Qué está pasando en Líbano y por qué deberíamos preocuparnos por ello
Es fácil darle la espalda a los temas que no nos afectan en nuestro día a día. Pero este no debería ser nuestro primer instinto.
Cada vez me fijo más en esa falta de interés que tienen los medios de comunicación europeos respecto a lo que está sucediendo en algunos países subdesarrollados. Por ejemplo, recientemente al menos 6,2 millones de personas han tenido que abandonar sus hogares en Siria, y más de 7,5 millones de niños están al borde de la muerte.
Y apenas lo he visto en la televisión.
Es fácil darle la espalda a los temas que no nos afectan en nuestro día a día. Pero este no debería ser nuestro primer instinto. Debemos empatizar, informarnos, comprender lo que está sucediendo. Mañana podríamos encontrarnos en su lugar. Quién sabe.
Hace unos meses, me topé con una Instagram story de Eva Chen, Head of Fashion en Instagram. Compartió una conversación que tuvo con Lindsay Peoples, editora en jefe de Teen Vogue, y fue allí donde escuché por primera vez el término “cultura de la responsabilidad”.
Estoy de acuerdo con Eva: si rechazamos a las personas que no se preocupan por un tema específico, no les damos la oportunidad de aprender y de asumir la responsabilidad, de hacer frente a los problemas globales. Tras escuchar estas palabras, empecé a replantearme mi propio comportamiento al respecto.
Y es por eso que quiero contarte lo que pasa a nuestro alrededor. Ojalá tú también decidas abrir los ojos.
Voy a empezar por un país donde más del 50% de la población vive por debajo del umbral de pobreza, donde la moneda perdió el 85% de su valor en 10 meses y donde la tasa de desempleo es de un 40%. Hablemos de un país con cortes de energía hasta 22 horas al día, donde no hay acceso real a agua potable, donde el gobierno viola los derechos humanos y oculta crímenes a diario.
Bienvenido al Líbano.
Seguro que Líbano te suena por un acontecimiento reciente que sí ha salido en algunas noticias. Sin embargo, para entender el hartazgo de su gente, echemos un ojo a lo que sucedió un año antes.
17 de octubre de 2019
El punto de inflexión para el pueblo libanés fue cuando el Gobierno anunció un nuevo ‘impuesto WhatsApp’, una tasa que impuso por las llamadas a través de este servicio de mensajería. Increíble, ¿verdad?
Esto desencadenó la revolución más grande que jamás haya visto el país, poniendo en el punto de mira la profunda insatisfacción de su gente con los que están en el poder.
Fue un día histórico: la gente salió a la calle, se derribaron las banderas de los principales políticos y el himno nacional sustituyó a los cánticos típicos que apoyaban las acciones políticas del país.
4 de agosto de 2020
Pero tuvo que pasar algo trágico para que la revolución se convierta en un asunto internacional. Una enorme explosión redujo Beirut a escombros, causó la muerte de unas 200 personas y dejó sin hogar a 300.000 supervivientes. Más de 100 personas siguen desaparecidas.
La explosión fue causada por 2.750 toneladas de nitrato de amonio, un compuesto químico utilizado como fertilizante agrícola, que había estado almacenado durante seis años en el puerto. La causa principal de este desastre fue la negligencia y la corrupción del Gobierno. Esta catástrofe podría haberse evitado fácilmente, pero a nadie le salió a cuenta.
Como parte de mi proyecto personal Field Notes for Change, en el que entrevisto a personas que proponen un nuevo diálogo y rompen con lo establecido, he decidido hablar con Raya Khayat. Raya es la co-fundadora de Impact Lebanon, una organización sin ánimo de lucro que reúne a la comunidad para conseguir apoyo económico para Líbano, y que consiguió atraer la atención de figuras públicas como Dua Lipa, Ariana Grande, Madonna, Victoria Beckham, Kylie Jenner y por supuesto, de Amal y de George Clooney.
Pregunta: ¿Cuál crees que ha sido el punto de inflexión de la revolución libanesa en octubre?
Respuesta: Me he hecho esta pregunta muchas veces. Llevamos tantos años viviendo con un Gobierno corrupto que nos acostumbramos a ello. Parece una broma.
Esa fue la razón por la que me fui de Líbano en 2015, y muchos de mis amigos hicieron lo mismo.
Mi país está gobernado por personas que roban el dinero de los impuestos de sus ciudadanos: un beneficio a costa de los débiles. Por ejemplo, el 6% del presupuesto anual del Gobierno del 2016 (hablamos de 900 millones de dólares) se gastó en electricidad. Y todavía no tenemos electricidad las 24 horas al día. ¿Dónde está todo ese dinero? Todos conocemos la respuesta.
Cuando se introdujo el nuevo impuesto de Whatsapp, fue la gota que colmó el vaso. Una vez más, todos sabíamos dónde iba a parar nuestro dinero. Entonces dijimos: basta.
¿Por qué decidiste crear Impact Lebanon?
Todo empezó con la protesta en Londres en solidaridad con nuestra gente en Líbano. Nuestra rabia, la frustración y la desesperación se convirtieron en conversaciones largas y productivas. Así nació Impact Lebanon.
Recuerdo nuestra primera sesión de estrategia. Duró 3 horas, y fue el momento en el que sentí que estábamos haciendo algo importante. Nuestra energía fue imparable. Intercambiamos ideas, decidimos nuestra estructura y qué tipo de impacto querríamos tener. Cada uno de nosotros tenía un trabajo a tiempo completo, pero aún así todos pudimos compaginar ambos trabajos gracias a nuestra energía colectiva. Desde entonces, hemos lanzado más de 20 iniciativas: desde un programa de mentores que une a voluntarios con graduados y estudiantes desempleados hasta desafíos ambientales para Líbano.
Me gustaría pensar que Impact Lebanon es el inicio de una revolución. Nació de la frustración de los libaneses. Fue como un incendio, no había forma de apagarlo.
¿Crees que todas estas marchas y manifestaciones por fin conducirán a un cambio político y social?
Desde la explosión, el pueblo libanés ha estado protestando todos los días para exigir justicia de una vez por todas.
¿Cómo respondió el Gobierno? Con gases lacrimógenos, balas de goma e incluso munición real. Yo estuve ahí. La gente corría para echarse agua en la cara. Los que encabezaban la manifestación perdieron la vista. Cuando vives en un país europeo, piensas: ¿cómo puede el Gobierno llegar a este punto? Pues esta es la vida cotidiana de un ciudadano libanés.
El Líbano no estaba preparado para gestionar la vida cotidiana, imagínate tras la tercera explosión no nuclear más grande del mundo después de Hiroshima y Nagasaki. La mayoría de la gente ha perdido a seres queridos, sus ahorros, y ahora también, sus hogares.
Ya no tenemos nada que perder. Por eso creo que se avecina un cambio. No merecemos ser retratados en los medios de comunicación como personas indefensas y lamentables del tercer mundo. El mundo debe dejar de normalizar lo que está sucediendo.
Por fin nos están mirando.
No es necesario hacer mucho para ayudar. Con compartir este artículo ayudarás a reflexionar. Pero si quieres hacer más, siempre puedes unirte al movimiento #TalkAboutLebanon. También puede ayudar con una donación, ya que Impact Lebanon está recaudando £7,500,000 para brindar ayuda a su gente tras la explosión en Beirut.