Todo lo que tienes que saber sobre los misiles hipersónicos que está usando Rusia
Rusia es el único país del mundo que posee este tipo de misiles.
Se trata de una novedad en un conflicto entre dos países y una inquietante escalada del armamento utilizado por Rusia en Ucrania. El portavoz del Ministerio de Defensa ruso, Igor Konashenkov, declaró el sábado 19 de marzo que Rusia ha utilizado al menos uno de sus misiles de nueva generación “Kh-47M2 Kinjal” para “destruir un almacén subterráneo de misiles y munición” en la ciudad de Deliatine.
Esta ciudad, de menos de 10.000 habitantes, hasta entonces se había librado de los bombardeos rusos. Está situada en la región de los Cárpatos, en el suroeste de Ucrania, a unos 100 kilómetros de la frontera con Rumanía, que sí es Estado miembro de la OTAN.
Probado con éxito por primera vez en 2018, este tipo de misil hipersónico es muy maniobrable. Aunque los especialistas en armamento siguen debatiendo sobre sus capacidades reales, parece que son capaces de evadir todos los sistemas de defensa antiaérea, incluido el escudo antimisiles de Estados Unidos en Europa.
Según los militares rusos, esta arma ya ha sido probada en numerosas ocasiones en maniobras desde la primera prueba exitosa de 2018. No obstante, la agencia de noticias estatal rusa, Ria Novosti, ha confirmado que su uso supone una novedad en los dos conflictos en los que participa Rusia: obviamente en Ucrania, pero también en Siria, donde Vladimir Putin ha estado proporcionando apoyo militar al régimen sirio de Bashar al-Assad desde 2015, contra la oposición y las fuerzas yihadistas.
Para muchos expertos, se trata de una novedad mundial. Y por una buena razón: Rusia es el único país del mundo que posee este tipo de misiles. “Han querido probar ellos mismos el Kinjal en un combate real”, ha señalado el analista militar Vasily Kashin, entrevistado el sábado por la AFP.
Rusia afirma que el misil puede volar hasta “diez veces la velocidad del sonido”, es decir, Mach 10, aproximadamente 12.000 kilómetros por hora, aunque los expertos militares occidentales creen que el Kremlin exagera. El hecho es que cuando un misil alcanza varias veces la velocidad del sonido, se vuelve “invisible” y puede burlar cualquier radar y, por tanto, cualquier sistema de defensa antimisiles.
Los especialistas también se debaten sobre su alcance. Esto está relacionado principalmente con la capacidad de carga del avión utilizado para lanzarlo. Los misiles “Kinjal” miden 7,4 metros de largo y pesan unas 4 toneladas, de modo que solo se pueden utilizar en los aviones de combate rusos MiG-31.
Varios expertos militares, como el periodista especializado Laurent Lagneau, han afirmado que algunos de estos misiles habrían sido desplegados en el enclave ruso de Kaliningrado, en el mar Báltico, en febrero de 2022. El ejército ruso también podría equiparse con estos misiles en sus portaviones en el Mar Negro.
Una vez lanzado el misil, su alcance se estima en 1000 o 1200 kilómetros, según varios estudios militares, o 2000 kilómetros, según el ejército ruso.
Por último, está la cuestión de su poder destructivo. No es mucho más potente que un misil Iskander-M de corto alcance lanzado desde tierra de los que tanto han utilizado durante las últimas semanas en Ucrania. “Es el equivalente a varios misiles de crucero al mismo tiempo. Si juntas veinte misiles de crucero no hipersónicos, equivalen a un misil hipersónico”, explica Bruno Clermont, general del Ejército del aire francés, enel medio LCI.
Para el analista militar Vasily Kashin, el objetivo alcanzado el viernes parece ser el indicado para el “Kinjal”. “Estas infraestructuras son difíciles de destruir con misiles convencionales. El misil hipersónico tiene una mayor capacidad de penetración y poder destructivo debido a su altísima velocidad”, explica.
Para el experto militar ruso Pavel Felgenhauer, el uso del Kinjal no da a Rusia una ventaja estratégica en Ucrania, pero el efecto psicológico es evidente por desplegar Moscú una de sus nuevas armas destructivas. “No cambia el rumbo de la batalla, pero obviamente tiene un impacto propagandístico que asusta”, explica. Se trata de una demostración de fuerza, “sin mucha utilidad en la guerra de Ucrania”, según confirma el experto Xavier Tytelman en Franceinfo.
Su uso en Ucrania se produce en un momento en el que el ejército ruso, a pesar de lo que diga su propaganda, no parece tener todavía el control total de los cielos, ya que la defensa antiaérea ucraniana sigue infligiendo importantes pérdidas a Rusia.
Kinjal, Zircon, Sarmat, Peresvet, Poseidón, Bourevestnik... El arsenal militar ruso de misiles hipersónicos, desarrollado en los últimos años por Moscú, no se limita a los misiles Kinjal. Los Zircon —disparados desde buques y submarinos— vuelan a una velocidad de Mach 9 (más de 11.000 kilómetros por hora) para alcanzar objetivos marítimos y terrestres.
En 2018, Vladimir Putin explicó que estos misiles eran capaces de variar su rumbo y altitud a muy alta velocidad, lo que los hacía “prácticamente imparables”. El presidente ruso equiparó el avance científico y militar que suponía su desarrollo con “la creación del primer satélite artificial de la Tierra”, el famoso Sputnik.
Este artículo fue publicado originalmente en el ‘HuffPost’ Francia y ha sido traducido del francés por Daniel Templeman Sauco.