Los aliados de Hezbolá ganan las elecciones en Líbano
El primer ministro actual, Saad Hariri, ha obtenido 21 escaños, 12 menos que los 33 que tenía hasta ahora en el hemiciclo, por lo que se le complica la formación de un gabinete.
El partido-milicia chií Hezbolá y sus aliados políticos han salido victoriosos en las elecciones legislativas celebradas este fin de semana en Líbano. Según los primeros datos, han obtenido más de la mitad de los 128 escaños en juego del Parlamento. La cada vez más poderosa influencia y presencia del Partido de Dios en este pequeño país del Oriente Próximo muestra la ascendencia de Irán en la región, tanto en suelo libanés como en Siria e Irak. Hezbolá es uno de los principales enemigos de Israel, su vecino del sur, y es un grupo aún considerado terrorista por Estados Unidos. Ha incrementado su poder ostensiblemente desde que se involucró en la guerra en Siria para respaldar al presidente Bachar el Assad en 2012, un periodo en el que, a la vez, ha sufrido un importante desgaste por la muerte de muchos de sus milicianos.
"Es una gran victoria moral y política para la resistencia", ha enfatizado el líder del grupo, Hassan Nasrallah, en un discurso retransmitido por televisión, una vez que se fueron conociendo los datos, aunque sin citar expresamente el número de escaños logrados por su fuerza y sus listas cercanas como el Movimiento Patriótico Libre, del actual presidente del país, el cristiano Michel Aoun.
En Líbano, el jefe del Gabinete ministerial tiene que ser un suní, mientras que el presidente del Parlamento (formado por 64 musulmanes y 64 cristianos) corresponde a un chií y la jefatura del Estado, a un cristiano. Como ya ha ocurrido en el Gobierno saliente, en el que se debe ahora de formar se prevé que estén representados todos los principales partidos. La formación del nuevo Ejecutivo tardará tiempo.
Bajada de Hariri
El primero ministro libanés, Saad Hariri, ha comparecido públicamente para anunciar que su partido, la Corriente del Futuro, obtuvo 21 escaños en estos comicios, 12 menos que los 33 que tenía hasta ahora en el hemiciclo; eso podría explicar en parte el ascenso de Hezbolá.
En una rueda de prensa en Beirut, Hariri admitió que su grupo esperaba mejores resultados para formar una coalición mayor en la que hubiera más miembros cristianos y chiíes, dentro de la corriente dominada por suníes. "Esto no es el fin del mundo", dijo, tras considerar que desde su partido "deberían haber hecho más" para obtener mejores resultados en las elecciones.
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Agregó que la baja participación tras nueve años sin comicios, que se situó en el 49,2%, se debe a que "la gente no ha entendido la ley electoral", que por primera vez establece un sistema proporcional y con voto preferencial y da derecho a tomar parte en los comicios a los libaneses en el exterior.
Hasta ahora, la Corriente del Futuro, apoyada por Arabia Saudí, era la principal fuerza en la Cámara de diputados, desde las últimas elecciones, que se celebraron en 2009. En los pasados nueve años, el Parlamento libanés prolongó su mandato en tres ocasiones, argumentando la inestabilidad política generada en el país por la guerra en la vecina Siria.
Futuro incierto
El aparente triunfo conseguido por la alianza respaldada por Hezbolá podría complicar la política occidental respecto a Líbano, un gran receptor de respaldo militar estadounidense que depende de la ayuda y de préstamos del exterior para reactivar su estancada economía. Un ministro israelí dijo que el resultado, que aún no ha sido confirmado por resultados oficiales, muestra que el Estado libanés no se distingue de Hezbolá y muestra el riesgo de que Israel inicie una guerra futura contra el Gobierno del Líbano. La última de gran calado fue en el verano de 2006.
Pese a la probable derrota de Hariri, el político aún se perfila como el líder musulmán suní con el mayor bloque en el Parlamento de 128 escaños, lo que lo convertiría en el favorito para formar el próximo Gobierno. Medios iraníes también han reaccionado a los contratiempos de Hariri. La agencia de noticias iraní de línea dura Tasnim publicó una noticia titulada: "Resultados de elecciones libanesas ponen fin al monopolio de Hariri entre suníes".
El primer ministro libanés tiene que ser un suní en el sistema de poder compartido entre sectas. Se prevé que el nuevo Gobierno, como el saliente, incluya a todos los principales partidos y se prevé que las conversaciones para ocupar cargos en el gabinete se prolonguen.
Los comicios tuvieron lugar bajo un complejo nuevo sistema electoral que redibujó distritos y cambió las cosas desde un esquema en que el ganador se quedaba con todo a uno proporcional. Los resultados oficiales no fueron declarados el lunes por la mañana, como se esperaba, y no había novedades sobre cuándo podrían ser anunciados.
Líbano celebró el domingo sus primeras elecciones parlamentarias desde 2009. La nación se encuentra bajo presión para demostrar a inversores y contribuyentes internacionales -que prometieron más de 11.000 millones de dólares a Beirut el mes pasado- que tiene un plan fiable para reformar su economía. Celebrar elecciones era considerado parte de ese plan.