Estas son las únicas palabras que ha recibido por parte de la Iglesia una víctima de abusos sexuales
“Siempre pensamos que la Iglesia católica iba a ser más proactiva, pero se ha cerrado en banda", ha denunciado.
Emiliano Álvarez fue víctima de abusos sexuales en el Seminario de La Bañeza, en León, cuanto tenía diez años. Ahora ha hablado con Andrea Ropero en el programa El Intermedio de este martes, donde ha revelado la respuesta que ha recibido de la Iglesia.
El Congreso dio hace una semana el primer paso para que pueda abrirse una investigación de presuntos abusos a menores en el seno de la Iglesia. Además, la mayoría de la Mesa de la Cámara Baja admitió a trámite la solicitud de creación de esa comisión parlamentaria presentada por Unidas Podemos, ERC y EH Bildu.
La “tortura” que Álvarez sufrió de niño cambió su vida, hasta el punto de que se escapó del Seminario y llegó a plantearse el suicidio con solo 12 años. Ahora, el hombre ha afirmado que la posibilidad de una comisión de investigación es “esperanzadora”.
“Después de tantos años de lucha no nos podíamos imaginar que todo llegara a este punto”, ha reconocido. “Siempre pensamos que la Iglesia católica iba a ser más proactiva, iba a hacer una comisión independiente para investigar todos estos casos, pero la Iglesia católica española se ha cerrado en banda y al final ha sido el Gobierno y los grupos parlamentarios los que han impulsado esta investigación, y la verdad estamos muy esperanzados”, ha expresado.
En un momento de la entrevista la periodista le ha preguntado si alguien le ha pedido perdón o si alguien se ha puesto en contacto con él a raíz de sus denuncias. “No, yo desde que denuncié en ningún momento nadie se ha puesto en contacto conmigo”, ha contado.
Inmediatamente después, ha aclarado que “hasta el 21 de diciembre del año pasado”, cuando recibió “un WhatsApp” diciéndole la condena a la que había sido condenado el abusador y “un perdón en un final de línea”. “Le condenaron a no acercarse a niños hasta los 80 años, que creo que ahora mismo tiene setenta y... no sé cuántos”, ha añadido.
Este mensaje, ha reconocido, le hizo sentirse “humillado, indignado, impotente y como una mierda”.