Javier Zulueta, experto del Monte Sinai: "Puede ser el final de lo que conocemos como pandemia"
"Es posible que más de la mitad de la población europea se contagie en las próximas 6-8 semanas", asegura este neumólogo español.
Era 23 de diciembre y España entera se preparaba para vivir otras navidades complicadas por la pandemia. Tras unos meses de normalidad, apareció ómicron y su tremenda tasa de contagio, capaz de convertir los 10.000 casos añadidos al informe de Sanidad el 1 de diciembre en más de 72.000 en la víspera de Nochebuena.
Entonces llegó el esperanzador tuit de Javier Zulueta, un reputado neumólogo español del Hospital Monte Sinai de Nueva York. El navarro, en medio de todos los nubarrones que trajo la nueva variante, quiso ver la parte positiva y trasladó a su cuenta de Twitter la opinión que también defienden virólogos como Adolfo García Sastre y Ana Fernández Sesma, compañeros suyos en el Monte Sinaí.
“Tengo la impresión de que ómicron acaba con la pandemia. La tasa de infecciones es brutal, pero la gran mayoría con cuadros muy, muy leves. En Sudáfrica está bajando la incidencia igual de rápido que subió. Esto se acaba”, vaticinó.
Varias semanas más tarde y con España notificando 180.000 positivos en un día, Zulueta mantiene que ómicron puede traer esa ansiada inmunidad que suponga el final de la pandemia, que no del virus.
¿Sigue pensando que ómicron podría ser el final de la pandemia?
Puede ser el final de lo que conocemos como pandemia, no el final del virus. Hay que hacer bien esa distinción. Pandemia es un nivel de expansión de una infección mundial y otra cosa es un virus que puede persistir para muchos años o para siempre y que cada año vaya produciendo brotes y haya que vacunarse. Es posible que el coronavirus llegue a ese estado. Creo que después de esta ola va a haber tanta inmunidad producida por la expansión tan rápida del virus que es posible que sí que acabemos con lo que se conoce como pandemia.
Otros virólogos como Adolfo García Sastre o Ana Fernández Sesma también son de la misma opinión, ¿hay ahora sí optimismo a nivel científico global?
Sí, yo hago esta reflexión después de escucharles a ellos. Tras oír a virólogos reputadísimos como ellos, yo me permito el lujo de hacer esta reflexión. Nos han enseñado que los virus van mutando hacia formas más transmisibles y más leves, en cuanto a la gravedad que producen. Esto es lo que estamos viendo con ómicron. El número de casos, comparado con las variantes anteriores, es elevadísimo, pero la tasa de hospitalizados es mucho menor.
Sin embargo, es importante recalcar que hay tanta gente infectada que sí que hay números importantes en los hospitales y en las UCIs. No es una situación baladí que hay que ignorar, es una situación grave que está provocando la saturación de hospitales y, sobre todo, de centros de salud. Lo que sí que está es la esperanza de que bajen los casos de forma rápida, como ocurrió en Sudáfrica.
¿Espera una bajada rápida de casos?
Eso está ocurriendo en algunos sitios ya. En Gran Bretaña se está empezando a ver una curva en descenso bastante vertical, en España está cerca del pico de ola y en algunos sitios de EEUU como Nueva York se está empezando a ver un descenso casi vertical de la incidencia. Yo creo que se puede replicar lo de Sudáfrica en otros sitios.
¿Cómo se espera que sea el futuro? ¿Seguirá ómicron o vendrán nuevas variantes?
Variantes nuevas va a haber como hay con la gripe todos los años. Los virus tienden a mutar y este no es distinto. Ha habido muchas, pero de interés solo ha habido media docena. Seguirá habiendo, lo que hay que esperar es que no sean de interés o de preocupación.
El problema es lo que está pasando en países del tercer mundo con pautas de vacunación bajísimas, ahí es donde sí pueden producirse nuevas variantes preocupantes. O abordamos esto de forma global o corremos el riesgo de que salga alguna.
¿Puede volver a producirse una variante que sea menos contagiosa y más dañina?
Es improbable. No soy virólogo, pero lo que dicen es que esa no es la evolución natural de un virus. Lo que acostumbra a pasar es que muten, por su supervivencia, hacia variantes con las que transmitirse más y producir cuadros más leves, que lo hagan al revés no soy virólogo y no lo sé.
¿Está a favor de esta gripalización del coronavirus?
Seguimos en la pandemia. Tenemos más de 100.0000 casos nuevos al día en España, yo no minimizaría todavía el impacto que está teniendo porque es importante. Si uno visita un ambulatorio de Atención Primaria o Urgencias se da cuenta de la saturación del sistema. Hay tantos casos que, aunque sea más leve, ese porcentaje pequeño que requiere ingreso está colapsando el sistema. Por tanto, banalizar el impacto de la pandemia ahora mismo no sería correcto.
¿Lo dejaría para verano?
