Javier Cercas: “No me creo que Pablo Iglesias se crea la democracia y esto me da miedo”

Javier Cercas: “No me creo que Pablo Iglesias se crea la democracia y esto me da miedo”

Entrevista al escritor sobre su última novela, 'Independencia'.

El escritor Javier Cercas.© Daniel Mordzinski / Cortesía de Tusquets

Una extorsión con un vídeo sexual a la alcaldesa de Barcelona en 2025. Esa es la premisa de la que parte Javier Cercas (Ibahernando, Cáceres) en Independencia (Tusquets), la continuación de Terra Alta, novela que le valió un Planeta, y que ya figura entre los más vendidos cuando ni se ha cumplido una semana del lanzamiento.

En este thriller con alma de western y tintes políticos tiene cabida mucho más, como el retrato a una manada o un alegato contra las élites. Mucho en una coctelera cuyo elixir, como el propio escritor confiesa a El HuffPost, quiere suponer toda una “llamada a la insurrección”.

La novela se titula Independencia, pero no es un libro sobre el ‘procés’ aunque se mencione. ¿Qué se va a encontrar el lector?

¿Cuántas preguntas tienes?

Un folio

Con esto casi te contesto todo, porque ahí está todo. ¿Para qué el título? Para que me preguntéis todos por él. La segunda respuesta es que me encanta la polisemia de la palabra. Estamos acostumbrados a pensar que tiene un sentido político por cuestiones obvias pero hay muchos tipos de independencia: moral, de criterio, física, económica... Y me encantan estos títulos ambiguos, Shakespeare está lleno de ellos. Umberto Eco decía ‘El mejor título de la literatura universal es Los tres mosqueteros’ porque eran cuatro, y además el importante era el cuarto.

Si me pides que resuma el libro diría que cuenta la historia de un hombre que busca la independencia de manera equivocada. ¿Cómo? “Arrímate a los buenos”, le dice su padre —es lo que por cierto le dice la madre al Lazarillo de Tormes— y él interpreta “Arrímate a los ricos y a los poderosos”. Y los ricos y los poderosos lo usan para sus propósitos perversos y luego lo utilizan como papel higiénico. Para mí este es el corazón de la novela.

Eso que he contado es una metáfora de lo ocurrido en Cataluña en los últimos años que es, como dice un personaje de la novela, que las élites económicas en 2012 deciden presionar al gobierno de Madrid para salir con bien de la crisis y de la manera que se ha hecho siempre desde que el mundo es mundo: sacando a la gente a la calle. ¿Cómo la sacas a la calle? Con lo que alguien ha llamado la utopía disponible: vamos a crear un país maravilloso, separado de estos plastas de los españoles y que nos maltratan. Y la gente se lo toma en serio. Y para ellos no es serio, era meramente instrumental. Y ahora es el problema que tenemos.

Las verdades crean hombres y mujeres libres; las mentiras crean esclavos y tenemos a un montón de gente atada a esas mentiras. Por eso en esta novela hay, indudablemente un retrato muy duro de la élite político-económica barcelonesa y catalana y por eso estoy de acuerdo cuando la editorial pone una banda que dice ‘esto es un furioso alegato contra la tiranía del dinero y los amos del mundo’.

La democracia es el mejor invento que hemos encontrado por ahora para protegernos de la voracidad infinita de las élites

En esta novela se habla del humus moral en el que crece el ‘procés’. Pero lo que ocurre en Cataluña no solo ocurre en Cataluña. Las élites enquistadas en el poder operan siempre así. Y la democracia es el mejor invento que hemos encontrado por ahora para protegernos de la voracidad infinita, insaciable, de esas élites.

Uno de sus personajes dice que el ‘procés’ lo que hizo fue “cambiar algo, muy poquito, para que nada esencial cambiase”. 

Totalmente. No ha cambiado nada. Siguen en el poder los mismos. Eso es lampedusiano. El ‘procés’ se lanza para que Convergència i Unió se quede en el poder. Y sigue en el poder, porque en el fondo es la misma gente. Hay un personaje que dice una frase clave, que es representante prototípico de la élite económica barcelonesa incorporada al poder: “El catalán que no quiere la independencia no tiene corazón, el que la quiere, no tiene cabeza”. Esta es la clave del problema. El corazón del problema es la sentimentalización de la política, que es lo que define al nacionalpopulismo: al Brexit, a Trump...

