La ola electoral: Castilla y León revoluciona el tablero político adelantando las urnas al 13 de febrero
Mañueco disuelve las Cortes y expulsa a los consejeros de Cs, los partidos arrancan la maquinaria
Sin tregua electoral. El presidente de Castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco, ha pulsado el botón del adelanto y ha sacudido, por completo, el panorama político nacional. Supone activar la maquinaria de todos los partidos para unos comicios que tendrán consecuencias en todo el país y con los que el Partido Popular quiere impulsarse en mitad de la guerra interna que vive en Madrid.
El próximo 13 de febrero irán a las urnas los votantes de Castilla y León, tras una abrupta ruptura y sin preaviso de Mañueco con sus socios de Ciudadanos. Los naranjas están indignados, enfadados, tristes y nerviosos a la vez por este divorcio -sólo están gobernando en coalición con los populares en esta comunidad y en Andalucía-. El terremoto político hubiera sido aún mayor si Juanma Moreno hubiera decidido correr de manera paralela a su amigo y compañero castellano-leonés, pero el Palacio de San Telmo pide esperar.
A Cs le ha pillado por sorpresa, pero el runrún ya llevaba tiempo en los círculos políticos. Una opción para el PP para terminar de desgastar a Cs, quitarse de en medio a sus socios y buscar un panorama parecido al de Isabel Díaz Ayuso en Madrid (con una amplia mayoría). Los populares ven clara su victoria, a pesar de poner sobre la mesa como argumentos que no iban a poder sacar los presupuestos y que podía presentarse una moción de censura contra Mañueco.
Además, supone un intento para el PP a nivel nacional de coger otra vez impulso. Las encuestas no dejaban de crecer desde el pasado 4 de mayo, con la victoria en las elecciones madrileñas, pero en el último mes van hacia abajo por la disputa entre Sol y Génova. Ahora, Castilla y León (de allí es Pablo Casado) puede servir para recobrar el brillo de hace seis meses. Aunque Génova desliga la convocatoria de su situación interna, desea encadenar dos victorias electorales en Castilla y León y luego en Andalucía como antesala del súper año electoral de 2023 (municipales, autonómicas y generales).
Esta convocatoria electoral ha llegado el día en el que se conocía la última encuesta electoral del CIS -justo a mitad de legislatura-, que deja una fotografía en la que el PSOE ganaría las elecciones, con un 28% de votos, por encima del PP (que se quedaría en un 20,8%). Además, refleja una ligera subida tanto de Vox como de Unidas Podemos.
La peor parte de este adelanto electoral se la lleva Ciudadanos, un partido en claro declive y que se puede ver perjudicado por su imagen alicaída y al entender muchos votantes del centro derecha que es mejor optar por los populares (voto útil). El líder de Cs en la comunidad y hasta hoy vicepresidente, Francisco Igea, ha sido durísimo con la decisión: “¿Qué cojones piensas de tu población? ¿Qué categoría humana tienes?”.
El partido de Inés Arrimadas entiende que es una absoluta irresponsabilidad ir a las urnas ahora rompiendo un Gobierno que entendían que funcionaba y en plena sexta ola de la pandemia disparada, relegando de sus funciones a la actual consejera de Sanidad.
Lo resumía así Igea: “Una persona que convoca elecciones en este momento, deshace toda la política sanitaria, pone en riesgo a la población por el interés partidista no es un hombre de bien. Pone en riesgo a la Comunidad, es una absoluta irresponsabilidad cuya única razón es el interés partidista”. Y el ya exvicepresidente ha reconocido que fue “cándido” creyéndose la palabra de Mañueco.
La propia Arrimadas ha revelado que habló este domingo por la noche con Mañueco y le negó que fuera a convocar elecciones. Esto ha provocado que en Cs acusen al PP de “mentirosos”, como ha hecho Begoña Villacís. De todas formas, se descarta por el momento que este divorcio se repita en la Junta de Andalucía y en el Ayuntamiento de Madrid.
El análisis que hace Arrimadas y su dirección es que Mañueco ha cedido a las “presiones” de Génova y que el PP “necesita una victoria para tapar la de Isabel Díaz Ayuso”. Se trata, en su opinión, de un “juego de poder” que se ha llevado por delante una coalición que funcionaba. Casado ha salido públicamente a apoyar la decisión y a dar su apoyo al presidente de Castilla y León. Se da la paradoja de que ahora se volcarán con él desde Madrid, después de muchas tiranteces e incluso planes para sustituirlo al frente de ese territorio (el salmantino fue un apoyo muy activo de Soraya Sáenz de Santamaría durante las primarias).
En las últimas elecciones de mayo de 2019 el PSOE ganó, con 35 escaños, pero se unieron para formar Gobierno PP (29) y Cs (13). El resto del arco parlamentario lo formaron: Vox (1), UPL (1), Podemos (1) y XAV (1).
Ahora las encuestas soplan otra vez a favor de los populares. Según una encuesta de Metroscopia difundida por Ical el pasado mes de noviembre, Mañueco sería el vencedor, con 34-37 escaños, por delante del PSOE (27-29). Vox sería la tercera fuerza, con 10-11, por delante de Podemos (2-3) y UPL (2). Ciudadanos tendría sólo un representante. El diario La Razón también daba otra a conocer hace un mes, con la conclusión de que los populares ganaría y se quedarían al borde de la mayoría absoluta, con 38-40 asientos en las Cortes. Por detrás: PSOE (30-31), Vox (6-7), Podemos (2), UPL (1-2), Cs (1) y XAV (1).
A pesar de estos datos, hay varios factores que pueden llegar a cambiar esos futuribles resultados. Por un lado, todavía no se sabe qué fuerza tendrá la España Vaciada y si habrá agrupaciones con fuerza para llegar a las Cortes, en un momento cuya aparición provoca muchos recelos entre los partidos tradicionales. Y hay un segundo factor: si Yolanda Díaz impulsará una plataforma a nivel regional como la que tiene en mente a nivel nacional. La dirección de UP ha llamado precisamente a ese “frente amplio” en el que esté el partido, IU y Alianza Verde, junto a la sociedad civil.
El único rival que podría quitarle la Presidencia a Mañueco es el PSOE, que volverá a presentarse con la candidatura de Luis Tudanca, que ganó en votos hace dos años. Para los socialistas, el PP de Castilla y León ha apretado el botón ya por el “endiablado calendario judicial” que tiene que enfrentar en las próximas semanas. Asimismo, rechazan desde el socialismo los argumentos del presidente y creen que nunca quiso sacar los presupuestos para ir a las urnas con esa excusa.
Castilla y León irá por primera vez en su historia a unas elecciones en solitario (siempre coincidían con municipales u otras de ámbito nacional o europeo). El 13 de febrero tiene la palabra. Y España entera estará mirando.