Irlanda vota en referéndum la abolición del delito de blasfemia
Lo decidirá en un referéndum que coincide con las elecciones presidenciales.
Algo más de tres millones de irlandeses están llamados este viernes a la urnas para participar en las elecciones a la presidencia, un cargo principalmente representativo, y en un referéndum sobre la abolición del delito de blasfemia.
El veterano dirigente laborista Michael D. Higgins, de 77 años, es el gran favorito para obtener un segundo mandato presidencial, mientras que la mayoría del electorado apoyaría la eliminación de un artículo de la Constitución que ilegaliza la blasfemia, según las encuestas.
El último sondeo ha dado a Higgins un apoyo de casi el 70%, muy por delante del empresario Seán Gallagher (12%) y Liadh Ní Riada (9%), del partido nacionalista Sinn Féin, la única formación política que ha presentado una candidatura para poner a prueba la enorme popularidad del actual jefe del Estado irlandés.
Respecto al referéndum, que saldría adelante con mayoría simple, el 51% del electorado votaría a favor de eliminar el delito de blasfemia, frente al 19% que lo rechaza y el 25% que sigue indeciso, a pesar de que todos los partidos políticos, grupos de derechos humanos e, incluso, la Iglesia Católica han pedido el "sí".
La controvertida ley
La Ley de Difamación fue reformada en 2009 por el Gobierno de coalición del centrista Fianna Fáil y el Partido Laborista, y prohíbe la blasfemia porque así lo establece una cláusula de la Constitución nacional, redactada en 1937.
La legislación prevé multas de hasta 25.000 euros para aquellos que "publiquen o profieran material que sea gravemente abusivo o insultante en relación con asuntos sagrados para cualquier religión, causando así indignación intencionalmente a un número sustancial de seguidores de esa religión".
Aunque nadie ha sido procesado por blasfemia en Irlanda desde 1855, esta cuestión cobró interés hace tres años, cuando la Policía analizó unas declaraciones efectuadas en la televisión irlandesa por el director de cine británico y humorista Stephen Fry, quien dijo que Dios es "caprichoso", "mezquino" y un "maníaco absoluto".
Finalmente, la Policía cerró la investigación tras determinar que las palabras de Fry no indignaron a un número sustancial de personas.
La Iglesia Católica opinó el pasado mes que la blasfemia es un concepto "totalmente obsoleto" y que las leyes que lo persiguen ha sido usadas "para justificar la violencia y opresión contra minorías en otras partes del mundo", si bien defendió el derecho del individuo a practicar su religión sin ser "atacado o ridiculizado".
"Un paso importante"
Para el ministro irlandés de Justicia e Interior, el democristiano Charlie Flanagan, su abolición sería un "paso importante" en el camino emprendido por este país para mejorar su "reputación internacional", al tiempo que "daría ejemplo" a los países donde la blasfemia conlleva "la pena de muerte".
También Amnistía Internacional y el Consejo Irlandés de Libertades civiles han presentado un frente común sobre este asunto para defender "la libertad de expresión", que debe incluir a "todo discurso que desafía o, incluso, ridiculiza ideas o instituciones".
Los centros de votación para ambas citas abrirán sus puertas el viernes a las 06.00 y cerrarán a las 21.00 horas GMT, mientras que los recuentos comenzarán el sábado a las 08.00 GMT y los resultados podrían conocerse a última hora de ese día.