¿Por qué los peruanos protestan en masa y acusan a su presidente de traición?
El gobierno intenta mitigar el malestar y alude a la reconciliación. Pero el propio PPK olvidó mencionar a las víctimas al justificar el indulto a Fujimori.
Cuando Pedro Pablo Kuczynski (PPK) ganó la Presidencia del Perú en el 2016 la diferencia de votos sobre su rival Keiko Fujimori fue de tan solo 41 mil. Una cifra ajustada que vino de los sectores de izquierda y de los movimientos antifujimoristas, que querían evitar a cualquier lugar la llegada al poder de la hija de Alberto Fujimori, el expresidente condenado por crímenes de lesa humanidad.
En aquel momento Kuczynski y los representantes de su partido firmaron un compromiso público para "cumplir las sentencias y recomendaciones de los sistemas internacionales de protección de los derechos humanos". Sin embargo —y pese a haber dado su palabra—, Kuczynski ha indultado a Alberto Fujimori, lo que ha provocado que en menos de una semana se hayan organizado numerosas manifestaciones en su contra.
La decisión es por lo menos controversial porque se dio a solo tres días de que Kuczynski se salvara de ser vacado gracias a los votos de un grupo de fujimoristas. Un grupo que siempre ha dicho públicamente que su objetivo principal es la liberación de Alberto Fujimori.
En un mensaje grabado, Kuczynski aseguró que el "indulto humanitario" se otorgó debido al "deterioro gradual" de la salud de Alberto Fujimori. Sin embargo, diversos especialistas que analizaron el informe médico afirman que la figura del indulto no debió ser aplicada en este caso.
"Indultar a Fujimori, habiendo la opción de trasladarlo a un hospital, personalmente me parece un acto político que ignora la proporción entre el perdón de la pena y la gravedad de los delitos de lesa humanidad. Una ofensa a las víctimas. No es reconciliación. Es simple impunidad.", escribió en Twitter Paulo Abrao, Secretario Ejecutivo de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos.
Varios políticos que hace solo unos días respaldaban a Kuczynski durante el proceso de vacancia le han dado la espalda e incluso lo han acusado de "traidor" porque desde el gobierno se aseguraba que no habría indulto. Esto ha provocado la renuncia del ministro de Cultura, Salvador del Solar, de tres congresistas del partido de Kuczynski y de varios funcionarios claves.
También se critica que junto al indulto se le haya otorgado las gracias presidenciales a Alberto Fujimori, una figura legal que evitará que sea juzgado por nuevas acusaciones como el Caso de Pativilca, donde fueron asesinadas seis personas.
Además, el mismo presidente de la Comisión de Gracias Presidenciales, Juan Falconí, reconoció en una entrevista que el indulto a Fujimori fue uno de los más rápidos de la historia peruana, pues se dio en tan solo 13 días. Cuando un indulto es aprobado se demora en promedio 111 días. A esto se suma la revelación de que la Junta Médica que recomendó el indulto tuvo como uno de sus miembros a un médico personal de Alberto Fujimori.
Todas estas irregularidades han ido aumentando el descontento en las calles, donde miles de personas salen a protestar en diferentes ciudades del país. La primera marcha fue el 24 de diciembre, el mismo día del indulto, y la última el 28; en ellas la palabra "traidor" es la que se repite con más frecuencia.
"Indultar a Fujimori es ofender el dolor de los familiares y la larga lucha por alcanzar justicia durante años", escribió Gisela Ortiz, una conocida activista de los derechos humanos y familiar de una de las víctimas de la matanza en La Cantuta.
El gobierno intenta mitigar sin mucho éxito el sentimiento de impunidad aduciendo que es momento de que el país entre en un proceso de "reconciliación". Sin embargo, el propio presidente Kuczynski olvidó siquiera mencionar a las víctimas y a sus familiares cuando justificaba el indulto.
Ahora son ellos los que lideran las manifestaciones y piden a las autoridades internacionales que ejerzan presión sobre el gobierno peruano para poder revertir el indulto. Existe un precedente: en 2010 se le revocó el indulto al exempresario televisivo José Enrique Crousillat porque se demostró que no estaba tan enfermo como aparentaba.
Por el momento no está claro qué pasará con el indulto a Fujimori. Lo que sí queda claro es que Kuczynski vive una crisis política que él mismo ha iniciado y que aquellos que le dieron su apoyo para llegar a la Presidencia seguirán marchando contra los nuevos giros que va dando su gobierno.