Encuentran el cadáver de una embarazada en el río y al bebé en casa de sus vecinos
La Policía cree que fue víctima de una "abducción fetal": forzar a la embarazada a dar a luz o extraer a la fuerza el feto de la madre.
Savanna Lafontaine-Greywind, una chica de 22 años embarazada de ocho meses, se despidió de su madre el pasado 19 de agosto, el último día que fue vista con vida. Dijo que subía a casa de unos residentes en su mismo edificio para ayudarles: se iba a sacar un dinerillo posando con un vestido cosido por su vecina. Ocho días después, sin embargo, su cuerpo sin vida, envuelto en plásticos y cinta adhesiva y colgado de un árbol, fue hallado por unos aficionados al kayak cerca de un río, a pocos kilómetros de Fargo, Dakota del Norte (EEUU). La vuelta de tuerca de este crimen es que justo tres días antes del hallazgo del cadáver, las autoridades locales encontraron a un bebé en la casa de los vecinos a los que fue a visitar. Ese recién nacido es una niña y se ha comprobado que es la hija de la joven.
Brooke Crews, de 38 años, y su novio William Hoehn, de 32 años, han sido acusados de conspiración para cometer un asesinato en la muerte de Savanna. Ellos son los vecinos. Pero el breve resumen de cargos no revela cómo la policía y los fiscales creen que Greywind murió. El sospechoso afirmó inicialmente que la chica renunció a su niña recién nacida y hacerla pasar como suya, pero más tarde admitió que se estaba aprovechando de ella para obtener a la bebé, según los documentos judiciales presentados la pasada madrugada y que, pese a todo, plantean muchas dudas. "Savanna fue víctima de un cruel y vicioso acto de depravación", ha resumido el jefe de la policía de Fargo, David Todd. Junto al cuerpo se encontraron otros artículos sospechosos que la Policía cree que formaron parte de la escena del crimen y se están analizando.
CONTRADICCIONES
El caso ofrece historias contradictorias por parte de ambos acusados. Lo que los dos sospechosos reconocieron fue "que se habían aprovechado de Savanna Greywind en un intento de obtener a su hijo y posiblemente mantener a la niña como suya", ha informado la Policía. Crews y Hoehn también están acusados de conspiración por un supuesto secuestro y por dar información falsa a la Policía. La fianza para ambos sospechosos es de dos millones de dólares, algo "inalcanzable para cualquier persona normal", se queja Hoehn.
La hipótesis que manejan de momento los investigadores, según The Washington Post, es una "abducción fetal": forzar a la embarazada a dar a luz o extraer a la fuerza el feto de la madre.
Antes de salir de casa, a las 13:30 horas del 19 de agosto, la joven pidió una pizza para tomar en su casa. No se llevó la cartera, por lo que se entiende que su gestión con los vecinos iba a ser rápida. Pasado un tiempo, su madre subió y tocó la puerta del apartamento de Crews y Hoehn. Su hija se había marchado, le dijeron. A las 16:30 denunció la desaparición a las autoridades locales, pues su coche seguía en la puerta y ella, embarazada de tanto tiempo, no iba a salir rápido y sin avisar.
"Supe de inmediato que algo estaba mal porque su coche seguía aparcado delante de la casa. Estaba embarazada de ocho meses y tenía los pies hinchados, no se iría a pasear. Había una pizza en casa que todavía no se había comido", explicó Norberta, la madre, al diario local Duluth News Tribune dos días después de la desaparición.
Este lunes, los vecinos, así como su familia, colocaron un pequeño monumento conmemorativo en el edificio donde vivía la víctima. A su alrededor, velas, peluches y el retrato de una nativa americana junto a la inscripción: "Que el silencio te haga fuerte".