Las muertes en extrañas circunstancias del entorno de Putin aumentan: muere Pavel Antov
El oligarca ruso, uno de los diputados de la Duma mejor pagados, se mostró crítico con la guerra de Ucrania en el inicio de la invasión.
La lista de muertes sospechosas en el entorno de Vladimir Putin desde el inicio de la guerra de Ucrania, hace ya diez meses, ha sumado un nuevo nombre después de que el oligarca ruso y diputado en la Duma por el partido del presidente ruso, Pavel Antov, falleciese en extrañas circunstancias este domingo en la India.
Tal como informa el diario británico Daily Mail, citando a la agencia TASS, Pavel Antov se fue de vacaciones con cuatro personas para celebrar su cumpleaños y, por circunstancias se investigan, el multimillonario gracias a sus negocios en el mundo de las salchichas, saltó por la ventana de la habitación del hotel en el que se hospedaba en la localidad de Rayagada.
Dos días antes de la muerte de Antov, un amigo que lo acompañaba en su viaje moría de un ataque al corazón y las autoridades indias no descartan que esta muerte afectase al diputado ruso y tomase la decisión de suicidarse, según el medio de comunicación ruso Shot.
“Estamos al tanto de la muerte de dos ciudadanos rusos. Estamos en contacto con los familiares de estas personas y el departamento de policía de la ciudad donde ocurrió el hecho. Estamos siguiendo la investigación y recibiendo información de la policía de Odisha”, aseguró el cónsul ruso de Calcuta, Alexei Idamkin, a la agencia RIA.
Pavel Antov, estaba considerado como el diputado ruso más rico, según la revista Forbes de 2019 y en el inicio de la invasión de Ucrania se erigió como una de las voces críticas con la decisión de Vladimir Putin. A finales de junio de 2022, en las redes sociales, denunció el “terror” al que se enfrentaban los civiles ucranianos en Kiev, recordando un episodio en el que “una niña fue sacada de entre los escombros. El padre aparentemente murió y están tratando de salvar a la madre”. Un día después, sin muchas explicaciones, se retractaría en lo que describió como un “malentendido extremadamente desafortunado”.