La nave Juno detecta gigantescas tormentas y huracanes en los polos de Júpiter
Imágenes nunca vistas del planeta revelan que es muy diferente de lo que pensaban los científicos.
La nave espacial no tripulada de la NASA Juno, en órbita alrededor de Júpiter, ha detectado enormes huracanes en los polos, revelando sorprendentes detalles sobre el planeta más grande del Sistema Solar, según han informado varios investigadores.
Un comunicado de la NASA ha descrito el planeta como "un mundo complejo, gigantesco y turbulento" que es muy diferente de lo que pensaban los científicos.
La misión, que fue lanzada en 2011, permite a los científicos ver Júpiter como nunca debido a su órbita elíptica: pasa sobre los polos del planeta y se sumerge a 5.000 kilómetros de las cimas de las nubes.
Dos artículos en la revista Science y 44 en Geophysical Research Letters describen un tesoro de descubrimientos desde que Juno comenzó a orbitar Júpiter en julio pasado.
En uno de los primeros estudios, Scott Bolton presenta los resultados del vuelo de Juno por encima de las cimas de nubes. Una mirada a los polos del planeta ha demostrado que están cubiertos con decenas de tormentas densamente agrupadas, posiblemente dejando caer granizo o nieve. Las imágenes muestran una escena caótica muy diferente de las regiones polares de Saturno, ciclones de características ovaladas brillantes que llegan a tener más de 1.400 kilómetros de diámetro.
"Hay tantas cosas pasando que no esperábamos tener que dar un paso atrás y repensar a Júpiter como algo completamente nuevo", ha señalado Bolton. Juno ha medido también la estructura termal de la atmósfera profunda de Júpiter.
Estos datos muestran estructuras inesperadas que los autores interpretan como signos de amoniaco que brotan de la atmósfera profunda y que forman sistemas gigantes de tiempo meteorológico.
Se han realizado mediciones del campo gravitacional de Júpiter, lo que ayudará a entender la estructura de la atmósfera del planeta y a saber si tiene un núcleo sólido, como predijeron los modelos. El análisis del campo magnético gigante de gas que envuelve el planeta revela que, cerca de la superficie, es sustancialmente más fuerte que lo que se predecía, a 7.766 Gauss, o diez veces el campo de la Tierra.
En un segundo estudio, John Connerney ha presentado datos sobre la magnetosfera y las auroras de Júpiter, la región donde el campo magnético del planeta domina sobre el viento solar. Juno encontró un arco de choque del planeta gigante, esencialmente una onda de choque estacionaria, cuando entró en la magnetosfera el 24 de junio de 2016 y a medida que se acercaba al planeta. Esto sugiere que la magnetosfera se estaba expandiendo en tamaño en ese momento, según los autores.
Aprovechando esta perspectiva única cuando se situó por encima de los polos, Juno detectó haces de electrones viajando que llenaban de energía la atmósfera superior de Júpiter, potencialmente alimentando las enormes auroras que Juno había captado en imágenes ultravioletas e infrarrojas.
Curiosamente, esas duchas de electrones parecen tener una distribución diferente de aquellas que ocurren en la Tierra, lo que sugiere un modelo conceptual radicalmente diferente de la interacción de Júpiter con su medio ambiente espacial, según los autores.
Bolton ha anunciado que el 11 de julio "volaremos directamente sobre uno de los rasgos más emblemáticos de todo el Sistema Solar: la Gran Mancha Roja de Júpiter".
El proyecto, con una inversión de 1.100 millones de dólares, tiene como objetivo mirar por debajo de las nubes de Júpiter por primera vez para saber más sobre su atmósfera y cuánta agua contiene. Juno está programada para autodestruirse en febrero de 2018 al bucear en la atmósfera del planeta.