Montero defiende los Presupuestos "de la recuperación" y Casado los rechaza por ser “insensibles”

Montero defiende los Presupuestos "de la recuperación" y Casado los rechaza por ser “insensibles”

Tenso enfrentamiento Gobierno-oposición con ataques personales y acusaciones de "traición" y "chantaje" en las cuentas. No falta ni ETA en el debate.

Hora de cuadrar cuentas ante el Congreso. María Jesús Montero ha defendido este miércoles el proyecto de Presupuestos Generales del Estado en la primera jornada de un larguísimo y no menos tenso debate a la totalidad, con alusiones personales y un constante enfrentamiento entre los buenos datos de recuperación y las acusaciones de triunfalismo por parte de la oposición. Triunfalismo o cosas peores, porque hasta ETA ha salido a colación.

La titular de Hacienda ha valorado el proyecto presentado por el Gobierno como “un antídoto contra los populismos que propone soluciones sencillas a problemas complejos”. Es, ha resumido, “indispensable para consolidar la recuperación justa”. Después de ocho horas de turnos de palabra, este jueves será el día en el que la Cámara Alta tumbe, como parece, las siete enmiendas a todo el texto presentadas por PP, Vox, Cs, JxCat, CUP, Foro Asturias y Coalición Canaria.

No había terminado de hablar la ministra y los representantes de la oposición ya habían dejado clara su postura: “Traición” y “chantaje” como términos de ‘cabecera’ para valorar los acuerdos alcanzados con ERC o PNV. Más lejos ha llegado Pablo Casado, que en su turno ha enumerado una retahíla de ataques: desde “falsos y radicales” a, directamente, señalar que “esas cuentas nacen muertas”. De Vox, ni hablemos... su portavoz ha empezado hablando de ETA.

La muestra del rumbo “bien definido” del Ejecutivo

Montero ha explicado, aún en horario matinal, que estos presupuestos muestran que el Gobierno tiene su rumbo “bien definido”. Ha negado así cualquier desencuentro importante tras las últimas semanas de tensión con la derogación de la reforma laboral como eje resuelto tras una reunión entre Sánchez y las vicepresidentas Calviño y Díaz. Montero ha incidido en la recuperación de la economía, algo que la oposición ha reprochado de “triunfalismo”.

La titular de Hacienda ha dedicado parte de su intervención a criticar que desde la derecha “se insulte con ligereza y se empleen palabras como chantaje o traición, a sabiendas de que es mentira y es falso”. “No importa cuáles son los argumentos detrás de las cuentas, sino lo contrario”, ha lamentado, porque para ella el Ejecutivo tiene la obligación de trabajar “hasta la extenuación” para lograr con diálogo que salgan adelante sus iniciativas y así lo seguirá haciendo, ha remarcado.

“De la mano de empresarios y sindicatos”

Sin hacer referencia concreta a la reforma laboral, la ministra ha querido dejar claro que los compromisos adquiridos por el Gobierno son ahora “más importantes que nunca” porque tienen que guiar su impulso político y estar presentes esos valores en todas sus acciones.

Metida en esa cuestión, sí ha defendido, en otro momento, la necesidad de seguir “yendo de la mano de empresarios y sindicatos” en las negociaciones de aquí en adelante, al igual que ha ocurrido hasta ahora, con la renovación de los ERTES.

Casado se desahoga entre ataques y alusiones personales

Pablo Casado, en su intervención inicial, ha atacado los Presupuestos con dureza hasta calificarlos como “falsos”, “radicales” o “muertos”, ya que “no se los cree ni siquiera la ministra de Hacienda”, a la que ha reprochado su “triunfalismo”. Tampoco ha ahorrado el calificativo de “ruinosos” porque “suben el despilfarro del gasto público además de los impuestos”.

No ha faltado la crítica al “ausente” Pedro Sánchez por su no presencia en el turno de Casado, algo sobre lo que ha ironizado al citar una intervención de Sánchez afeando un gesto similar a Rajoy en 2015.