Esto yo lo escribí antes de que el señor Sandro Rosell, presidente del Barça e ínclito representante de la élite, cuando alguien, no sé si Jordi Évole le pregunta ”¿Usted qué votaría en un referéndum de independencia?” dice “Votaría que sí pero si sale, al día siguiente me largo”. Cuando lo leí dije ‘todavía no se ha publicado la novela y parece que la haya leído’.

En la novela también se dice: “Los catalanes haciendo política somos pésimos”. Ahora que se acaban de celebrar las elecciones catalanas, ¿qué lectura hace de ellas?

Poquísimo ha cambiado. Dividir a una sociedad es muy fácil, volverla a unir, muy difícil. Esto no es que yo sea profeta, es que la historia funciona así.

El ‘procés’ acabó en 2017 de la manera en que estaba planteado, por eso los personajes hablan en pasado y por eso no encontrarás ni un solo político que hable en presente del ‘procés’. Acabó cuando se encontró con el estado de derecho, sostenido por la Unión Europea. Ahora estamos en las consecuencias.

¿Es lícita la venganza cuando la justicia no nos hace justicia?

La novela no habla de esto, el problema central que plantea tiene que ver con la justicia, exactamente igual que Terra Alta —es una novela independiente pero forma parte de un ciclo mayor—. Podríamos formularla así: ¿Es lícita la venganza cuando la justicia no nos hace justicia? Por supuesto, la respuesta de cualquier persona civilizada es ‘pues no, claro que no’. Pero la literatura no funciona así, nos permite hacer aquello que en la vida no podemos. Lo que hace es cuestionar nuestras certezas más profundas, ponernos en jaque, obligarnos a empatizar con gente con la que nunca podríamos.

Yo quiero que el lector salga diciendo ¡Bien, fantástico!, eufórico, y que luego diga ‘madre mía, ¿pero qué estoy celebrando?’ Eso es lo que hace para mí el arte de verdad. Tú estás al final de El Padrino, con Michael Corleone en las escaleras del Teatro Massimo de Palermo, con su hija en brazos que la acaban de matar, con ese grito silencioso que pega y tú estás de su lado, hasta que dices ‘adoro a un hombre que ha matado e incluso a su propio hermano’. Y eso te pasa con Shakespeare, con Dostoyevski y eso es lo que humildemente uno intenta.

  Portada de la última novela de Javier Cercas.TUSQUETS

Leo frases textuales de la faja de su libro: “Tengo a Javier Cercas por uno de los mejores escritores de nuestra lengua” (Mario Vargas Llosa), “Es el mayor escritor vivo”. ¿Qué siente al escucharlas?

Gratitud... son muy generosos y ya está. Es muy bonito pero la próxima frase me va a costar el mismo trabajo. Se lo agradezco infinitamente, Vargas Llosa ha sido un escritor importantísimo para mí. Como decía Hemingway, no hay que leer reseñas, porque si te crees las buenas tienes que creerte las malas. Las redes sociales están llenas de gente que me insulta. Tampoco me lo creo.

¿Quién sería entonces ese ‘mejor escritor vivo’ para usted?

Probablemente Vargas Llosa. Si no es él, está entre ellos seguro.

Volviendo a la trama de la novela. La alcaldesa de Barcelona de su libro (situado en 2025) tiene un cierto tufillo a Vox... 

La alcaldesa de mi libro es más peligrosa que Vox. Porque Vox tiene un tufillo antiguo en muchas cosas, véase la mujer... un tufillo franquista. El problema es cuando el discuso xenófobo se envuelve con oropeles atractivos.

Salvini es un tipo muy atractivo, estuvo a punto de ser presidente de Italia, nada menos. No digamos en Hungría, Polonia...Winston Churchill dijo una vez una de esas frases geniales: “Los próximos fascistas se presentarán a sí mismos como antifascistas”. Ojo con la frase. Tiene mucho tomate.

