Los riesgos supeditan el optimismo económico de España
El nuevo año llega con más optimismo en el plano económico. Sin embargo, la incertidumbre, así como los riesgos, siguen preocupando a los economistas.
La pasada semana nos dejó muchas ideas, así como diferentes lecturas de la situación por parte de los expertos en el plano económico. La celebración de la reunión anual del Foro Económico Mundial en Davos, que siempre despierta el interés por lo que estos líderes comentarán sobre la economía; la publicación de las perspectivas sobre la economía mundial, plasmadas en la actualización del informe WEO del Fondo Monetario Internacional (FMI), en adición a la publicación de otros indicadores como el compuesto de la OCDE, que mostraba luces y sombras sobre la recuperación, llamaron la atención de una población que seguía con la mirada puesta en los Estados Unidos y la Casa Blanca.
La sucesión de todos estos eventos, en un momento en el que la ciudadanía seguía pendiente de la salida de Donald Trump, así como del asalto al Capitolio de la democracia más antigua del mundo, ha devuelto a la economía al centro de la tribuna pública, con titulares que no solo reflejan la mayor contracción del planeta, por detrás de la economía argentina, para la economía española, sino también una recuperación que, en línea con los indicadores, podría ser, nuevamente, más tardía que la proyectada para otras economías homólogas; todo ello, en adición al claro ensanchamiento de unos desequilibrios que acentúan la necesidad de aplicar reformas de cara al futuro.
Así pues, hablamos de una situación que requiere de especial atención, pues los riesgos que presenta nuestra economía, aun siendo menores que en la pasada crisis, requieren de un control de la situación más riguroso por parte del Gobierno.
Y es que, en lo que respecta a la publicación de las perspectivas para la economía mundial en los próximos meses y años, debemos saber que estas, aun presentando una leve mejoría, presentan matices que deben resaltarse. En este sentido, e inmersos en un escenario de excepcional incertidumbre: se prevé que la economía mundial crezca a ritmos del 5,5% en 2021, moderándose hasta situarse en el 4,2% en 2022. En este escenario, las proyecciones para 2021 se han revisado al alza en 0,3 puntos porcentuales, en vista de las expectativas de un fortalecimiento de la actividad más avanzado el año gracias a las vacunas y al respaldo adicional de las políticas en algunas grandes economías.
No obstante, de la misma forma que el FMI avisa sobre esta mejoría, advierte sobre una serie de condicionantes que, como en meses pasados, podrían alejar a determinados países del objetivo previsto. Pues, de acuerdo con el organismo, la solidez de la recuperación variará considerablemente entre países, dependiendo del acceso a intervenciones médicas, la eficacia del apoyo de las políticas, la exposición a repercusiones económicas transfronterizas, así como las características estructurales de cada economía al inicio de la crisis. Teniendo en cuenta este aviso, así como la falta de recursos con la que cuenta España y esas debilidades tan conocidas, el año comienza con muchas incógnitas que despejar.
En este mismo sentido, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), ha hecho público su indicador compuesto, el cual trata de buscar puntos de inflexión en el ciclo económico. Así pues, este indicador muestra que, mientras se observan países que muestran una clara mejoría en el indicador, previendo una recuperación en los próximos meses, en lo que a la economía española respecta muestra ese claro descuelgue que, ya en meses pasados, se observaba. De manera que España sigue muy por debajo de los niveles de 2019. Además, en el mes de diciembre, el incremento que experimentaba el indicador agregado en la OCDE cuadruplicaba el que vivió el español.
En resumen, todo ello, sumado a las reformas que instan desde Davos los expertos, son algunos factores que hacen de esta situación, una situación muy compleja. Pues el exceso de incertidumbre, los riesgos en el horizonte, en adición a lo que muestran los indicadores sobre nuestra economía, siguen ensombreciendo un futuro en el que, de no contemplar los escenarios, la enorme factura que puede dejarnos la presente crisis podría seguir ensanchándose.