Los homicidios causan más muertes en el mundo que los conflictos armados
Tan solo en 2017 unas 464.000 personas en todo el mundo fueron víctimas de homicidio y 89.000 murieron en conflictos armados en el mismo período.
Alrededor de 464.000 personas en todo el mundo fueron víctimas de homicidio en 2017, superando de este modo con amplitud las 89.000 que murieron en conflictos armados durante el mismo período. El crimen organizado representa el 19% de todos lo homicidios cometidos ese año, lo que supone que las organizaciones criminales han causado la muerte de un número de personas igual al de todos los conflictos armados del mundo.
“Este informe pretende arrojar luz sobre los asesinatos por motivos de género, la violencia entre pandillas y otros desafíos, teniendo como propósito apoyar en la prevención y las intervenciones destinadas a reducir las tasas de homicidio”, aseguraba tras su publicación el Director Ejecutivo de la UNODC, Yury Fedotov.
“Los países se han comprometido a cumplir las metas de los Objetivos de Desarrollo Sostenible a fin de reducir todas las formas de violencia y las tasas de mortalidad relacionadas a este delito para el año 2030. Este estudio ofrece ejemplos importantes de intervenciones comunitarias efectivas que han ayudado a lograr mejoras en áreas afectadas por la violencia, las pandillas y el crimen organizado”, ha explicado.
Las muertes violentas incrementan
El número total de personas que han sufrido una muerte violenta como consecuencia de un homicidio ha pasado en el último cuarto de siglo de 395.542 en 1992, a 464.000 en 2017. No obstante, la población mundial ha aumentado a un ritmo más acelerado que el incremento de las víctimas por homicidio registradas, por lo que el riesgo de ser asesinado ha disminuido de manera constante.
La tasa mundial de homicidios, que se mide de la misma forma que la tasa de víctimas por cada 100.000 personas, ha pasado de 7.2 en 1992 a 6.1 en 2017.
El género, la región o las causas son algunas de las variables que el estudio recoge, poniendo de manifiesto las principales variaciones dentro de este tipo de crímenes violentos.
Por su parte, la tasa de homicidios en el continente americano ha sido sin duda la más alta registrada desde que comenzara a contabilizarse en el año 1990 con un (17.2). Le sigue África, con un (13.0) también por encima de la media mundial, mientras Asia, Europa y Oceanía se hallan por debajo de la media mundial con (2.3), (3.0) y (2.8) respectivamente.
El panorama además, varía enormemente según la región. América Central se sitúa con un (62.2) y le sigue América del Sur con un (56.8), territorios sistémicos por muertes violentas, aseguran desde la agencia de la ONU.
Dentro de los países del continente, El Salvador se sitúa a la cabeza con un (62.1) , seguido por Venezuela con un (56.8) , Honduras (41.7) y Brasil (30.5).
En Europa, Bélgica encabeza el ranking con un (1.5), seguido de Francia con un (1.2). España, ocupa el número 91 de 123 estados, lo que nos coloca en el trigésimo segundo país más seguro.
La mayoría de las víctimas de homicidio son hombres
A nivel mundial, alrededor del 81%de las víctimas de homicidio registradas en 2017 eran hombres y niños, y más del 90 por ciento de los sospechosos de homicidio eran hombres. Sin embargo, el informe señala que la disparidad de género entre las víctimas cambia con la edad y que pese a que las mujeres y niñas representan una proporción mucho menor de víctimas de homicidio, siguen siendo las que soportan la mayor carga de los homicidios cometidos por sus parejas íntimas y por su familia.
En todas las regiones, la probabilidad de que los niños sean víctimas de homicidio aumenta con la edad, aunque este proceso ocurre en diferentes etapas. Los hombres y los adolescentes de sexo masculino de entre 15 y 29 años corren el mayor riesgo de ser víctimas de homicidio en todo el mundo.
Desigualdad, desempleo, problemas de género e inestabilidad política: Principales causas
Las políticas llevadas a cabo para combatir los homicidios requieren una comprensión integral de su escala y sus causas. Entre algunos de los factores mas destacados que impulsan este delito se encuentran la desigualdad, el desempleo, la inestabilidad política o la prevalencia de los estereotipos de género en la sociedad.
El informe también apunta hacia los altos niveles de corrupción, la falta de educación o las drogas como principales causas, y señala como forma de combatirlo la importancia de un modelo de gobierno centrado en el estado de derecho,y la inversión en el desarrollo socioeconómico de las sociedades.