Para cuando ocurra y sea oportuno. No sabemos cuándo será. Ahora mismo estamos con una situación de extensión masiva de las infecciones y hay que manejarla. En dos meses no sé lo que va a pasar, tengo la esperanza de que ocurra lo que hablamos, pero no lo podemos asegurar ahora.
Christian Drosten dijo antes de la ola de ómicron que España y Portugal podrían decir adiós al coronavirus en primavera. ¿Se precipitó al decirlo tan pronto?
Hablar del futuro da lugar al riesgo de que uno se equivoque. Es verdad que las tasas de vacunación en España y Portugal daban lugar a pensar que estamos en una situación de salida de la pandemia, pero se ha visto que a los seis meses el efecto de la vacuna empieza a disminuir. Además, ha surgido una variante que escapa a los anticuerpos de esa vacuna en alguna medida. Sabemos que la tercera dosis refuerza la inmunidad contra el virus de ómicron, pero este un poco más resistente a la inmunidad que producen las vacunas previas.
No se puede predecir el futuro. Podemos hablar de tendencias o de historia y esto es lo que nos hace pensar que podemos estar en una situación diferente en unos meses, pero no podemos ir más allá.
¿Entonces para hablar de un verano que sea todavía normal es muy pronto?
Ahora mismo no me atrevo a pronosticar nada, solo desear que en un mes estemos en una situación más normal. Lo que va a pasar seis meses después de que nos hayamos puesto la tercera dosis, no tengo ni idea. A mitades de febrero o a finales en España y en Europa sí que creo que podamos tener una situación más aliviada. En India está empezando ahora la ola de ómicron y es muy preocupante, igual que cuando ocurrió con delta. Si lo vemos desde un punto de vista global, ahora mismo hablar del verano es hablar de algo que está muy lejos.
El verano pasado con delta fue un mazazo porque volvimos a tener enfermedades frecuentes, pero produjo muchos menos fallecimientos por la vacunación. Todo lo que ha ocurrido con la pandemia después de la primera ola la convierte en un escenario muy diferente, de muchísimas infecciones y enfermos, pero con un porcentaje de fallecimientos menor. Sigue habiéndolos y, para mí, aunque haya unos pocos sigue siendo excesivo.
¿El medicamento que sea definitivo está al caer?
Estos últimos que se han aprobado son muy buenos. Se han diseñado contra ómicron e inhiben la replicación del virus. En una primera fase, el virus se replica en los tejidos a los que ha llegado, ómicron lo hace más en vías altas y las previas en pulmón. En una segunda fase, que es la peligrosa, es en la que el cuerpo ha respondido para atacar el virus con su inmunidad y ha producido unas reacciones inflamatorias que se convierten en las neumonías y situaciones graves de las variantes anteriores. El objetivo de estos fármacos es parar la replicación en esa primera fase. Estos dos fármacos nuevos lo hacen en gran medida y consiguen proteger contra un posibilidad de enfermedad grave. Sería un arma muy efectiva. Falta por ver la disponibilidad del fármaco a nivel global.
La OMS dijo que el 50% de la población europea se contagiará en las próximas 6-8 semanas, ¿suena a una cifra un poco exagerada?
No, yo creo que es poco. Es posible que más de la mitad. Por eso te da lugar a cierta esperanza de que esto pueda provocar una inmunidad en la población que disminuya el peligro de la pandemia. No tengo datos para decirlo, es una percepción que tengo. Todos conocemos a más de 15-20 personas de su entorno que se han contagiado. Los no infectados son rara avis y prácticamente lo va a coger todo el mundo.
Ahora hay un cansancio en la sociedad y un pensamiento de que más tarde o más temprano te vas a contagiar, eso también ayuda.
Está claro que sí. El cansancio provoca ese tipo de actitudes, pero no hay que olvidarse que tenemos personas mayores e inmunodeprimidos que, aunque se vacunen, no desarrollan una inmunidad lo suficientemente fuerte. Por eso, hay que seguir dando importancia a la posibilidad de que nos contagiemos.
¿Con 150.000 casos diarios es un buen medidor la incidencia o sería mejor fijarnos en los hospitales?
Desde el punto científico me gusta ver todo. Desde el punto de vista de gestión sanitaria lo más importante es el uso de recursos sanitarios de visitas a urgencias, a atención primaria, hospitalizados, etc.
¿El invierno que viene habrá que vacunarse con una nueva dosis de refuerzo?
No lo sé. Creo que es posible que haya que vacunarse con cierta frecuencia, especialmente los mayores e inmunodeprimidos, pero no se puede decir mucho más. De aquí a un año no lo sabe nadie. El SARS del 2003 desapareció de pronto, ¿va a ocurrir esto con el covid-19? Ni idea, si ocurre no hará falta más vacunación. La predicción que hacen los virólogos es que este virus persistirá con nosotros de una manera u otra, lo que no sabemos si será endémica, global, con brotes anuales o cada cinco años. No lo sabemos.