Los socios del Gobierno se preparan para un rival electoral “más duro” que Casado: “Es más difícil de lo que se cree”
La izquierda tiene la sensación de que Feijóo se centrará en la economía para desgastar al Ejecutivo y no se cree esa imagen de hombre de Estado que vende.
“Es un rival electoral más difícil de lo que algunos se creen”. Esta confesión la hace un miembro del Gobierno sobre Alberto Núñez Feijóo. Apenas han pasado cuatro días desde su elección oficial como líder del Partido Popular, pero entre los socialistas y dirigentes de Unidas Podemos ya tienen claro que se enfrentarán en las elecciones a un aspirante más consistente que Pablo Casado.
Su discurso de hombre de Estado abierto a grandes pactos no ha calado entre los miembros de la izquierda, que piden hechos y consideran que el gallego no va a hacer una oposición plácida precisamente. Es decir, las formas serán diferentes, pero el fondo muy parecido. “Es el mismo PP de siempre”, resumen fuentes socialistas.
Feijóo llega al panorama nacional en un momento clave, a punto de que arranque un intenso ciclo electoral. La primera prueba de fuego será en Andalucía, con los tambores de adelanto sonando ya para el mes de junio. Luego llegarán las elecciones municipales y autonómicas de mayo de 2023 (donde se reparte la mayor bolsa de cargos políticos) y culminará la temporada con la madre de todas las batallas: los comicios generales.
“Es un rival duro”, comenta un miembro de la dirección socialista sobre Feijóo en el ring. Las encuestas ya reflejan que el PP se recupera con la llegada del todavía presidente de la Xunta de Galicia. La difundida por El País y la Cadena Ser este lunes dibuja que la situación inflacionista y el cambio en la dirección popular se traduce en estos momentos en una bajada del PSOE -que seguiría ganando las elecciones-, un impulso de los populares y un acercamiento de la suma de la derecha y la ultra derecha a la mayoría absoluta.
Ese adjetivo de “duro” se repite constantemente cuando se pregunta por la lucha electoral. Y como señala otro ministro: “Tiene claro que su objetivo es ganar”. Es decir, en la coalición muchos piensan que a pesar de sus palabras sobre lo que le importa es España, detrás siempre Feijóo se guiará por el intento de hacer caer el Gobierno en los próximos comicios. Creen que mirará más los sondeos y no practicará tanto la altura de miras.
Esa sensación la han trasladado miembros del Gobierno al presidente. Todo ello a horas de que se produzca la reunión en La Moncloa entre Pedro Sánchez y Alberto Núñez Feijóo. Será su primera cita a solas tras el cambio en Génova y marcará la futura relación. En el Gobierno quieren que el PP se abra a apoyar el decreto con medidas para paliar las consecuencias de la guerra de Ucrania y se renueve el Consejo General del Poder Judicial, en funciones desde finales de 2018.
Un miembro del Consejo de Ministros también considera que donde puede hacer más daño Feijóo al Gobierno es en la cuestión económica y que su oposición tirará por esos derroteros, con menos batallas ideológicas como le gustaban a Pablo Casado. De hecho, esto se ha visto durante estos días en varias ocasiones. El propio líder del Partido Popular ha dejado clara su intención durante una entrevista en Telecinco: planteará al socialista una “bajada inmediata” del IRPF.
Al no tener escaño Feijóo en el Congreso, Cuca Gamarra es la voz principal del PP en la sesión de control. Y este miércoles, el primero al que iba la riojana como secretaria general del Partido Popular, se ha evidenciado ese frente: ha tildado de “fracaso” la gestión de Sánchez y ha criticado el nivel de deuda, el dato del déficit y la presión inflacionista. Conseguir el voto apelando al bolsillo.
Y dentro del Gobierno hay ministros, según fuentes consultadas, que advierten de que no se verá ese modelo de oposición de Estado que se dibujó en el congreso de Sevilla, sino que aplicará lo que hizo él mismo en Galicia contra el bipartito. De hecho, fuentes del Ejecutivo recuerdan “la campaña” del popular contra Emilio Pérez Touriño y Anxo Quintana en aquella época, “hasta con fake news”.
Una de las consignas en estos momentos en el Gobierno es que hay que desmontar ese supuesto modelo de éxito de Feijóo en Galicia. El propio presidente del Gobierno durante su cara a cara con Gamarra ha ido en esa dirección, subrayando que desde la Xunta no se ha remitido ni una propuesta para el decreto de ayudas ante la situación económica (con una movilización de 16.000 millones de euros). Además, el jefe del Ejecutivo ha remarcado un dato: el líder del PP ha cerrado uno de cada diez colegios públicos.
Dentro de la cúpula socialista también se hace el análisis de que los partidos cuando cambian de liderazgo después de una etapa convulsa siempre se suelen recuperar electoralmente en lo siguientes sondeos, pero también se advierte de que luego el día a día quema a los nuevos líderes. Además, en el PSOE están convencidos de que se irá viendo que Feijóo es un “nuevo Gallardón” y que es mucho más de derechas de lo que aparenta. Además, la clave gallega también la conocen bien dentro de la coalición, con dos vicepresidentas de esa comunidad (Nadia Calviño y Yolanda Díaz).
Y hay una piedra angular que todavía no ha resuelto Feijóo: qué va a hacer en su relación con Vox. A pesar de esa supuesta moderación, el gallego se ha estrenado a la vez que la formación de la primera coalición de derecha y ultraderecha en una autonomía (Castilla y León). Advierten en la izquierda de que no es lo mismo Galicia que el resto de España, donde Vox es la tercera fuerza política y cerca todas las decisiones de los populares.
En la parte ‘morada’ del Gobierno también se avisa de que Feijóo quiere jugar a dividir internamente a la coalición, como se ha visto durante el congreso de Sevilla, en el que mostró su apoyo a Sánchez si quería cesar a los ministros de UP. Lo que esperan los socios minoritarios es que el PSOE no caiga en el juego ni la tentación de Feijóo, además de seguir apostando por los socios de investidura.
Feijóo ya está en Madrid, y todo ha cambiado. O no tanto.