Gobernar es hacer
Desde el primer minuto en el que los socialistas asumimos la Presidencia del Gobierno tras la moción de censura a Mariano Rajoy, tuvimos claro que gobernar es hacer.
Tras siete años de parálisis gubernativa y retrocesos en materia de derechos sociales, el presidente Pedro Sánchez y el Consejo de Ministras y Ministros han tenido claro que su paso por La Moncloa no es un fin en sí mismo, sino la condición necesaria para transformar la sociedad. Ese, y no otro, es el objetivo de cualquier socialista, y este Gobierno ha demostrado en tan solo 100 días una voluntad y una capacidad de trabajo a la altura de ese objetivo.
Para empezar, hay que recordar que Rajoy hoy no es presidente del Gobierno porque el PP es sinónimo de corrupción, al menos así lo dice la sentencia judicial de la trama Gürtel. La ciudadanía española no podía seguir siendo gobernada por un partido que, en el mejor de los casos, ha estado tolerando la corrupción entre sus filas.
Desde la llegada de Pedro Sánchez a la Presidencia, los españoles y españolas ya tenemos un Gobierno limpio, en el que no cabe la corrupción, y que ha demostrado con hechos que no tolera los comportamientos incompatibles con una ética intachable.
Pero además, la propia composición del gabinete es una señal clara a la sociedad: hay más mujeres que hombres con cartera ministerial, lo que demuestra que los socialistas apostamos de verdad por la igualdad. Tomen nota en otras instituciones y empresas.
¿Un Gobierno débil?
Un Gobierno es débil cuando no es capaz de sacar adelante ninguna medida. La oposición de las derechas del Partido Popular y Ciudadanos, utilizan como argumento principal de su acción de acoso y derribo al Gobierno el discurso de que 84 escaños socialistas en el Congreso de los Diputados no son suficientes. Argumentan que con este apoyo parlamentario, el Gobierno es débil e incapaz de hacer su trabajo.
Pero día a día, los socialistas demostramos que se equivocan. La política ya no es el ordeno y mando de antes, es negociación, diálogo, creación de confianza y persuasión. Se acabaron las mayorías de los rodillos parlamentarios, y eso al PP le cuesta entenderlo.
Gracias a la negociación y al diálogo, el PSOE y el Gobierno han sido capaces de aprobar en el Parlamento una serie de medidas de marcado carácter progresista para mejorar la vida de las personas en nuestro país. Por comentar algunas, destacar el pago por parte del Estado de las cotizaciones a la Seguridad Social de las cuidadoras no profesionales de la Ley de Dependencia, el aumento en la cuantía de las becas, la subida de casi un 8% de las pensiones de viudedad, o la promoción de 20.000 viviendas públicas en alquiler hasta 2021.
Además este Gobierno ha conseguido la convalidación en el congreso de nada menos que siete real decretos, en cuestiones muy importantes, como por ejemplo el que restituye la Sanidad Universal, el que desarrolla importantes medidas del pacto de Estado contra la violencia de género, o el que sirve nada menos que para normalizar la relación de nuestra sociedad con nuestro pasado: la exhumación de los restos de Franco del Valle de los Caídos, un mausoleo inédito e incomprensible en el resto de Europa.
Esto solo es el principio. Se está trabajando para crear leyes en defensa de nuestro medio ambiente y contra el cambio climático o para mejorar nuestras universidades públicas. Un ejemplo del compromiso de este Gobierno con la justicia social, es el objetivo de aumentar en 6.000 millones de euros el dinero para inversiones en sanidad, educación, dependencia, etc., en las comunidades autónomas.
Seguimos dialogando, seguimos tendiendo la mano al resto de los representantes políticos en el Parlamento para avanzar juntos hacia una sociedad mejor. Esto incluye rebajar la tensión en Cataluña y tratar de poner fin a la fractura social en ese territorio, causada por intereses electoralistas y cortoplacistas irresponsables. Tras años de parálisis y falta de todo tipo de iniciativa para contener el conflicto catalán durante el mandato de Rajoy, con los socialistas ya se están dando pasos para rebajar la tensión. Por ejemplo, las comisiones bilaterales entre el Gobierno central y la Generalitat han resucitado. Es un primer paso de lo que, espero, sea la recuperación de un diálogo fluido entre administraciones, imprescindible para el entendimiento.
El Gobierno de Pedro Sánchez está actuando a través de la palabra y los hechos. Por eso las derechas están preocupadas y no dudan en tratar de embarrar y enturbiar el diálogo político provocando falsos debates e incluso haciendo uso de noticias falsas, o fake news, que tanto daño están haciendo en las democracias del mundo.
Gobernar es hacer, y en tan sólo 100 días, el Gobierno de Pedro Sánchez ha hecho más y ha mostrado más voluntad de avanzar, que el PP de Rajoy en siete años. Y eso con sólo 84 diputados. Podemos imaginar todo lo que se podría hacer con el doble. Seguimos trabajando.