Mucho más que un error de formulario: lo que Djokovic hizo y no debió hacer siendo positivo
Se fue a un evento social y a otro con jóvenes sin mascarilla, cuando esperaba el resultado de la PCR y, ya confirmada la enfermedad, concedió una entrevista.
El tenista serbio Novak Djokovic admitió la pasada noche que había cometido “errores humanos” en los documentos para entrar a Australia, un fallo que achaca a su equipo de asesores y con el que trata de espantar la polémica que rodea desde hace días su intento de competir en el Open sin estar vacunado contra el coronavirus.
Pero sus fallos van más mucho más allá de un formulario. En el mismo comunicado, publicado en sus redes sociales, el deportista reconoce que hizo varias cosas mal siendo positivo. Asegura que se sometió el 16 de diciembre a una prueba para detectar la covid-19, cuyo resultado conoció un día más tarde. En el tiempo en el que estaba esperando la prueba, que constató el contagio, celebró un evento con jóvenes y en el lanzamiento de unas estampillas con su imagen. En ambos eventos estuvo sin mascarilla.
Defiende que había dado negativo en una prueba de antígenos previa, pero lo cierto es que aún no conocía la PRC y, aún así, mantuvo el acto. Alega: “Era asintomático y me sentía bien y no recibí la notificación de mi test PCR positivo hasta después de ese evento”.
Pero es que el día 18, ya sabiendo a ciencia cierta que era positivo, concedió una entrevista al diario deportivo francés L’Equipe, “por no dejar tirado al periodista”. No hay protocolo que diga que siendo positivo se deba salir e interactuar con otras personas durante un buen rato. “Me sentí obligado a acudir a la entrevista con L’Equipe para no dejar tirado al periodista, pero mantuve distancia social y mascarilla todo el tiempo, excepto durante las fotografías. Al regresar a casa me aislé y reflexioné. Cometí un error de juicio y admito que tuve que posponer la cita”, dice el comunicado.
Añade que su equipo se equivocó al no detallar que había estado en más de un país las semanas previas a su aterrizaje en Melbourne, con escalas en España y Emiratos Árabes en esos 14 días reclamados como limpios, una ocultación de información esencial para su porvenir en Australia en estos momentos.
El número uno del mundo estuvo entrenando en unas instalaciones en Sotogrande (Cádiz), según sus redes sociales, y viajó desde Málaga hacia Australia, según el presidente del Comité Olímpico serbio, Borizadr Maljkovic. El tenista, que voló el día 4 de enero haciendo escala en Dubái, pudo haber pasado la Navidad en Belgrado, según algunas fotos en las redes sociales.
Pese a ello, el serbio, de 34 años, insta a los medios a que se corrija la información errónea publicada respecto a sus actividades “en particular en lo que se refiere a la preocupación generalizada de la comunidad por mi presencia en Australia, y para abordar asuntos que son muy hirientes y preocupantes para mi familia”.
El Gobierno australiano continúa considerando su posible anulación de visado y posterior deportación. Mientras, las autoridades de inmigración investigan -según medios australianos- si el tenista mintió a su entrada a Australia cuando aseguró que no había visitado ningún tercer país las dos semanas previas, lo que podría conllevar que su visado fuera cancelado de nuevo.
Djokovic llegó el pasado miércoles a Melbourne con una exención médica a vacunarse por haberse contagiado de la covid-19 en diciembre, pero los agentes de aduanas le denegaron el visado y fue retenido en un hotel mientras sus abogados presentaron un recurso.
Un tribunal de Melbourne dio el lunes la razón a Djokovic, de 34 años, y le permitió la entrada en el país, pero aún hay posibilidades de que sea expulsado de Australia, aunque se desconoce cuando se conocerá la decisión oficial.