Esto es lo que se sabe de los suicidios misteriosos de seis oligarcas rusos
“Desde que Vladimir Putin llegó al poder en Rusia, se ha producido un claro aumento de la tasa de mortalidad entre las personas que han estado en contacto con el Kremlin”.
Han aparecido muertos en Lloret del Mar, Nizhni Nóvgorod, Londres o San Petersburgo. Desde principios de año, varios oligarcas rusos han sido hallados muertos por presuntos suicidios, a menudo en compañía de familiares también muertos. Una serie de funerales que plantea interrogantes, especialmente en un momento en que Ucrania está siendo invadida por Rusia.
El último fue Sergei Protosenya, un multimillonario que amasó su fortuna dirigiendo un gigante del gas, Novatek. El 19 de abril apareció ahorcado en su chalet de la Costa Brava. Junto a él yacían su mujer y su hija de 18 años, cuyos cuerpos estaban acribillados a puñaladas. Y aunque se encontraron cuchillos manchados de sangre no muy lejos de él, no había rastros de sangre en su ropa.
¿Pero fue un suicidio tras una discusión familiar o un triple asesinato encubierto? La Policía local sigue investigando, sobre todo porque este caso recuerda a otros anteriores, como informa la revista estadounidense Newsweek.
Justo el día anterior, Vladislav Avayev, antiguo número 2 de Gazprombank, brazo financiero del gigante energético ruso y tercer banco de Rusia, también fue hallado muerto. Su cuerpo fue encontrado en Moscú acribillado a balazos junto a los de su esposa Yelena, embarazada, y su hija María, de 13 años, en un piso de lujo que estaba cerrado por dentro.
Los medios de comunicación rusos describieron inmediatamente el caso como un doble asesinato cometido por el magnate, seguido de su suicidio, pero no todos quedaron convencidos con la teoría. Igor Volobuev, otro ejecutivo de Gazprombank que dijo que iba a luchar contra Rusia junto a los ucranianos, señala que es todo un montaje. ”¿Por qué creo que fue un asesinato escenificado? Quizá porque sabía demasiado y amenazaba los intereses de alguien”. Y recordó que Vladislav Avayev fue un miembro importante de la administración de Vladimir Putin en el pasado.
Gazprom y sus antiguos directivos no se han librado de esta serie de muertes sospechosas. A finales de enero, Leonid Shulman, un importante ejecutivo del grupo, presuntamente se suicidó en su casa, cerca de San Petersburgo, cortándose las venas. El 25 de febrero, al día siguiente del inicio de la invasión rusa, otro alto ejecutivo de la empresa, Alexander Tyulyakov, fue encontrado ahorcado en su casa cerca de la “Venecia del Norte”.
En ambos casos, la prensa rusa afirma que había notas de suicidio junto a los cadáveres. En uno de ellos, se aludía a un dolor insoportable en la pierna por una lesión. Pero el medio estadounidense Fortune ha informado de que Leonid Shulman estaba siendo investigado por fraude y varias publicaciones dijeron que Alexander Tyulyakov, otro miembro de Gazprom, había regresado a casa herido el día antes de su suicidio con marcas que apuntaban a una paliza. El periódico independiente Novaya Gazeta añade que los forenses encargados de analizar los cadáveres fueron despedidos por el servicio de seguridad de Gazprom al comenzar las autopsias.
Algo similar sucedió el 28 de febrero en Londres con Mikhail Watford. Este empresario, que creó su fortuna en los sectores del gas y el petróleo tras el colapso de la URSS antes de construir un imperio inmobiliario en Reino Unido, apareció ahorcado en el garaje de su mansión. Esa muerte sigue sin explicación y la Policía británica aún intenta esclarecerla.
Y a mediados de marzo, fue Vasily Melnikov, multimillonario y jefe de una gran farmacéutica (Medstom), quien apareció muerto en compañía de su mujer y sus dos hijos, los cuatro cuerpos apuñalados en el interior de su lujoso piso en Nizhni Nóvgorod, en el oeste de Rusia. Una vez más, la prensa rusa apuntó inmediatamente a una fuerte discusión familiar seguida de un suicidio con el pretexto de que Medstom estaba al borde del colapso económico por las sanciones impuestas por Occidente.
Todas estas muertes, analizadas por separado, podrían parecer casos aislados, pero su proximidad en el tiempo y sus similitudes hacen que surjan las dudas, como explicó recientemente Sergei Zhirnov, antiguo miembro de los servicios secretos rusos, en TV5 Monde. También se plantea la posibilidad de que se esté viviendo una ola de suicidios en el contexto de las sanciones occidentales y las fortunas que han quebrado, ya que la mayoría de estas seis muertes se produjeron tras el inicio de la invasión rusa.
Pero, como recuerda Sergei Zhirnov, no se puede descartar la posibilidad de asesinatos ordenados por las autoridades rusas y llevadas a cabo por los servicios secretos. Esta es una opinión compartida por el Instituto de Varsovia, según Le Figaro, sobre todo porque la mayoría de estos hombres trabajaban en el mismo sector energético.
En 2017, el diario estadounidense USA Today publicó una investigación en la que se enumeraban casi cuarenta muertes de grandes personalidades económicas y políticas de Rusia, así como de diplomáticos. Vladimir Kara-Murza, opositor al poder actual en Moscú y víctima de varios intentos de envenenamiento, hizo una insinuación bastante transparente: “Desde que Vladimir Putin llegó al poder en Rusia, se ha producido un claro aumento de la tasa de mortalidad entre las personas que han estado en contacto, de una u otra manera, con el Kremlin”.
Y a todo esto hay que sumarles los mediáticos casos de envenenamiento que involucran a la prominente figura de la oposición Alexei Navalni y al ex espía Sergei Skripal y a su hija en Reino Unido.
Este artículo fue publicado originalmente en el ‘HuffPost’ Francia y ha sido traducido del francés por Daniel Templeman Sauco.