La llamativa reacción de Casado a los insistentes WhatsApp de Ayuso de los últimos meses

El diario El Mundo ha publicado este domingo las conversaciones que mantuvieron la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, y el expresidente del PP, Pablo Casado, en las que la dirigente regional insistió al entonces líder de su partido en hablar sobre su decisión de presidir el PP de Madrid.

Algo que Casado no quería, motivo por el cual, según El Mundo, despejó siempre que pudo, la posibilidad de un encuentro personal entre ambos para hablar de este asunto.

Apenas nueve días después de arrasar en las elecciones de la Comunidad de Madrid, Ayuso escribió a casado por WhatsApp para anunciarle que quería ser presidenta del PP en Madrid.

“Querido Pablo, como te imaginarás quiero presentarme al Congreso en Madrid. Llevo días esperando para decírtelo y hablarlo antes de ser sincera en las entrevistas. Llevo 17 años en la casa siendo todo tipo de cosas. Quiero un proyecto, el tuyo, en Madrid. Pero quiero dar el paso, tengo que darlo. Y te pido tu apoyo”, le escribió.

Lejos de entusiasmarse con la idea, Casado se mostró distante y frío: “Querida Isa, creo que el tema merece hablarlo en persona cuando nos veamos. Bs”.

Ayuso insistió: “Hagamos por vernos, por favor. Me paso el día diciendo lo que no quiero. ¿Podemos vernos media hora el finde o el lunes?”. Según El Mundo, esta reunión se produjo, pero Casado volvió a posponer su resolución, instando a la presidenta madrileña a abordarlo “más adelante y con calma”.

Este diario afirma que Casado llegó a verbalizar su inquietud porque Ayuso quisiera plantear una alternativa a su liderazgo desde el PP de Madrid, algo que incluso le llegó a decir a la presidenta madrileña. De hecho, El Mundo asegura que Casado se quejaba en privado de que Ayuso había aceptado ser candidata en Madrid a cambio de no presidir el PP madrileño. “Y esgrimía que José María Aznar le había recomendado la tricefalia en Madrid, como en su etapa”, indica este periódico.

Las cosas en junio ya estaban calientes, sobre todo después de que, en un acto en la capital, la dirección del PP, a través de Teodoro García Egea, el ‘número dos’, montase un acto elogiando a Almeida y no a la dirigente madrileña, que ni siquiera fue invitada. “Me gustaría que quedáramos un día, que hablemos serenamente y no nos alejemos. La falta de comunicación entre nosotros provoca estas tonterías”, escribió Ayuso a Casado.

La presidenta de Madrid insistió en julio al presidente del PP en la necesidad de adelantar la fecha del Congreso de Madrid porque “el efecto 4M para los municipios del sur, que son donde se juega la mayoría, no puede perderse”, le dijo. “Estamos de moda (ahora). Y la maquinaria del PSOE en estas ciudades no va a parar, juegan con Moncloa, Delegación como quieren”, añadió. “Urge nuestro congreso y nombrar candidatos potentes, elevarles como alcaldes y hacerlo con tiempo. Hablamos de ciudades de 200.000 habitantes y nuestros candidatos son desconocidos. Si esperamos, iremos muy por detrás”, advirtió.

Y por si no quedaba claro, prosiguió: “Quítanos Madrid pronto, por favor, nuestra situación no es la de las demás regiones. Hay un vacío inmenso entre partido y gobierno, aquí nos jugamos la vida, cada municipio es como una capital de provincia”.

Cuenta El Mundo que Ayuso reclamó a Casado un acto conjunto a finales de agosto, pero que el presidente del PP no le hizo ni caso. Entonces llegó el 1 de septiembre, cuando la presidenta madrileña anunció al líder popular que iba a hacer públicas sus intenciones: “No he hablado de este tema en todos estos meses pero va tocando, así lo considero”.

Este diario asegura que Ayuso volvió a ofrecer a Casado compartir actos públicos, pero que el presidente del partido se negó. Ya por esas fechas conocía el asunto del contrato sanitario por el que se benefició el hermano de la presidenta madrileña. Las fricciones se hicieron entonces más evidentes cuando el líder del PP señaló a Martínez-Almeida, alcalde de Madrid, como posible candidato al PP madrileño.

Meses después, Ayuso se enteró del intento de espionaje a su entorno y escribió a Casado con un tono bien distinto, casi de advertencia: “2022 va a ser un año especialmente difícil y es complicadísimo afrontarlo con brechas así abiertas. Entiendo tu malestar, aunque has de comprender que han pasado muchas cosas que a ambos nos han agraviado”.

“Imagino que lo habrás pasado regular estos meses. Yo también. Lo que no se ve pero está ahí. Pero eso a nadie le importa. Importa que te hagas con los mandos de España o vamos a la destrucción. No aguantamos cuatro años más a esa banda”, agregó.

Dos meses después de aquello, estalló la guerra abierta que acabó con la salida de Casado.