Para qué ha servido la comisión de reconstrucción del Congreso
Desde que arrancó, el pasado 7 de mayo, ha habido más de 370 intervenciones y tiempo para las salidas de tono de la ultraderecha.
Los diputados del Congreso se afanan estos días en desmentir una máxima atribuida a Napoleón: “Si quieres solucionar un problema, nombra un responsable; si quieres que el problema perdure, nombra una comisión”. El pasado 7 de mayo se constituyó en la Cámara la comisión de reconstrucción en busca de acuerdos para paliar los efectos de la crisis del coronavirus y ahora está a punto de llegar a su fin.
El problema es que el clima de crispación política que se respira en el Congreso, y que evidenció las dos veces que Vox abandonó la comisión, ha pintado nubes negras a la posibilidad de que los diputados de la mayoría de los grupos alcancen un gran pacto que quedará cojo para el Gobierno si no se suma al menos el partido de Pablo Casado de alguna manera.
Las fuentes consultadas en el PP deslizan que el partido está por la labor de pactar de manera puntual algunos temas, aunque la gran apuesta del líder de la oposición, según ha desgranado él mismo, es ofrecer al Gobierno un gran acuerdo por la Sanidad.
Tras cerca de 370 intervenciones, de diputados, de hasta 104 expertos y de ocho miembros del Gobierno, este miércoles terminó el plazo de los grupos para presentar sus conclusiones y propuestas, en forma de borrador, a cada uno de los cuatro grupos de trabajo que forman la comisión: sanidad, políticas sociales y de cuidados, Unión Europea y reactivación económica.
Hasta los ciudadanos han podido enviar en este mes y medio sus propuestas para la reconstrucción a un buzón habilitado en la web del Congreso para aportar su grano de arena y ayudar a los diputados a dar con las mejores medidas. ¿Qué utilidad ha tenido la comisión?
“Ha servido para que escuchemos a expertos y a agentes sociales y del sector económico que van a tener un papel fundamental en la tarea de reconstrucción que viene. No hay mejor manera de implantar medidas que escuchar antes a las personas que son expertas y que se desarrollan en los ámbitos que van a ser claves: el sanitario, la politica internacional, el sector verde”, explica el diputado popular Diego Gago, quien ha participado en alguna sesión de la comisión.
La clave es que los responsables de legislar sepan qué necesitan los grupos de interés del país tras un crisis devastadora de consecuencias económicas aún inciertas. “Tenemos que saber qué piden los principales actores y qué problemas se están encontrando. La comisión también ha servido para escuchar al Gobierno y saber qué postura tiene y qué problemas se encuentra”, detalla Gago. Y añade: “Han sido decenas y decenas. En el ámbito de la reconstrucción verde hemos tenido ponencias muy importantes, como la del presidente de la Asociación de Energía Eólica, o de la Unión Fotovoltaica… cuyo peso en la economía tiene mucho potencial, ya que España es líder”.
Ahora toca negociar e intentar generar a acuerdos. Este jueves, cada grupo de trabajo debate qué borrador será la base para abrirlo después a modificaciones vía enmienda, cuyo plazo de presentación expira el próximo domingo. Entre el 2 y 3 de julio se votarán las conclusiones en la comisión. El último paso será una votación en el pleno del Congreso.
Si la Cámara es capaz de alumbrar un consenso amplio en algunas de las cuatro áreas de la comisión, esas conclusiones serán, además, uno de los mimbres que podrá usar la coalición de Gobierno de PSOE y Podemos para conformar los presupuestos generales del Estado. Un punto que comparten diputados como el portavoz de los ‘comunes’, Joan Mena.
Las nuevas cuentas deberán presentarse entre septiembre y octubre. El equipo del Ministerio de Hacienda, que dirige María Jesús Montero, podrá contar con dos mimbres más: las ideas de la oficina de prospectiva de Moncloa, que también ha contactado con decenas de expertos de distintas disciplinas, muchos de ellos economistas, y las recetas de la cumbre empresarial organizada por la CEOE para abordar la reconstrucción que termina este jueves.
Las posibilidades de acuerdo
Las miradas están puestas en los populares. Primero, porque la comisión es una idea de los de Pablo Casado en respuesta al llamamiento para reeditar los pactos de La Moncloa que hizo el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. Y, segundo, porque si el Gobierno quiere armar un consenso amplio requiere el concurso del principal partido de la oposición.