Estamos viendo aquí a gente que se presenta como antifascista pero que opera como fascista

Estamos viendo aquí a gente que se presenta como antifascista pero que opera como fascista. El fascismo se caracterizaba por el uso de la violencia.

¿Por ejemplo?

Lo estás viendo en la tele todos los días. Dicen que son antifascistas.

¿Habla de los disturbios en Barcelona?

Por ejemplo. ¿Contra qué fascismo luchan? Yo no lo veo. No veo que los fascistas usen la violencia, en cambio sí veo que los antifascistas sí. Entonces, ¿quiénes son los fascistas? Simplemente formulo la pregunta.

Mucho le han requerido en las últimas semanas para hablar del 23-F. ¿Ya está todo dicho sobre el Golpe? ¿Quedan cosas por saber?

No hay ningún hecho de la historia del que se sepa todo. De la historia de España éste es uno de los que más sabemos. Creo que lo esencial lo sabemos desde hace mucho tiempo y lo que pueda aparecer nuevo no va a hacer más que confirmar lo que sabemos.

Es una pena pero no da para titulares, la verdad no es atractiva, es mucho más atractiva la mentira y por eso tantos de tus colegas cuentan mentiras. No hay nada más tóxico que un mal periodista y nada más necesario que un buen periodista. Un mal periodista es bestial el daño que puede hacer y la historia reciente es inapelable. Un mal periodista es capaz de montar una guerra.

En los premios Francisco Cerecedo de hace dos años usted recibió la alabanza del rey Felipe VI por su artículo en El País Semanal ¿Para qué sirve hoy la República?. A la luz de los últimos acontecimientos que han salpicado la Corona, ¿qué piensa usted de la institución?

El padre no le ha hecho ningún favor al hijo. Si nosotros estamos cabreados con el padre, imagínate cómo está el hijo. La gente tiene una idea un poco rara de lo que es una monarquía constitucional, que el rey manda. El rey no manda nada, lo hace el Gobierno. Es un embajador que hace lo que el Gobierno le dice, punto.

Aquel artículo suyo respondía a otro de Pablo Iglesias, que cuestionaba para qué sirve la monarquía. En la actualidad el ahora vicepresidente lo que cuestiona es que haya normalidad democrática en España. ¿La hay?

Ayer le contesté en un artículo. Lo que Pablo Iglesias dice es lo que han dicho en Podemos desde que nació, que es que España no es una democracia. Si lo que quería decir es que es una democracia imperfecta, no hace falta decirlo, porque obviamente lo es. Todas las democracias son imperfectas, todas, sin excepción. Una democracia perfecta es una dictadura.

Lo que Pablo Iglesias quería decir es lo que dicen los secesionistas catalanes, que es que España no es una democracia, sino que es el Franquismo por otros medios.

A mí la política social de Podemos no me asusta, me parece casi conservadora en muchos asuntos. Es socialdemocracia de los años 80, lo que hacía Felipe González, pero un poco cambiado. A mí lo que me da miedo es el maquiavelismo feroz, el compromiso limitado con la democracia. No me creo que él se crea la democracia y esto me da miedo.

En esas declaraciones estaba apoyando las declaraciones de un ministro ruso contra la Unión Europea. Repito, un ministro de un estado autoritario contra la UE y va y le apoya diciendo algo que es falso. Que en España hay presos políticos eso no lo dice ningún organismo internacional solvente, ni exiliados.

¿Por qué lo hace? Por maquiavelismo puro. Ese es su discurso, así se distingue del Gobierno, se convierte en líder del antirégimen del 78. Régimen del 78 significa democracia. Esa expresión que ellos acuñaron... es simplemente falso, es un bulo y a mí no me parecen bien por lo que he dicho al principio, las verdades crean mujeres y hombres libres, las mentiras, esclavos. Y no me gustaría vivir en un país de esclavos.

Me parece que es un personaje que es peligroso. Lo digo así de fácil.

¿Pablo Iglesias es peligroso?

No me lo pongas en el titular. Yo lo he escrito muchas veces, creo que suelta mentiras... cree que todo vale y eso no es verdad. El fin no justifican los medios.