Sus palabras han encontrado réplica inmediata en el siguiente turno de María Jesús Montero, que ha lamentado que el líder popular representase en el atril “una caricatura de sí mismo”, utilizar “datos falsos” y, en lugar de hacer “un discurso crítico pero constructivo, ha preferido regodearse en la ruina y el caos”.

El enfrentamiento, largo y por momentos metido en cuestiones personales sobre el pasado político de cada cual, ha culminado tras dos réplicas y contrarréplicas. Montero ha advertido a Casado que “le perseguirá esa portada durante toda su vida”, en referencia a la declaración en El Mundo del líder de la oposición  sobre el riesgo de quiebra económica. Además, ha asegurado que “no es nada original”, al rememorar el “que caiga España, que ya la levantaremos” formulado en el PP años atrás.

Para Vox, ETA gana

La primera frase del portavoz parlamentario de Vox, Iván Espinosa de los Monteros, dejó claro el tono de su discurso: ETA y algo más. El representante de la ultraderecha apenas ha entrado a desglosar las cuentas y ha optado por deslegitimarlas porque “legitiman el proyecto totalitario de ETA”.

“Estos Presupuestos comienzan helándonos la sangre”, ha apuntado, apropiándose de una cita del exlehendakari Patxi López sobre la banda terrorista, antes de denunciar que “blanquean” a quienes consolidaron una “traición” a las víctimas. “No es una enmienda total a los presupuestos, es una enmiedad a su formación política”, ha rematado tras sus dos intervenciones.

Montero, que ha entrado al enfrentamiento directo, ha tratado de acallar los “insultos” de la bancada de Vox, a la que presume de haber “desenmascarado”. Su objetivo, el del Gobierno, ha añadido, es que Vox no forme parte de ningún gobierno en España y, para evitarlo, “tenderán la mano al PP” si es necesario, poniendo el caso de Andalucía como ejemplo.

“Con la ultraderecha no se compite, a la ultraderecha se la combate. Hay que desmontarla, poner encima de la mesa todos los argumentos que se pueda porque el juego en el que participan solo debilita la convivencia, deteriora el espacio público y socava el Estado social y de derecho”, ha dicho en un duro discurso contra el partido liderado por Abascal.

Arrimadas habla de teatro y se enzarza con Montero

Un día antes de votar las enmiendas, Inés Arrimadas ha adelantado que los diez diputados de Ciudadanos “no vamos a participar de este ‘teatro de Pimpinela’ entre Casado y Montero”. O lo que es lo mismo, ha rechazado las formas pero también las cuentas, que ha tildado de “ficticios y populistas”, aunque lo más grave, ha remarcado, es que cree que la contrapartida para su aprobación va a ser la liberación de presos de ETA.

Su discurso ha ido a más en crispación, igual que el intercambio con Montero, que ha reprochado la actitud de Ciudadanos, por votar “siempre” con la derecha y la ultraderecha y no saber encontrar el “espacio” por el que debería pelearse la derecha.

En la parte nacionalista/soberanista, el turno de Miriam Noguera, de JxCat ha reabierto la cuestión territorial, sobre el ‘no’ a este proyecto porque “no dan votos a cambio de nada”. “A cambio de nada les permiten seguir con esta prepotencia, impunidad ante una falta de compromiso, de palabra y respeto al catalanismo, al català y a lo que han votado en Cataluña”, ha apostillado la portavoz de Junts, asegurando que no ha visto al Gobierno “dispuesto a negociar de manera seria”: “Nos engañan y humillan año tras año”.

Entre extrañada e indignada, la representante del Ejecutivo ha cuestionado “por qué se niegan a todo”, criticando la enmienda a la totalidad. “Parece que lo que aspiran es que vuelva al Gobierno la derecha, que no dialoga y les niega el pan y la sal”, le ha afeado la ministra de Hacienda.

Mañana aún quedará algún momento tenso antes de que, previsiblemente, las cuentas sigan adelante en su camino legislativo.

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