Hombre: Porque tú. Porque te
Porque tú lo vales, porque te lo mereces, no seas una pieza más del machismo.
Porque tú eres hombre en una cultura machista hecha a tu imagen y semejanza, porque te beneficias de unos privilegios construidos sobre la limitación de los derechos de las mujeres, deberías cuestionarte tu masculinidad cómplice con la injusticia social.
Porque tú eres hombre tienes acceso a posiciones de poder y responsabilidad sin un juicio previo sobre tu condición y capacidad, porque te han dicho que te lo mereces y que todo es consecuencia de tu hombría.
Porque tú eres hombre cada día tienes un 34 % más tiempo de ocio que las mujeres, porque te escapas de las responsabilidades domésticas a las que ellas dedican un 97% más que tú de tiempo todos los días.
Porque tú eres hombre exiges tras la separación que la custodia sea compartida, porque te conviene abordar el ejercicio de la paternidad a partir de ese momento, sin tener en cuenta la realidad en la que las mujeres dedican un 26 % más de tiempo diario a las responsabilidades de cuidado y cariño a hijos e hijas.
Porque tú eres hombre piensas que el trabajo para ti es un derecho, porque te parece bien la idea de que el trabajo para las mujeres sea una opción, una especie de “ayuda” para contribuir a la economía de “tu familia”.
Porque tú eres hombre cuando trabajas cobras un 20% más que las mujeres, porque te resulta lógico que ellas, debido a sus “diferentes capacidades”, cobren menos por el mismo trabajo realizado.
Porque tú eres hombre consumes prostitución y pornografía, porque te hace sentir más hombre y más macho utilizar a las mujeres para manifestar y sentir tu poder sobre ellas.
Porque tú eres hombre decides que la violencia de género es normal, porque te beneficias del control y del sometimiento que se ejerce sobre las mujeres a través de esas conductas, aunque tú no des los golpes.
Porque tú eres hombre decides que las mujeres son objetos que puedes usar y agredir sexualmente, porque te crees más hombre al hacerlo y luego culpas a las mujeres de “provocar” o por “decir no cuando en realidad quieren decir sí”, y de ese modo justificarte en tu conducta violenta.
Porque tú eres hombre te sientes atacado por la igualdad y las leyes contra la violencia de género, porque te quitan la invisibilidad, el anonimato y parte de la impunidad que los hombres han tenido sin estas leyes.
Porque tú eres hombre te sientes identificado con otros hombres que niegan la violencia contra las mujeres, porque te resulta más cómodo y práctico negar la realidad que enfrentarte a la falacia de tu identidad construida sobre la mentira de la superioridad de la condición masculina.
Porque tú eres hombre no aceptas nada que provenga de las mujeres, porque te parece que es ser menos hombre hacer propios los planteamientos y propuestas de los movimientos de mujeres.
Porque tú eres hombre joven dices que nunca serás como esos otros hombres que hoy usan la violencia, porque te han hecho creer que maltratador se nace y que los maltratadores de hoy sí decían en su juventud que iban a serlo, cuando en verdad nunca lo dijeron, simplemente pensaban como tú y un día empezaron a maltratar bajo la normalidad social que los justificaba.
Porque tú eres hombre piensas que el problema del machismo no es tu problema, porque te hacen ver que cada caso es independiente y que no hay nada común entre cada uno de ellos, como si todo fuera inconexo y una serie de casos aislados, a pesar de su continuidad en el tiempo y su coherencia con el resto de los elementos que forman parte de la sociedad androcéntrica.
Porque tú eres hombre prefieres no hacer nada y que todo siga igual con la discriminación, el abuso y la violencia contra las mujeres existentes, porque te interesa como hombre que todo continúe del mismo modo y que nada cambie. Tus privilegios tampoco.
Porque tú eres hombre, porque te utiliza el machismo, deberías revelarte, avanzar hacia la Igualdad y ser como tú decidas, no como te imponen.
Porque tú lo vales, porque te lo mereces, no seas una pieza más del machismo.