El PP ve más posibilidades de llegar a pactos en dos de los grupos de trabajo de la comisión: políticas sanitarias y Unión Europea, como coinciden varios diputados de la formación popular, también Gago. Pablo Casado ha defendido en varias ocasiones el pacto ‘Cajal’ por la sanidad que la portavoz popular Ana Pastor ofrece cada semana.
Y respecto a Bruselas, el respaldo de los populares a la candidatura de la ministra de Economía, Nadia Calviño, a la presidencia del Eurogrupo es total. “Tener ahí a una ministra seria, española, una persona rigurosa, es importante.
Creemos que es una mujer con una trayectoria seria”, dice Gago.
Esos posibles acuerdos serían, además, el primer gran pacto que firmaría Casado con Sánchez y afianzaría su imagen de hombre de Estado en un momento en el que algunos barones, como el gallego Alberto Núñez Feijóo, no siguen su estilo bronco de oposición con el examen de las urnas gallegas y vascas del 12 de julio. La comisión habría servido, además, para engrasar la relación entre el PP y el Gobierno, si llegan esos acuerdos.
Más difícil será, sin embargo, que los populares se entiendan con los partidos de la investidura de Sánchez en las medidas económicas para la reconstrucción o en las políticas sociales, áreas en las que las diferencias con el Gobierno de coalición, especialmente con Unidas Podemos son prácticamente insalvables.
Algunos de los aliados del Gobierno en el Congreso, no obstante, se muestran más escépticos sobre la utilidad de la comisión. El PNV, por ejemplo, avanza que su partido no presentará borradores a los grupos de trabajo, porque sabe que el juego pasa por el documento conjunto que llevan socialistas y morados y al que ambos partidos intentan aunar apoyos, según cuenta una fuente de la formación nacionalista en la Cámara.
El portavoz jeltzale, Aitor Esteban criticó este lunes el funcionamiento de la comisión, donde ha habido poco espacio para discusión porque los grupos han tenido un tiempo de intervención muy limitado, de cuatro minutos cada uno, tras las comparecencias diarias de expertos y de miembros del Gobierno.
“La dinámica en la que nos hemos metido, que es querer solucionar el mundo en un mes, porque no hemos ido a materias concretas. Es algo que se hace deprisa y corriendo, espero que no estropeemos las cosas en lugar de arreglarlas”, lamentó Esteban.
PSOE y Unidas Podemos van de la mano en la comisión. Ambos grupos cerraron este miércoles en el último momento sus propuestas conjuntas. De momento, ambos partidos optan por la prudencia y esperan a ver cómo avanzan las negociaciones antes de valorar la comisión: “Esperaremos a conocer el resultado de las conclusiones, porque aún es un poco prematuro”, recalca una fuente morada en la Cámara.
Los impuestos y especialmente la idea de los morados de implantar una tasa a las grandes fortunas, han sido el gran escollo entre ambos los socios de Gobierno. De hecho, en la negociación entre ambas formaciones ha participado el Ejecutivo, porque la idea final de la comisión de reconstrucción es alumbrar medidas que pueda poner en marcha el Gobierno. Por eso, los socios no han querido incluir en su texto algo que los ministerios no pueden a aceptar.
Los independentistas de ERC, que sí se animaron a presentar sus conclusiones este miércoles, siguen la estela de recelo del PNV y no tienen altas expectativas: “La impresión de la comisión es siempre la misma, son cosas que nacen muertas. Se creó por lo que se creó, a través de una propuesta del PP, a raíz de la propuesta del PSOE de pactos de la Moncloa, en un momento en el que todo el mundo le estaba reprochando a Sánchez de que no hablaba con los grupos”, argumenta una fuente republicana en la Cámara.
Los comunes, sin embargo, son algo más optimistas: “Todavía estamos negociando. Pero creo que se darán algunos acuerdos importantes en sanidad y en reactivación económica”, dice el portavoz Joan Mena. Aunque este diputado asegura que los acuerdos serán “mayoritariamente con las fuerzas de la investidura”.
La clave europea
Las conclusiones finales de la comisión de reconstrucción se votarán antes de que los jefes de Estado y de Gobierno de la Unión Europea se reúnan en Bruselas los días 17 y 18 de julio para intentar llegar a un acuerdo sobre el plan de recuperación económica por la pandemia y sobre el presupuesto del bloque europeo para los próximos siete años.
El paraguas europeo de 750.000 millones, de los que 140.000 recaerán previsiblemente en España en forma de transferencia no reembolsable mayoritariamente, condicionarán sin lugar a dudas los acuerdos a los que puedan llegar los partidos en el Congreso cuando llegue la hora de votar los presupuestos. Hasta entonces, la comisión de reconstrucción ha sido un aperitivo.