Historias con estrella
(Por Pablo Burgués)
El otro día cayó en mis manos un libro titulado: "Estels d'eivissa. Noms populars d'estrelles, planetes i constel.lacions a les illes pitiüses", lo que traducido al castellano rural vendría a ser: "Como le decimos aquí a tó las cosas esas brillantes que se menean paí arriba". A pesar de su ultra-descriptivo título, la publicación no se limita a enumerar los nombre de cada una de lucecitas que hay en el cielo, sino que más bien se trata de una recopilación de los mitos y leyendas astronómicas más populares de las islas.
El trabajo, realizado por la Agrupación Astronòmica d'Eivissa, tiene por objetivo divulgar estas historias para que evitar así que se pierda parte del patrimonio cultural de las Pitiusas. Y como yo hoy me he levantado muy pro-patrimonial y con la hormona divulgativa a tope, pues te voy a contar el relato ibicenco-galáctica más loco que he leído nunca: "Las cabras fiesteras del espacio exterior". Dice así:
Si en las despejadas noches del invierno ibicenco sales al campo y miras al cielo, además de pelarte de frío, podrás ver un grupo de siete estrellas que brillan con más desparpajo que el rayo láser de la discoteca Cova Santa. Se trata de Las Pléyades, un cúmulo estelar situado en la constelación de Tauro que desde tiempos inmemoriales ha sido objeto de todo tipo de mitos.
A estas estrellas, en Ibiza se las conoce con el nombre de ses Cabrelles (las cabritillas) ya que se cree que cada 18 de diciembre, al caer la noche, descienden del cielo y se van de mambo por Ibiza disfrazadas de cabras! Vamos que más que un fenómeno astronómico parece que estemos hablando de una despedida de soltera. Pues bien, según esta atrevida creencia, las estrellas-cabritillas se pasan toda la noche correteando por caminos y campos de las islas y no regresan al cielo hasta que sale el sol. De vuelta en la Vía láctea, las espera Aldebarán, una estrella gigante roja conocida como Guardacabrelles (pastora de las cabritillas), quien se encargada de que nuestras amigas no vuelvan a escaparse hasta el año siguiente.
Como podrás imaginar, la comunidad científica no está del todo contenta con esta teoría. Sin embargo los más viejos del lugar no solo creen en ella, sino que además la señalan como principal responsable de la expansión del universo... Y es que según ellos, todo aquel, aquella o aquello que se cruza con las cabritillas muere ipso facto y sube al cielo convertido en estrella haciendo así crecer nuestra galaxia.
Aunque el hecho de salir de fiesta y terminar convertido en estrella suena la mar de molón, la verdad es que a la larga es una faena de cuidado y esa es la razón de que los ibicencos nunca salgan de casa la noche del 18 de diciembre, a no ser por causa mayor como una fiesta de la espuma, tomarse un coctel en la terraza del Hotel Marina Playa, ir a un concierto en Can Jordi, el cumpleaños de un familiar/amigo/conocido/desconocido, la cena de navidad de su trabajo o del trabajo de cualquier otro, o porque fui a por tabaco y me lie, etcétera, etcétera).
———— Seguir a Pablo Burgués en Instagram o Twitter
———— Esta historia se publicó originalmente en mi blog Typic d'aquí