Ya sé que la mentira funciona en política, pero no quiero que eso sea militante. Ya hemos visto dónde lleva la mentira, lo hemos visto con Donald Trump. Yo no quiero políticos que usen la mentira sistemáticamente. No lleva a ningún sitio bueno.

Pablo Iglesias es élite, a ver si nos enteramos

Y cuando estoy diciendo que esto [señala el libro] es un alegato contra las élites, hablo de eso. La verdad es el instrumento que tenemos los ciudadanos para luchar contra las élites. Pablo Iglesias es élite, a ver si nos enteramos de una puta vez, que es el vicepresidente del Gobierno. Él usa exactamente los instrumentos que han usado las élites, que es la mentira. Por eso este libro quiere ser revolucionario, una llamada a la insurrección, a la rebelión contra las mentiras que usan las élites para tener controlada a la gente.

Extrañamente nadie habla de la manada, porque aquí hay una manada como una catedral.

Justo quería preguntarle por el 8-M...

Claro, eso está en Terra Alta, está aquí y va a estar en todo el ciclo. Es un hecho que la violencia contra las mujeres ni la ha inventado el feminismo, ni el Me Too, ni Irene Montero. Desde que el mundo es mundo es así, a veces lo más elemental es lo que más nos cuesta ver: que la mitad de la humanidad le ha tenido el pie en el cuello, esto es un hecho. No hay discusión.

Que los hombres maltratamos a las mujeres y las matamos a diario es un hecho. A cualquier persona mínimamente civilizada esto le da un asco horrible... Melchor Marín esto lo lleva en su puñetero ADN y no puede soportarlo. No quiero continuar por aquí, porque la última vez que hice un artículo sobre esto dice que Don Quijote cogería a los que maltratan mujeres, les cortaría los cataplines y se los metería en la boca, les cosería la boca, los dejaría en el desierto... y salieron acusándome de incitación al odio.

Dice Enric González que el mejor periodismo está en los libros. ¿Coincide en esta afirmación?

Si lo dice Enric González hay que pensarlo porque es buenísimo. Me gustaría preguntarle qué quiere decir con esa frase. ¡Qué bueno!

¿En sus libros hay periodismo?

En mis libros espero que haya de todo porque lo que tiene la novela de bueno es su capacidad de devorarlo todo. Anatomía de un instante es un libro que mama del periodismo, Soldados de Salamina también, y éste en cierto sentido, pero es un ingrediente. Estoy seguro de que Enric estaría de acuerdo conmigo en que una cosa es una novela y otra cosa es el periodismo. La novela es la libertad total, el periodismo no.

Usted que cultiva la autoficción...

Cultivaba [ríe].

Usted que cultivaba la autoficción, viendo lo ocurrido con Emmanuel Carrère y su mujer en su último libro, ¿qué límites piensa que tiene? ¿Qué riesgos se corren?

Pero eso no tiene nada que ver con la autoficción. Aquí hay un pequeño lío, por lo que yo entiendo, él no ha hecho nunca autoficción. Los libros que ha hecho son periodísticos, la autoficción es hacer ficción con uno mismo. Autoficción es Soldados de Salamina, hay un Javier Cercas inventado. Hay muy pocos libros que sean autoficción en ese sentido.

¿Cuándo escribió este libro? Porque llega a mencionar el coronavirus.

Lo metí a última hora. Me dicen que qué atrevido, que en el 2025 no hay coronavirus. Claro que no. En el año 2025, en la vida cotidiana nadie lo mencionará y en la literatura tampoco. ¿Por qué lo sé? Dime un libro ambientado en 1925 donde se hable de la Gripe Española, que mató a muchísima más gente.

¿A usted le afectó el confinamiento a la hora de escribir? ¿Le costaba concentrarse, inspirarse.... o al contrario?

Me da vergüenza decirlo, me afectó para bien. Si esto no hubiese sido una catástrofe colectiva para mí sería una bendición personal porque estaba en casa, no he viajado, me he puesto a escribir la tercera parte de esto, que está avanzadísima...

Para un escritor... esto es terrible, somos animales carroñeros. Trabajamos con lo malo. En un mundo feliz no habría novelas. Poesía tal vez, poca y mala. Nosotros trabajamos con lo malo, con la oscuridad. Esto va a sonar fatal, lo sé.

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