ha decidido tomar la oposición de este país desde que ha dejado los bancos azules, hace ya más de tres años.
De forma progresiva, y en el marco de una campaña de competición con su aliado verde en diversos gobiernos autonómicos, nos encontramos ante un esperpento político de dimensiones todavía por conocer, y que tiene profundos paralelismos con un film, reciente, que protagonizan Jennifer Lawrence y Leonardo Di Caprio y que pueden ver ustedes en la plataforma Netflix. El PP,
con su deriva anti-fondos, está embistiendo a la Comisión Europea, que una y otra vez desmiente a Pablo Casado como tiene que hacer con líderes polacos o húngaros con otros temas tan sensibles que todos conocemos, como el Estado de Derecho o la igualdad y la diversidad en el seno de la UE. Ver para creer.
La película No mires arriba es una metáfora de los años trumpistas y también del abismo climático en el que nos encontramos, pero muy concretamente de esos años que tan bien ha descrito Christian Salmon en su obra La tyrannie des bouffons (no traducida), y en la que de forma brillante explica que un grupo de líderes mundiales en estos últimos años y de la mano del expresidente norteamericano se han encargado de ir construyendo una realidad paralela, unos hechos alternativos con tintes de parodia si no fuese porque algunos de estos líderes están al frente de los países más poderosos del planeta. Y paradójicamente, como más se tiende a estos argumentos anti-todo, con su relato que en tiempos normales nos parecería absurdo, cobra fuerza y adeptos a marchas forzadas.
No les voy a hacer un spoiler cinematográfico, pero la realidad es que la película ausculta un storytelling global que se expande y que va desde la desinformación pura y dura a la negación de los hechos, a su contraste falaz, a su descalificación permanente, e incluso a su manipulación para el rédito político y mediático.
Con los Fondos de Recuperación que ha recibido España —basta decir que ha sido el primero de la clase con un sobresaliente en el proyecto de país presentado a la Comisión Europea, el primero en firmar el contrato de implementación y el primer país en recibir un desembolso de todos los 27—, estamos ante una oportunidad histórica de transformar este país. Depende de nosotros de hacerlo desde el diálogo social, de forma multinivel y aprovechando todas las sinergias para estar a la altura de los retos de este momento de transición que estamos viviendo, tanto energética como digital, social y climática.
El objetivo es ambicioso, hacer de los fondos una palanca de arrastre para la mayor digitalización, una transición productiva y energética más verde, una mayor cohesión social, de género y territorial. Y eso supone un trabajo profundo legislativo, abordar reformas complejas como la laboral y de pensiones, además de inyectar en la estructura productiva inversiones durante un periodo de tiempo lo suficientemente largo como para acometerlas en vectores estratégicos de
nuestro modelo productivo social y económico.
Y, sin embargo, todo se reduce a un mensaje como el de la película de Lawrence y Di Caprio. Aunque los fondos se hayan aprobado con nota, aunque haya un contrato de actuaciones firmado, aunque ya haya habido un primer desembolso adicional al inicial, aunque la presidenta de la Comisión, Ursula Von der Leyen, haya elogiado el plan del gobierno de Pedro Sánchez, el mensaje es el de “no mires arriba”. En un ejercicio bufonesco, se trata de desinformar, de cuestionar, de abrir un debate con hechos alternativos para crear una nebulosa alrededor de un éxito de país, que por cierto si en el 2023 hubiera un cambio de gobierno tendría que gestionar el gobierno nuevo entrante. Ver para creer.
Resulta que ahora son unos fondos ideológicos, que son “opacos, poco transparentes y faltos de ejecución concreta”, palabras, por cierto, textuales de cargos del PP extraídas de una reunión que mantuvimos la semana pasada en Bruselas en la sede de la Comisión con el equipo responsable del control, del seguimiento y ejecución de los fondos, que por cierto fiscalizan como se nos dijo
durante esa reunión y otra que mantuvimos en el ámbito de la Comisión Mixta de la UE de Congreso y Senado a finales del 2021 antes, durante y después de la firma del contrato de país. Y que por cierto también se fiscaliza por las instancias correspondientes de nuestro país y como estipula el contrato con Europa.
Di Caprio, en un momento del film, advierte, si me permiten la comparación para no romperles las ganas de visionar el film, que los fondos europeos están a la vista de todos, se pueden ver porque están allí, delante de todos nosotros, y son una realidad. Ante eso, el PP sigue negando todo lo que acompaña a los fondos. Niega para confundir, ahora le falta el paso siguiente, del que ya ha puesto en marcha la maquinaria, que es el de boicotearlos, porque es en las comunidades
autónomas en las que hay que ejecutarlos también. De momento intentan negar que van a llegar, que son una nebulosa, que son opacos, que van a acabar en manos de unos pocos. Una irresponsabilidad política descomunal que, algunos exministros de sus anteriores gobiernos ha puesto en evidencia llamándolos ‘un éxito que hemos de aprovechar todos’.
Lo relevante es que los Fondos son un éxito europeo, que simbolizan y son en la práctica la prueba de que la respuesta a la crisis de la covid-19 ha sido totalmente opuesta a la del 2008. Juntos ‘Los 27’ hemos decidido ayudarnos de forma solidaria, asimétrica —quien más ha sufrido es quien más recibe— y federal. Nos hemos embarcado juntos en salir de la crisis y lo hemos hecho para no dejar a nadie atrás, a ningún país atrás. Ante eso, la mirada trumpiana del Partido Popular no hace más que confirmar cada vez más que la oposición tiene como objetivo hacer caer al gobierno cueste lo que cueste, incluso boicoteando el mayor plan de recuperación europeo que ha tenido este país. Los irresponsables les piden que no miren ustedes arriba. Un despropósito político impropio de un partido de gobierno.