Qué se puede esperar del independentismo ahora
Los diferentes planes soberanistas ante el posible Govern que se abre en Cataluña.
Los catalanes ya han votado, los números ya están sobre la mesa. Ahora toca hacer sumas y restas para una posible investidura. El socialista Salvador Illa va a intentarlo, pero lo tendrá mucho más fácil el candidato de ERC, Pere Aragonès, que podría lograr el Palau con la mayoría absoluta de los partidos independentistas.
Es una partida que se juega a varias bandas, con Aragonès llamando a un Gobierno “amplio”, lo que podría englobar a ERC, Junts, la CUP y los ‘comunes’. Entre los de Laura Borràs y Jéssica Albiach se ponen vetos para no sentarse en el mismo Ejecutivo. Esquerra tiene la llave para intentar una Generalitat más de izquierdas o una volcada en el separatismo. Pero, ¿cuáles son los planes el día después de la investidura? ¿Se volverá a un 1-O? ¿El procés continuará? ¿Desobediencia?
Tras la experiencia de la declaración unilateral de independencia (DUI), Esquerra giró hacia el pragmatismo y rechaza volver ahora mismo al unilateralismo que se implantó durante la época de Carles Puigdemont. Esto le ha costado críticas muy duras dentro del soberanismo, pero ahora ve refrendado el nuevo camino al haberse situado como la opción más votada dentro de ese espectro ideológico y pudiendo hablar a Junts por encima del hombro.
ERC busca un referéndum pactado
La propuesta que lanza ERC es la de un referéndum pactado con el Gobierno central (que rechaza, no obstante, el Ejecutivo de Pedro Sánchez). Pero sí dan más margen al diálogo entre Barcelona y Madrid que sus anteriores socios de Junts. De hecho, fue Esquerra la que impulsó junto al PSOE la mesa de diálogo para abstenerse en la investidura del actual presidente español.
Lo explicaba el presidente del Parlament, Roger Torrent, en una entrevista con El HuffPost a pocos días de la noche electoral: el referéndum pactado es “inevitable” y sería la “mejor opción” porque, en su opinión, lo quiere más del 70% de la población catalana. “Haremos todo lo que haga falta, desde un punto de vista democrático y político, para arrastrar al Estado a esta solución”, sentenciaba.
Durante la propia noche electoral, al celebrar sus 33 escaños, Pere Aragonés mandaba directamente un mensaje a Pedro Sánchez: “Tenemos una fuerza inmensa para conseguir la amnistía y la autodeterminación, una fuerza inmensa para conseguir el referéndum y conseguir la república catalana”. Sit and talk, repetía el favorito para ser el presidente de la Generalitat.
Desde La Moncloa se sigue insistiendo en que es inviable ese referéndum, lo ha vuelto a decir la vicepresidenta primera, Carmen Calvo. Pero lo que sí tienen claro en el complejo presidencial, según fuentes socialistas, es que el diálogo para encauzar el conflicto político catalán es mucho más fácil con Aragonés que con Junts, que tiene un discurso y un postulado más radical. De hecho, los propios Aragonès y Calvo mantenían una relación fluida en la anterior legislatura (hasta con grupo de Whatsapp).
Esa idea del referéndum pactado está bendecida por el ‘padre’ de ERC, Oriol Junqueras, referente moral del separatismo. Ese pragmatismo ya se plasmó en un libro que escribió junto a Marta Rovira, que es la nueva Biblia de Esquerra Republicana. El propio Junqueras apelaba a esta idea delante de todas las cámaras durante la noche electoral: “Cataluña se vuelve a expresar sobre su voluntad: referéndum de autodeterminación y amnistía. Tendemos la mano al resto de fuerzas políticas de este país. Estamos dispuestos a crear grandes consensos para construir la república”.
En este complicado mapa que es la política catalana Junts juega ahora a ir más allá de Esquerra (lejos queda ya ese estilo de CiU más moderado). Laura Borràs está dispuesta a que los republicanos, con un escaño más, encabecen un Govern netamente independentista y no quiere en la ecuación de los ‘comunes’ de Ada Colau, aunque su plan es más ambicioso.
Borràs ha mantenido todas las vías abiertas para lograr la independencia de Cataluña: “No renunciamos a ella”, proclamaba la ‘número uno’ de Junts en una entrevista con El HuffPost. Pero va dos pasos por delante de ERC y sí está dispuesta a volver a la DUI. Su plan lo esbozó durante la campaña: activar la declaración unilateral si el independentismo superaba el 50% de los votos (cosa que ha pasado).
En esta ecuación también entra la CUP dentro del independentismo, que ya ha empezado a negociar una posible entrada en el Govern con ERC. Ha abierto esa puerta con cuatro condiciones: poner en marcha el referéndum de autodeterminación, “el fin de la represión”, rescate social y transición ecológica.
Su programa electoral de este 14-F era claramente diferente al de 2017, en el que se pedía el voto para “implementar la República”. Ahora se aboga por un referéndum vinculante que se celebre como muy tarde en 2025. En un clima totalmente diferente al de hace tres años, la CUP ha arremetido en campaña contra la “receta mágica” de Junts de una DUI y también contra la posición de ERC de confiar en la mesa de diálogo.
¿Se pondrá de acuerdo el independentismo?