Feijóo sacude el tablero político: qué espera el Gobierno del nuevo líder del PP
Sánchez y el gallego se verán el próximo jueves y sobre la mesa estarán principalmente el decreto de medidas y el Poder Judicial.
Alberto Núñez Feijóo se sentaba por primera vez este lunes en el despacho del jefe en Génova 13. Ya está en Madrid y su elección este fin de semana en Sevilla ha sacudido todo el tablero político. Y llega con unas formas muy distintas a las de Pablo Casado, pero poco se sabe del fondo todavía. Con dos citas clave esta semana: sus reuniones con el rey (el miércoles en Zarzuela) y con Pedro Sánchez (el jueves en La Moncloa).
“No vengo a insultar a Pedro Sánchez, sino a ganarle”, explicó durante el cónclave popular. Y, además, se ofreció a apoyar agilizar medidas y bajar impuestos, además de cesar ministros “que hacen oposición”. Además, se marcó como límites el interés general, el sentido común y la Constitución. La pregunta es hasta dónde está dispuesto a llegar y qué podría pactar con los socialistas, una vez está cercado con Vox. Un equilibrio muy difícil: comportarse como un hombre de Estado, como ha prometido, y a la vez fraguar su relación con la extrema derecha -con la que formará en breve el primer gobierno autonómico de coalición en Castilla y León-.
En La Moncloa, según fuentes consultadas, señalan: “De momento solo hay palabras”. “Es muy preocupante el pacto con Vox en Castilla y León. Vox es una fuerza de extrema derecha que esconde que antes de la guerra de Ucrania tenía simpatía por Putin, al igual que sus aliados europeos, Salvini, Le Pen, o del otro lado del charco como Bolsonaro”, señalan en el palacio presidencial. Y añaden que los de Santiago Abascal tienen posturas “inasumibles” para los demócratas en temas como la violencia de género. Para La Moncloa, “sería una buena noticia” que el PP “se alejase de Vox y se pareciese más a sus homólogos europeos”. Por eso, esperan que el gallego no vaya, como Casado, hablando “mal de España” por Europa y Latinoamérica.
En el entorno de Sánchez señalan también que “sería una buena noticia que el PP fuese capaz de hacer una oposición de Estado”. Eso pasa, en su opinión, por desbloquear la renovación del Consejo General del Poder Judicial “para cumplir con la ley y la Constitución”. El órgano de gobierno de los jueces está bloqueado desde diciembre de 2018. Este será uno de los temas que más pesará en la reunión del próximo jueves, algo que fue imposible durante la etapa de Pablo Casado al frente del PP.
El otro gran asunto que rondará en la reunión es el decreto aprobado por el Gobierno para frenar las consecuencias de la guerra, que supone la movilización de 16.000 millones de euros (6.000 en ayudas directas y el resto a través de líneas ICO). Por el momento el Partido Popular sigue sin revelar qué hará y emplaza a la reunión del jueves. En La Moncloa insisten en que ese supuesto viraje al PP hacia el centro debe verse en los hechos, como ese apoyo. En Génova 13 reiteran que el plan no contiene la bajada de impuestos aprobada en la última Conferencia de Presidentes, pero todo sigue abierto.
La sensación que sí tienen cargos del Gobierno y del PSOE consultados es que Alberto Núñez Feijóo es un rival electoral más complicado que Pablo Casado, pero insisten también que la imagen que tenía hasta ahora no será la misma cuando se tenga que enfrentar a todos los temas y a la prensa. En el PSOE reiteran que es mucho más de derechas que el aura centrista que ha intentado implantar. “Es el PP de siempre”, resumen fuentes socialistas. Y añaden: “Es el nuevo Gallardón”.
Lo que sí piensan en el PSOE y en el PP es que si hay que llegar a grandes acuerdos, es ahora, ya que en breve empezará otro maratoniano ciclo electoral. El pistoletazo de salida lo dará Andalucía, que podría adelantar las elecciones a junio. La otra posibilidad es en octubre. La llave la tiene Juanma Moreno, que dice que dependerá de si tanto a derecha como a izquierda le permiten gobernar estos meses. Desde ese momento España entrará en una espiral de urnas (con municipales y autonómicas en mayo del año que viene y generales a finales de 2023).
Desde el PSOE, en rueda de prensa, el portavoz, Felipe Sicilia, le ha pedido a Feijóo que haga una oposición “seria y responsable”, pero ha mostrado su poca esperanza de que esto suceda. “El PP, tras su congreso, confirma que su único rumbo es la vuelta al pasado. Un cónclave exprés donde no ha habido debate de ideas ni de principios programáticos”, decía el socialista sobre esta nueva etapa abierta en Génova 13. Para sostener que esa continuidad se ve con la relación con la corrupción y el intentar tapar el contrato de las mascarillas del hermano de Ayuso: “Rajoy tuvo la Gürtel, Casado tuvo la Kitchen y Feijóo ya tiene su caso”.
Sí hay dos asuntos sobre los que el Partido Popular ha prometido seguir apoyando al Gobierno, y que ha ratificado la propia Cuca Gamarra: el envío de material militar ofensivo para la resistencia ucraniana y la intención de subir el gasto en defensa en España hasta el 2% del PIB, como pide la OTAN.
Y queda otro flanco en la ecuación: el papel de UP ante la llegada de Feijóo. Los socialistas creen que es posible poder llegar a grandes acuerdos con el PP en temas como el Poder Judicial y seguir formando coalición con los ‘morados’. La idea de Feijóo es aprovechar al máximo las diferencias dentro del Gobierno y que tengan menos papel los minoritarios. Lo que viene a ser un intento de bipartidismo imperfecto.
Precisamente de esto es lo que alertan en Unidas Podemos: esperan que el PSOE no se deje llevar por los cantos de sirena del gallego y no se vea tentado de buscar su apoyo frente al bloque de investidura. Desde UP se lanza este mensaje: “El PP de Feijóo es el mismo de siempre, el de la corrupción, deterioro de los servicios públicos y los recortes”. Este cambio llega tras unas semanas convulsas dentro de la coalición, pero que ha vuelto a unirse mucho con el decreto de ayudas contra la guerra. Fuentes ‘moradas’ insisten sobre Feijóo: “Se va a intentar dejar querer”.
Además, en Madrid van a volver a coincidir Feijóo y la vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, dos viejos conocidos del Parlamento gallego. Los dos ya se han criticado durante estas horas. Desde Sevilla, el todavía presidente de la Xunta, sin citarla, dijo: “Amigos, a mí me han dicho de todo. Que si era el representante de la derecha mesetaria en Galicia. Que si era más de derechas que Aznar. Que si era un nacionalista peligroso. Que si realmente era un burócrata. Que si toda la vida estaba pensando en dar el salto a Madrid… algunas ministras y vicepresidentas del Gobierno que me precedieron en ese salto tan simpático”.
Díaz y Feijóo hablaron por teléfono el propio sábado, y este lunes la vicepresidenta segunda comentaba que el nuevo líder de la oposición “tiene el enorme reto de liderar un proyecto de partido autónomo de la extrema derecha y alejado de la corrupción”.
Esto sólo acaba de empezar.