Esa cerveza posentrenamiento no te va a rehidratar
Para muchas personas, una bebida fresquita con los amigos tras un duro entrenamiento suena ideal para relajarse. Has trabajado duro, así que te lo has ganado.
Por desgracia, esa lata fría que tienes en la mano no te va a ayudar, sino que puede ser perjudicial. No debería ser una gran sorpresa: el alcohol es una droga. Si lo consumes durante un largo plazo, puede dañar el hígado, el sistema inmunitario, los intestinos y el cerebro, además de incrementar el riesgo de padecer diversos tipos de cáncer. Y si lo consumes durante un corto plazo, deshidrata tu cuerpo, reduce importantes electrolitos y minerales, y afecta al sueño, lo que, a su vez, impide la correcta formación de la memoria.
No pasa nada por consumir algo que sabes que es tóxico, y menos si lo haces en pequeñas cantidades. Incluso hay pruebas de que, en cierto modo, pequeñas cantidades de alcohol pueden ser beneficiosas para la salud, aunque esos mismos sorbos de alcohol sean nocivos para otras partes del sistema. Al parecer, algunos corredores juran que se toman algunas cervezas la noche anterior a la carrera. Otros dicen que les puede perjudicar. Lamentablemente, esas bebidas posentrenamiento pueden arruinar lo que has conseguido.
El alcohol obstaculiza la recuperación posentrenamiento
Los ejercicios intensos dañan transitoriamente los músculos esqueléticos, así es como los desarrollas más: te sobrecargas, los músculos sufren daños y tu cuerpo lo considera una señal de que debes desarrollarlos más. Después de todo, tengas el músculo que tengas, no está a la altura de la tarea.
Eso significa que la recuperación posentrenamiento es fundamental para mejorar el rendimiento. El alcohol obstaculiza este proceso de muchas maneras. Por un lado, te deshidrata, y ya has sudado demasiado. Deberías acumular fluidos y electrolitos, no deshacerte de ellos. Además, también disminuye la capacidad de tus músculos para usar glucosa y aminoácidos, los cuales son esenciales para desarrollar nuevas fibras musculares y vasos sanguíneos. Sin un suministro de energía ni bloques protectores de proteínas, el cuerpo no puede ponerse fuerte.
Además, el alcohol tiene tendencia a interrumpir el sistema hormonal, sobre todo a largo plazo, lo que hace que la testosterona no esté tan disponible para los músculos. La testosterona ayuda a los músculos a reconstruirse y desarrollarse; normalmente, si eres atleta, quieres más, no menos.
Pero también varía mucho dependiendo de cada persona
Muchos estudios sobre el ejercicio tienen el mismo problema: grupos pequeños de sujetos. En muchos de los estudios sobre cuánto afecta el alcohol al rendimiento deportivo participan doce personas más o menos, lo cual no es suficiente para sacar conclusiones sólidas. Varios estudios han demostrado un impacto máximo en el rendimiento muscular, suficiente para que los metanálisis concluyan que hay un efecto real, pero otros no han detectado impacto.
Dicho esto, beber alcohol con moderación está bien (en realidad, con moderación, casi todo está bien).
Los resultados variados como ese significan, probablemente, que la gente no ve que beber tenga un gran efecto, concretamente en cantidades controladas. En 2012, la periodista de ciencias Christie Aschwanden convenció a un investigador del Monfort Family Human Performance Research Lab en Colorado para que estudiara cómo el consumo de cerveza afectaba las capacidades de los corredores. Descubrieron (otra vez, con un tamaño de muestra pequeño) que las mujeres afrontaban mejor el día siguiente a ir achispadas, mientras que los hombres lo hacían peor. Juntos, anulaban el efecto de los demás, aunque al investigador no le sorprendía.. Había dejado de beber para preparar la Maratón de Boston hace años y no había visto mejora en su rendimiento, aún así, mejoró cuando empezó a beber cerveza de nuevo. de alguna manera mejoró cuando comenzó a beber cerveza de nuevo. "Creo que beber se hace independientemente de lo bien que se está entrenado y de lo bien que se está comiendo", le dijo a Aschwanden. Si comes comida basura, bebes mucho alcohol y no te tomas el entrenamiento en serio, no te irá bien. Si consumes alimentos saludables y te comprometes a cumplir con el programa de entrenamiento, verás una mejora incluso si has cenado con una copa de vino (o dos).
Por otro lado, si notas que no rindes como deberías en los entrenamientos y bebes a menudo, deberías considerar reducir la cantidad y ver si hay diferencia. Puede que reacciones al alcohol de forma diferente a como lo hacen tus amigos, que se pueden tomar dos cervezas y después correr media maratón.
Recordatorio: no es bueno para ti
Hay una razón por la cual los médicos y las organizaciones de salud recomiendan no beber mucho: a pesar de los posibles beneficios cardíacos del consumo leve de alcohol, en gran medida, las desventajas a largo plazo superan a las ventajas. Y en cualquier caso, será difícil encontrar un profesional que recomiende más de unas pocas bebidas a la semana como parte de un estilo de vida saludable. El Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades recomienda solo una bebida al día para las mujeres y dos para los hombres. Lo mismo dice la Mayo Clinic. Un reciente estudio a gran escala publicado enThe Lancet descubrió resultados coherentes: el riesgo de mortalidad aumenta cuando se consume más alcohol del mencionado.
Es especialmente importante tener en cuenta estas pautas si eres alguien que hace ejercicio normalmente: un estudio llevado a cabo por investigadores de la Northwestern University descubrió que, en general, las personas bebían más en los días que hacían ejercicio. Los autores del estudio indicaban que esto puede ser porque a los sujetos se les daba alcohol como recompensa. Generalmente, las recompensas son buenas si estás intentando formar una nueva rutina de ejercicios: te mantiene motivado y refuerza el hábito. Pero si la recompensa es perjudicial para el nuevo hábito, es una cuestión discutible. Además, quieres una recompensa que, a la larga, no necesites. Si te metes en un ritmo donde bebes siempre que haces ejercicio, no terminarás mucho mejor que cuando empezaste.
Dicho esto, beber alcohol con moderación está bien (en realidad, con moderación, casi todo está bien). Si quieres tomar algo con tus amigos después del entrenamiento, no pasa nada. Incluso si hiciste ejercicio esa mañana, por un día no va a romperte la rutina. Pero no lo conviertas en costumbre. Y ni se te ocurra tomártelo como parte fundamental de tu rutina de ejercicio.
Este artículo fue publicado originalmente en el 'HuffPost' EEUU y ha sido traducido del inglés por Lucía Manchón Mora